domingo, noviembre 24, 2024

El fuego de Gastón Soublette

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Texto y fotos Cristián Opaso

He tenido el privilegio de compartir -en distintos espacios y a lo largo de varios años- momentos memorables con este admirable y admirado caballero, al que me atrevo a considerar un amigo. Fue por eso que hacen un par de meses lo contacté por teléfono a su casa de Limache, y osé llamarle la atención por lo que los medios de incomunicación difundían y que yo por un momento me creí: que Gastón se había aliado con los “amarillos”, aquellos ciudadanos y ciudadanas que por esos días comenzaban con sofisticados argumentos intelectuales uniendo sus voces al coro mediático que ha cuestionado y degradado la Convención Constituyente desde sus inicios.

Sorprendido, Gastón me trató de explicar su apoyo a una carta que él me aclaró no haber escrito, sino apoyado una elaborada por un conocido político nacional (cuyo nombre no estoy autorizado a revelar) que no quiso saliese firmada con su nombre, sino por algunas personas “notables”, entre los cuales consideró a Soublette, pensando quizás el escribiente original que no era él visto como tal por una parte importante de la opinión pública.

Gran sorpresa entonces cuando a fines de mayo me encuentro caminando exhausto por las calles de Limache, con una pesada mochila, buscando el lugar exacto de una conversación que tendría ese día Gastón nada menos que con Elisa Loncón, la reconocida lingüista Mapuche que fuera la primera presidenta de la Convención Constituyente. La conversación originalmente había de tener lugar en un Liceo Municipal, pero el veto del alcalde de derecha habría llevado a trasladarla al Colegio Marista de Limache. “Diálogos para el Buen Vivir” se llamó la conversación de poco más de dos horas que sostuvieron allí Gastón con Elisa Loncón, como parte de la celebración del Día del Patrimonio.

¿Había recapacitado Gastón? ¿O acaso nunca tuvo la postura de cuestionamiento de la convención que algunos le achacaron?

No lo sabemos a ciencia cierta. Lo que sí aprendimos en esa conversación fue que el filósofo, músico y profesor no sólo admira puntos esenciales del borrador de la nueva constitución, sino que además se ha dado el trabajo de complementar algunos aspectos para asegurar eso que llamamos -y que nos congregó en Limache- el Buen Vivir.

Tratando de Constitucionalizar el Buen Vivir

Una vez más el eterno (en por lo menos dos sentidos) profesor de la Universidad Católica sorprendió ese helado sábado de otoño por su lucidez y su conocimiento del borrador de la nueva constitución, de lo verdaderamente humano -no solamente desde su visión cristiana- sino desde la visión y cosmovisión Mapuche, que hace años conoce y difunde profusamente entre los chilenos y chilenas. No faltó por supuesto su fuerte crítica a la civilización industrial que nos sigue intentando devorar, y uno de cuyos tentáculos, el del desarrollo inmobiliario incontrolado, intenta por estos días Gastón detener en su querido Limache.

De esto -y más- conversó Gastón con Elisa Loncón esa mañana.

La lamnien (mujer en Mapudungun) se explayó sobre el Buen Vivir en la nueva constitución y sobre la cosmovisión Mapuche del concepto, que ellos conocen como Kume Mongen.

            “ Es una norma ética de cuidado de nuestra vidas y de cuidado de la vida de la naturaleza, pero también una norma que nos articula  con lo espiritual, con lo divino, con los antepasados. Porque no somos un accidente -donde la vida empezó con nosotros y terminó con nosotros- sino que somos, venimos de muchos tiempos atrás y vamos hacia muchos tiempos hacia el futuro también” explicó poéticamente Loncón.

