Doce meses alcanzó a estar en prisión preventiva el ex teniente coronel de Carabineros, Claudio Crespo Guzmán, acusado por el Ministerio Público de dejar ciego al estudiante Gustavo Gatica tras dispararle perdigones en los ojos el 8 de noviembre de 2019 en las inmediaciones de la Plaza de la Dignidad.
El 12 de octubre de 2021 le fue modificada a Crespo la medida cautelar que lo privó de libertad, siendo cambiada por las de arraigo nacional y firma quincenal. Tras ello, el ex uniformado ha retomado su vida de civil, creando una empresa, participando de manifestaciones en favor de Carabineros convocadas por grupos ultraderechistas y realizando activismo por criminales violadores de Derechos Humanos de la dictadura cívico-militar, actividades que visibiliza a través de su cuenta en Twitter @ClaudioCrespoG.
EMPRESA DE “LIMPIEZA”
El pasado 23 de diciembre de 2021 Crespo anunció a través de su cuenta en Twitter la instalación de una empresa de seguridad, destacando que está acreditado para ello por el OS10 de Carabineros, y solicitando ayuda y clientes debido a que -como destacó- la institución policial a la que pertenecía “me dio de baja”.
Se trata de la empresa Fullclean Security, ubicada en el #2161 de la calle Román Díaz en la comuna de Ñuñoa, Región Metropolitana, la que creó al alero de otra compañía, Fullclean Servicios Generales, en cuyo directorio participa su esposa, Giovanna Cuneo Guerrero.
Crespo mantuvo el nombre de full clean para su “emprendimiento”, donde ofrece servicios de seguridad privada a nivel nacional; un concepto que en español puede traducirse como “limpieza completa”.
JUNTO A ULTRADERECHISTAS Y “PANCHO MALO”
El ex uniformado imputado por dejar ciego a Gustavo Gatica no solo se ha mostrado activamente en Twitter -donde además criminaliza permanentemente al estallido social y opina de la contingencia política-, sino que también ha aparecido públicamente en manifestaciones convocadas por grupos ultraderechistas.
El pasado 29 de enero asistió a una concentración del movimiento YAAC (Yo Apoyo A Carabineros) en el exterior de la Escuela de Oficiales de Carabineros, ubicada en la Avenida Antonio Varas en Providencia, donde dirigió algunas palabras al grupo de asistentes, acompañado del ex líder de la Garra Blanca, Francisco Muñoz, a quien aparentemente lo une una férrea amistad.
Cabe recordar que Muñoz, conocido como “Pancho Malo”, es un ferviente pinochetista que estuvo seis meses en prisión el año 2000 por asesinar con un cuchillo a un joven durante una riña en la comuna de Vitacura, y hoy lidera un grupo nacionalista llamado Team Patriota.
En la ocasión, vistiendo una polera en donde se pudo leer la consigna Capitalism makes / Socialism takes, Crespo señaló por un altoparlante que “me tocó estar enfrentando la delincuencia a diario en Plaza Italia. Los carabineros evitamos que los vándalos se tomaran el poder desde La Moneda, porque estuvimos ahí enfrentando al lumpen”.
EL ACTIVISMO EN FAVOR DE VIOLADORES DE DERECHOS HUMANOS
A través de Twitter Claudio Crespo ha expuesto igualmente su activismo en defensa de violadores de Derechos Humanos de la dictadura cívico-militar que hoy están privados de libertad por crímenes cometidos durante ese período.
Por ejemplo, el pasado 5 de febrero el ex uniformado calificó de “injusta” la pena de 12 años de cárcel impuesta a la teniente coronel (r) de Carabineros, Palmira Isabel Almura Guzmán, quien -cabe recordar- fue condenada en 2018 como autora del delito de secuestro calificado de la pareja de cineastas Carmen Bueno Cifuentes y Jorge Müller Silva, este último camarógrafo del documental La Batalla de Chile de Patricio Guzmán.
Bueno y Müller, ambos militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), fueron detenidos el 29 de noviembre de 1974 en la vía pública por agentes de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINA), siendo trasladados hasta los centros de detención Villa Grimaldi y Cuatro Álamos, donde fueron torturados.
La ex funcionaria de Carabineros defendida por Claudio Crespo y conocida como “La Pepa”, ya había sido condenada en 2008 como cómplice de los secuestros calificados de Fernando Silva Camus y Claudio Silva Peralta, padre e hijo respectivamente, ocurridos a partir del 26 y 27 de septiembre de 1974 en la Región Metropolitana. En aquella ocasión la agente de la DINA fue sentenciada a 3 años y un día de presidio, pero se le concedió el beneficio de la libertad vigilada.
En un artículo titulado El “escalafón femenino” de la tortura publicado por El Siglo el 12 de diciembre de 2006, se sostiene que el cruel ex agente de la DINA, Osvaldo Romo, “reconoce que entre los torturadores de Villa Grimaldi estaban César Manríquez, Wenderot y Palmira Almuna”.
En tanto, el periodista y escritor Ignacio Vidaurrázaga destacó en una columna publicada en Radio Cooperativa el 25 de febrero de 2019 titulada Las mujeres de la DINA: leales e impunes, que la tarea de Palmira Almuna “en la casa de tortura de José Domingo Cañas era seleccionar e instruir a mujeres-agentes que debían seducir para obtener información”.
Crespo cerró su tuit sobre la condenada integrante de Carabineros con la frase “no podemos olvidar a nuestros héroes”.
Un día después de su mensaje en defensa de la criminal Palmira Almuna, Claudio Crespo publicó otro en donde se quejó de un hecho ocurrido en el contexto de una visita que esa jornada tenía programada a Punta Peuco para encontrarse con un suboficial de Carabineros recluido en ese penal.
En el texto, el otrora teniente coronel relata que el delincuente preso en ese recinto lo había llamado para señalarle que había sido notificado de que habían sido suspendidas las visitas para todos los internos. Ante esto, Crespo instó al ministro de Justicia, Hernán Larraín, a revisar lo ocurrido, agregando que “la visita es un derecho”.
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