lunes, julio 1, 2024

Evelyn, ¿la inminente ganadora?

Si yo fuera de derecha, no aplaudiría tanto ni estaría muy seguro del resultado que creen que tendrán de la mano de una especie de representante de un piñerismo que, a diferencia de lo que se ha querido contar, no es tan popular luego de la muerte de Sebastián Piñera

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Evelyn Matthei, según cierta prensa, pareciera ser la gran ganadora de la contienda electoral sin que aún esta comience. Encuestas de distinta especie la dan como triunfante en casi todos los escenarios y ya habla, aunque no quiera reconocerlo, como si su gobierno fuera algo inminente, casi inevitable.

Desde que anunció que no se reelegiría en Providencia, Matthei ya es candidata, aunque diga no serlo todavía. El hecho mismo de negarse a seguir en la municipalidad es una demostración clara de que, en los hechos, ya está en la fase que niega con sus palabras y eso no puede dejar de recordarme un ejemplo bastante cercano en el tiempo, que es la candidatura de Joaquín Lavín y Daniel Jadue para las elecciones de 2021.

Ambos eran candidatos seguros de sus sectores. Lavín por una derecha que, aunque no lo soportara mucho por sus vaivenes ideológicos, estaba dispuesta a apoyarlo si era quien ganaba las primarias, y Jadue por una izquierda, principalmente el Partido Comunista, que veía en él, debido a lo que marcaba, la luz de la esperanza electoral.

Ya sabemos lo que pasó en ambos casos, y es que pareciera ser que hoy en día la carrera de candidato presidencial, por muy larga que sea, no garantiza llegar a La Moneda. La política ya no consiste en un trabajo a largo plazo que puede generar alianzas y posibles triunfos, sino que está a la merced de la contingencia, de lo inesperado y de lo improbable.

Matthei pareciera no verlo. Y si lo ve, disimula muy bien y su sector también. Evelyn se ve muy segura de su puesto ante la irrelevancia electoral del oficialismo y quienes quieren apuntar hacia ella desde su derecha. Parece que cree que hay un cetro ya ganado, una pelea que, en el fondo, no hay que dar del todo, ya que no hay contienda real cuando hay sólo un nombre seguro a pelear por La Moneda.

Pero ¿si entra Rodolfo Carter? ¿Qué hará Matthei desde arriba con un alcalde que parece más dispuesto a pelearle la clase media desde tal vez el epicentro clasemediero de Chile en los últimos casi 40 años, como es La Florida? ¿Tendrá una herramienta para combatir el populismo eficaz de Carter? ¿Entrará a combatirle con las mismas armas, o se disfrazará de la “sensatez” derechista?

No se sabe, porque Matthei, por mucho que sea hoy vista como varios como una posibilidad, no es una buena candidata. Es más figura que otra cosa, al menos hasta ahora; más representación de cierto “orden” para algunos- sobre todo de los habitantes de Providencia hoy- que alguien que garantice cierta estabilidad hacia el futuro, como parece que algunos quieren creer.

Por mucho que haya interesados en que Evelyn sea la segunda mujer en ocupar el sillón de O’Higgins no parece deschavetado plantear que todos tienen tiempo para crecer menos ella, incluso un sector gobernante que no parece tener a nadie dispuesto para dar una batalla que creen perdida de antemano no sólo por las cifras con las que gobiernan, sino también por una especie de curiosa convicción inconfesable de que no volverán a ser electos en mucho tiempo más.

Sin embargo, todo esto son creencias que, en el mundo de hoy, ya no tienen mucha validez. Matthei no tiene la potencia electoral de Bachelet- de quien se sabía que ganaría a años antes de salir electa- porque ni Bachelet, en este contexto, es lo que fue.

Por lo tanto, si yo fuera de derecha, no aplaudiría tanto ni estaría muy seguro del resultado que creen que tendrán de la mano de una especie de representante de un piñerismo que, a diferencia de lo que se ha querido contar, no es tan popular luego de la muerte de Sebastián Piñera.

Y si fuera parte del sector gobernante, tampoco me daría por vencido o entregaría la elección a una disputa en la derecha, porque ser espectador de una lucha fratricida entre tus oponentes, a veces es la peor manera de perder.

Hay que negarse a creer en los hechos antes que estos sucedan. Hay que recordar que la historia no es un campo predefinido y marcado por un horizonte claro, sino un campo de posibilidades infinito.

Francisco Méndez
Francisco Méndez
Analista Político.

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