En la cartelera actual, entre Godzilla, Kung Fu Panda 4 y Garfield, hay una pequeña y brillante película chilena que pasa desapercibida llamada “Historia y Geografía”, de Bernardo Quesney.
Y no es que vayamos a entrar una clase, a pesar que nos deja varias lecciones. La película narra la historia de Gioconda Martínez (Amparo Noguera), una actriz en declive solo reconocida por interpretar a un popular personaje televisivo llamado “La Huachita”, que hacía un humor burdo y sexualizado que era un verdadero éxito en audiencia cuando ella era joven . (¿Le hace recordar a algún programa?).
Pero ahora Gioconda tiene intenciones de darle un giro a su carrera montando en teatro el poema “La Araucana” de Alonso de Ercilla, “porque Chile cambió” y ella también quiere cambiar. Y en esa búsqueda, termina llegando a su pueblo natal San Felipe, re encontrándose con su hermana Atenea (Catalina Saavedra) -que coordina las actividades culturales del municipio- y activando un heterogéneo grupo teatral amateur.
La trama no es pretenciosa, no está basada en un caso o un hito histórico a nivel nacional como “Machuca”, y he allí su virtud, porque desde la sencillez de su historia y la magistralidad de sus actuaciones protagónicas cruza varias temáticas: la vida de una ciudad pequeña, el teatro, la inmigración, el conflicto mapuche, la precariedad del arte en Chile e incluso el estallido social.
Y atraviesa todo esos temas con sutileza, sin ser explícita y a través de la comedia. Una combinación no muy fácil de realizar, y que la convierte en una verdadera bocanada de frescura para el cine chileno. Es incluso agradable a los ojos, con una paleta de colores variopinta sin “sobre estetizar” a San Felipe. Al contrario, las protagonistas transitan por sus lugares comunes: el patio de la casa con ropa colgada, o simplemente conversar afuera de un portón, sin planos con composición perfecta pero lo suficientemente bellos para cautivar nuestra atención.
Esta película está para dedicársela a todas esas personas que vociferan que en Chile solo se hacen películas sobre dictadura, de sexo y con garabatos. Ubíquese. Aquí está “Historia y Geografía”. Tal vez no ganará el Oscar o Cannes. No copa las portadas y no están los hermanos Larraín detrás, como la mayoría de las producciones chilenas al día de hoy. Quizás tampoco será una película que marque la historia cinematográfica, pero tampoco lo busca. Ubíquese. “Historia y Geografía” no necesita ESA GRANDILOCUENCIA.
Desde su simpleza busca algo más profundo, que yace escondido en sus hilarantes diálogos; en haitianos actuando de mapuche; en las discusiones en medio de un ensayo en una sala de clases; en dos hermanas con visiones totalmente diferentes sobre el arte; en sus colores o en la representación de la idiosincracia chilena.
La película te deja una sensación extraña, porque a pesar de ubicarnos bien en tantas temáticas, igual te deja con una desorientación solo asimilable al devenir de nuestro país. Gioconda Martinez puede ser ese Chile que quería cambiar, que tuvo la intención, pero al final solo fue un espejismo. Nos muestra ese Chile que pensamos que se fue, pero en realidad sigue vigente. Y que el primer paso para hacerlo es aceptarlo.