 “La práctica del buen vivir significa no sólo pensar en tu bienestar, sino en el bienestar del otro. Significa también dejar de verse superior al otro ..el otro no es alguien al que tienes que liquidarlo, destruirlo, sino que el otro es alguien que también te ayuda a equilibrar” agregó la mujer Mapuche, quien recordó cómo, tras ser ocupado su territorio, se fue perdiendo también el equilibrio con la naturaleza:

 “Hicimos una vida separada del Estado. Sin embargo, se mantuvieron los ríos, se mantuvieron las montañas. Hasta que llegó después el sistema neoliberal a ultranza que se apoderó de mucho de nuestros espacios territoriales y se perdió el buen vivir.”

  Pero Loncón cree firmemente que éste puede volver.

Elisa Loncon y Gastón Soublette.

“¿Podemos hoy día restituirlo?¿podemos recomponerlo? Yo creo que es posible y es el trabajo de la nueva constitución al garantizar los derechos de las regiones, al garantizar los derechos de las mujeres, al garantizar los derechos de los pueblos…es posible restituir el Buen Vivir porque estamos pensando en el otro y en sus derechos como dignidad humana, pero también estamos pensando en los resguardos de la naturaleza”.

Ante la pregunta sobre por qué no sé mencionaban las palabras solidaridad y fraternidad en el borrador, tan necesarias en esta época de violencia, la constituyente Mapuche afirmó que este era precisamente el nuevo paradigma de la nueva constitución, que lejos de querer dividir el país, busca reinventarlo en la diversidad y en lo colectivo, atacando de raíz la violencia.

“Es algo que a todos y a todas nos sorprende. El tema de la violencia instalada en la sociedad. Y no solo aquí en Chile…Nosotros venimos de un modelo económico político que se focalizó en el individuo…se perdió la mirada colectiva de la sociedad, la interdependencia con el otro. La nueva constitución hay que leerla desde esos focos, desde los nuevos paradigmas. Dice en un principio que los seres humanos nacemos libres y somos interdependientes con el otro y con la naturaleza. En la carta fundamental de los derechos humanos dice que las personas nacemos libres, pero no habla de la interdependencia”, agregó.

Fue enfática también la lamnien en negar que el proyecto de constitución sea divisionista:

“Lo que tú llamas división es el lenguaje que han usado los que quieren rechazar la constitución y que tienen todos los medios a su disposición. Dicen que estamos dividiendo Chile. La verdad es que lo que estamos haciendo es construyendo un estado solidario donde va a existir el valor colectivo comunitario…tenemos doscientos años de Un estado, Una nación. Y a eso se le llamó unidad. Pero esa unidad ¿que significó? Desplazar a las mujeres, desplazar a los pueblos originarios, negarles derecho a los pobres…no significa (entonces) que Chile se hace pedazos, que se destruye en trozos, sino que se reconstruye en unidad en la diversidad, por un lado, respetando las diversidades, pero se hace colectivo, es un estado colectivo y comunitario…”

Soublette por otra se explayó sobre uno de sus temas favoritos: la educación, tarea a la que se ha dedicado casi toda su vida. Destacó la importancia de que el borrador de la nueva constitución no se limite a hablar de aprendizaje:

“A mí me dió mucha satisfacción leer la definición que la nueva constitución dará a la educación ..dice es un proceso formativo y de aprendizaje a lo largo de la vida. Lo interesante es que hayan puesto el énfasis en lo formativo y no sólo en el aprendizaje …” dijo Gastón, señalando además que él le había agregado otro concepto:

“Yo me permití redactarlo de otra manera. Quedaría igual, pero (agregaría) que ese proceso formativo y de aprendizaje le hace posible al hombre el desarrollo de su potencial personal de nacimiento. Todos nacemos con un enorme potencial, pero vivimos en un mundo que no nos permite desarrollarnos. Ese potencial queda por lo general sin desarrollar y tal vez nos morimos sin saber quiénes éramos en el fondo”.

