El mundo se encuentra al borde del abismo. Las guerras en Ucrania y Palestina, lejos de disminuir su crudeza, se intensifican, amenazando con desencadenar un conflicto global de proporciones catastróficas. La posibilidad de un conflicto nuclear, una vez impensable, se cierne como una sombra ominosa sobre la humanidad.
¿Hasta cuándo permitiremos que la lógica de la guerra prevalezca sobre la razón y la humanidad? ¿Cómo podemos justificar una escalada bélica mientras millones de personas sufren las consecuencias de los conflictos?
A las universidades del mundo:
Como instituciones dedicadas a la búsqueda del conocimiento y la formación de las futuras generaciones, las universidades tienen un papel fundamental en la construcción de un mundo más justo y pacífico. Es imperativo que nuestras comunidades académicas alcen su voz en contra de la guerra y exijan a los líderes mundiales que prioricen el diálogo y la negociación. La Universidad Academia de Humanismo Cristiano fortalece su intención de un llamado que -al día de hoy- ha reunido a su comunidad con activistas, dignatarios internacionales y referentes de la paz mundial. También ha sido espacio para la realización de actividades artísticas, conciertos, exposiciones y manifestaciones pacíficas para la difusión de diferentes voces y plataformas que buscan hoy:
Organizar manifestaciones pacíficas y campañas de sensibilización para denunciar los horrores de la guerra y exigir el cese inmediato de las hostilidades.
Promover la investigación y la difusión de conocimientos sobre las causas profundas de los conflictos y las alternativas pacíficas a la violencia.
Establecer redes de colaboración entre instituciones universitarias para coordinar acciones conjuntas en favor de la paz.
Exigir a nuestros gobiernos que cumplan con sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos y derecho internacional humanitario.
A los líderes mundiales:
La humanidad clama por paz. Es hora de actuar con determinación y valentía. Les exigimos que:
Detengan inmediatamente todas las hostilidades en Ucrania y Palestina.
Reinicien las negociaciones de paz bajo los auspicios de las Naciones Unidas.
Fortalezcan los mecanismos de control de armas y trabajen incansablemente para eliminar las armas nucleares.
Inviertan en desarrollo sostenible y cooperación internacional para abordar las causas profundas de los conflictos.
No podemos permitir que la historia se repita. La guerra no es la solución. La paz es el único camino.
¡Exijamos un futuro libre de violencia!