lunes, julio 1, 2024

Exclusivo Día Internacional del Orgullo – La emergencia del movimiento homosexual en Chile

La Voz de los que Sobran publica de forma exclusiva un extracto de "Bandera Hueca. Historia del Movimiento Homosexual en Chile", de Víctor Hugo Robles, más conocido como El Che de los Gays. El libro fue publicado en 2008 por editorial Arcis/Cuarto Propio, pero el presente fragmento está editado y actualizado a julio de 2024 en Siempre Viva Ediciones.

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Foto Portada: Iris Colil Barra

El 28 de junio de 1991, Día Internacional del Orgullo, un grupo de homosexuales capitalinos se reunió en el primer taller sobre derechos civiles, organizado en la sede de la Corporación Chilena de Prevención del SIDA, una entidad nacida a mediados de 1987 para prevenir el VIH en la población homo y bisexual de Santiago. A la cita acudieron diversas personas, entre los que se contaban exdirigentes de las juventudes comunistas y exlíderes de organizaciones sociales y religiosas: Marcos Ruiz, Jorge Guzmán, Víctor Albornoz, Rolando Jiménez, Juan Cabrera, Jorge Pantoja y José Antonio Gatica, entre otros. Todos estaban unidos por el hecho de asumirse homosexuales, además de haber luchado contra de la dictadura militar.

Tras la derrota de Augusto Pinochet en las urnas, el 5 de octubre de 1988, surgieron nuevos horizontes políticos para el movimiento lésbico, trans y homosexual criollo. Se articula en este período de transición una voz activa y pública. Sin estar en la carpeta de interés inmediato de los partidos democráticos y en medio de un complejo contexto de negociaciones políticas entre civiles democráticos y militares golpistas, irrumpen las demandas del movimiento homosexual.

Su importancia simbólica se expresó en la introducción del tema gay en el debate público nacional. La transición a la democracia en Chile representó un proceso que permitió no solo la realización de elecciones libres que llevaron a Patricio Aylwin a la presidencia, sino que también favoreció la emergencia de utopías de transformación social como es la liberación de la homosexualidad en Chile. El diario La Tercera en un extenso reportaje de investigación, publicado el 11 de junio de 1993, calificó a la agrupación de los homosexuales chilenos como “los signos de la apertura”.

El Taller de Derechos Civiles sirvió para realizar un primer diagnóstico sobre la discriminación que afectaba a homosexuales, lesbianas y trans en Chile. Así, luego de acalorados debates ideológicos, los homosexuales presentes acordaron las principales problemáticas a enfrentar, entre las que figuraron: el rechazo social, la educación sexual represiva, las violaciones a la libertad individual, los problemas en el trabajo y las dificultades de acceso la salud de las personas viviendo con VIH/SIDA. 

El diagnóstico además estableció los objetivos fundacionales del movimiento: Organizar al homosexual, educar y crear conciencia sobre su realidad, crear una estrategia política para acceder a los medios de poder, propiciar los cambios, fomentar la libertad de expresión y tener un lugar físico para trabajar.

Los fundadores del grupo alcanzaron amplios acuerdos respecto de la discriminación que vivían. No obstante, aquello no significó la ausencia de diferencias en un colectivo cuya composición era heterogénea. Desde el inicio participaron personas de distintos ámbitos: estudiantes, empleados, artistas, obreros y profesionales. La mayoría eran hombres gays, excepto Iris Colil Barra, una fotógrafa heterosexual que apoyó las actividades del naciente movimiento homosexual. Si bien la mayoría había participado de la lucha contra la dictadura militar, también hubo quienes manifestaban escaso o nulo interés en asuntos políticos. 

El Congreso en Coronel

Los integrantes del colectivo organizaron diversas actividades. El Primer Congreso Homosexual Chileno, realizado en noviembre de 1991 en la sureña ciudad de Coronel, convocado por el antropólogo Cristián Rodríguez, fundador de una organización dedicada a la prevención del SIDA en Concepción, el CEPSS de Concepción. Este evento fue una de las actividades iniciales más importantes del MOVILH Histórico. Acudieron más de treinta homosexuales y lesbianas de distintos puntos del país. Una decena de homosexuales capitalinos; los que más tarde formarían el MOVILH, Lesbianas en Acción, LEA, de Concepción, Las Yeguas del Apocalipsis y otras personas sin filiación política. 

Alejandro Guajardo, participante del evento y exmilitante del MOVILH, recuerda las acaloradas discusiones que se desarrollaron: Las Yeguas del Apocalipsis acusaron al MOVILH de pretender hegemonizar la lucha homosexual y junto con las chicas de Ayuquelén, se proclamaron como fundadoras de la lucha homosexual chilena. 