Según Gastón el desarrollo de ese potencial no sería de interés de aquellos/as en el poder:

“Las formas de vida que ha creado esta civilización industrial no nos da tiempo para pensar en el verdadero desarrollo de las personas. Sencillamente lo que le interesa al poder que nos controla es introducirnos en la máquina que ellos han creado en la forma más exitosa posible. Mientras más pensamiento crítico tengamos, mientras a más desarrollo espiritual aspiremos, al poder no le conviene. Entonces es posible que la mayoría nos morimos sin saber quiénes éramos”.

El profesor dio también algunas pistas para el desarrollo del carácter, como parte de lo que hay que aprender para Vivir Bien.

“El cultivo del carácter tiene tres categorías: la primera es el conocimiento de sí mismo, la segunda es adquirir el dominio de sí mismo, y la tercera es la entrega de sí mismo a los demás para la cooperación. Eso es previo al Buen Vivir. Si uno ha pasado por ese proceso pedagógico está capacitado para vivir tal como lo define, en dos líneas por lo demás, la nueva constitución: Vivir en armonía consigo mismo, con la comunidad y con la naturaleza.”

Otro concepto incorporado al borrador de la nueva constitución y que entusiasma de sobremanera a Soublette es el de la “ruralidad”

“La Constitución nueva trae un concepto extremadamente importante, que jamás se soñó antes, que es la ruralidad. Dice que los poblados, las comunas autónomas que son rurales, no deben perder esa categoría. Lo define en parte urbano, por supuesto, pero lo rural consiste en que su gente trabaja y vive en un entorno natural y que eso no debe perderse. Yo digo, si esto se toma en serio y logra pasar, nos defenderemos de todos los intentos absurdos de convertir Limache en una gran ciudad, con edificación en altura y gran flujo vehicular…se moriría Limache si no le reconocen su ruralidad.”

Los aplausos que siguieron a estas palabras de parte de la audiencia Limachina se amplificaron aún más tras la pregunta de una persona que debió escuchar la conversación fuera del repleto salón y que indagó sobre que recado daría Gastón a los empresarios.

 “Que tomaran conciencia que están viviendo en un régimen que se está acabando y vean cómo desembarcarse de esa micro…Hay muchos síntomas. Se ve claramente que ese modelo está llegando al final. Si un empresario tiene cierta sabiduría, cierto respeto por el ser humano, debiera pensar como desembarcarse de un proyecto de vida de acumulación de capital, de crecimiento ilimitado. Que vea de qué manera eso está destruyendo el mundo. Primero darse cuenta de donde está parado y que le corresponde hacer a él en esta tremenda megacrisis que estamos viviendo.” respondió firmemente, para agregar luego algo insólito:

“Después le diría, mire, practique la meditación (aplausos) para que usted pueda adquirir una cierta tranquilidad interior. Trate de desarrollar su ser interior. Usted se ha caído para afuera. Su mente se cayó para afuera. Ya usted no sabe quién es. Todos sus días son llamadas por teléfono, estadísticas, listas, reuniones, estrategias, eso no es un hombre. Ahí ya se perdió la humanidad. El modelo que usted representa ha masificado a los pueblos y hay una diferencia muy grande entre pueblo y masa. En la masa, los hombres están juntos, pero no son comunidad. Y eso, es lo más terrible que se puede vivir.”

El Buen Vivir que horas después sentiría en cada rincón de su antigua casa de Limache, en cada gesto y palabra de este hombre de ya 94 años que esa noche nos acoge, mientras cuida el fuego que nos da calor en esta heladísima noche de Chile, como lo ha hecho con tantos, por tantos años. Alojé en su caserón esa noche. Conversamos largamente de otras cosas. De sus osadas acciones en la década de los 80s que salvaron la vida a siete estudiantes de la Católica que mantenían una huelga de hambre contra la dictadura militar, del Partido Mágico del Pueblo, de las encrucijadas en que se encuentra hoy el pueblo Mapuche y de cómo colaborar en levantarse de manera no-violenta frente a tanta opresión. Me regaló también una copia de su último libro “Marginados y Marginales”, en que relata varios de estos asuntos. Se los recomiendo.

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