Luego de esta controversia, a pesar de los intentos de unidad lésbica y homosexual, nadie quiso olvidar el encuentro en Coronel, menos el escritor Pedro Lemebel, quien en una crónica publicada en noviembre de 1991 en la alternativa revista Página Abierta, rememoró un escrito de la crítica cultural Nelly Richard, que decía: La diversidad ideológica producto de la orfandad política fue desarmando el tramado lineal que traía como estrategia el grupo MOVILH (Movimiento de Homosexuales Chilenos), con resabios de antiguas articulaciones partidistas, que se fueron delatando al desencajarse con la parodia ácida de Las Yeguas del Apocalipsis, en complicidad con lesbianas y locas, un antidiscurso que hizo tambalear enojados a los graves homosexuales de la ciudad.

Entre inesperados encontrones ideológicos, los activistas del MOVILH Histórico regresaron a Santiago para sostener sus propias discusiones en torno a los objetivos inmediatos de la organización. Dada la atomización social de los homosexuales criollos, se acordó priorizar en aquellos asuntos que permitiesen un punto de encuentro entre individuos de diversos sectores sociales. Entre los temas de mayor preocupación e interés figuraron la sexualidad, las desigualdades económicas y el problema del poder. Otro tópico fundamental fue la discriminación legal, específicamente la existencia del artículo 365 del Código Penal, que castigaba con cárcel las relaciones sexuales entre hombres adultos.

Hasta 1999, las prácticas sodomíticas en sus distintas expresiones eran consideradas delitos en la legislación chilena y, por lo tanto, existían penas que las castigaban. El origen de esta sanción tiene su antecedente más cercano en el Código Penal español de 1822 y en la Ley de vagos y maleantes de 1933, modificada en 1954 para incluir sanciones contra los homosexuales. Entre ellas, el artículo 365 del Código Penal, que castigaba con cárcel la sodomía en todas sus formas. Por sodomía debemos entender las relaciones sexuales anales entre hombres, en público o en privado. Al modificado artículo 365 en 1999 se suma la existencia del artículo 373 referido a la moral y las buenas costumbres. El artículo 365 fue finalmente derogado en 2022.

Desde la fundación del MOVILH Histórico el 28 de junio de 1991, la presencia de estos preceptos legales obligó a la búsqueda de fondos internacionales con el objeto de ayudar jurídicamente a las personas que estaban detenidas por el delito de sodomía consentida entre hombres adultos.

En mayo de 1992, mientras el grupo esperaba respuesta a las gestiones realizadas en Europa por el dirigente homosexual chileno Roberto Pablo y el teólogo holandés Jan Hopman, el colectivo consolidó su equipo directivo elegido democráticamente, realizando un estudio exploratorio a 141 hombres homosexuales de la capital. 

En una reunión de la Sociedad Chilena de Sexología y Educación Sexual del mismo año, se presentó la investigación: “Estudio exploratorio acerca de la sexualidad de hombres homosexuales”. La investigación buscó recoger la opinión de gays de 21 a 40 años, sobre algunos aspectos de su vida y cuánto sabían de las organizaciones y del Movimiento Homosexual. 

Sobre la percepción del mundo homosexual, la investigación concluyó: Es significativo que a la mayoría de los entrevistados les dé vergüenza caminar por la calle con un gay amanerado. A nadie le gusta que se mofen de uno, además que la mayoría considera que si se sabe de su identidad, les traería dificultades en el trabajo. La mitad de ellos considera que el mundo homosexual es frívolo y vacío. Las actividades sociales más comunes de la mayoría de ellos se estructuran sobre la base de la diversión, sobre todo en una sociedad donde son estigmatizados y, por lo tanto, la posibilidad de expresarse con sus iguales se da en el gueto.

Respecto del conocimiento de la existencia de organizaciones homosexuales y lesbianas y los deseos de participación en ellas, la encuesta estableció que para la mayoría es muy importante su existencia, manifestando: El 78 por ciento participaría en ella, de preferencia como un colaborador, señaló una de las conclusiones más importantes de la encuesta.

Abordando amplios tópicos, la investigación del Movimiento de Liberación Homosexual se constituyó en una reflexión fundamental sobre una temática desconocida para muchos investigadores, confirmando la importancia política del trabajo que proyectaba realizar. Paralelamente, el colectivo realizó diversos talleres educativos sobre sexualidad, política y Derechos Humanos de las minorías sexuales. Como resultado de un intenso trabajo, comenzaron a hacer sentir su presencia en la sociedad y, particularmente, en el universo homosexual capitalino. 

Luego de los talleres, en medio de una emblemática marcha por los Derechos Humanos que caminó por la principal arteria de Santiago en 4 de marzo de 1992, sucedió el debut público – político del Movimiento de Liberación Homosexual MOVILH Histórico. 

Víctor Hugo Robles
Víctor Hugo Robles
Víctor Hugo Robles, “El Che de los Gays”, periodista y activista comunitario en VIH/SIDA, conductor de “Siempre Viva en Vivo”.

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