Eran las 12:18 horas del domingo 17 de abril y un infarto fulminante causó la muerte de Mireya Baltra Moreno a los 90 años. Una partida que ocurrió en presencia de su esposo Reynaldo, su hijo Roberto y una de las personas que cuidaba de ella, la señora Elisa, en la comuna de Puente Alto.
Estos mismos fueron quienes le comunicaron la triste noticia a Romanina Morales Baltra, la hija menor, quien pasado el mediodía escribió lo siguiente: “Acaba de fallecer mi madre. Mujer de luchas incansables”. De esa manera el mundo se enteró de la muerte de una persona que marcó un precedente en la historia de Chile para las mujeres.
Acaba de fallecer mi madre Mireya Baltra Moreno. Mujer de luchas incansables. @AbogadosPC @PCdeChile @camila_vallejo
— Romanina Morales Baltra (@romachile) April 17, 2022
Minutos más tarde, la colectividad en la que militó por más de 50 años transmitía la lamentable noticia, mientras también homenajeaba a su “querida compañera ex ministra, dirigenta social y ex diputada”. Entregaron, además, sus condolencias y afectos a su familia como Partido Comunista (PC).
⚫️Comunicamos con mucho pesar el sensible fallecimiento de nuestra querida compañera Mireya Baltra, exministra del gobierno del Presidente Salvador Allende.
— Partido Comunista de Chile (@PCdeChile) April 17, 2022
Dirigenta social y exdiputada. Entregamos nuestras condolencias y afectos a su familia como Partido Comunista de Chile.
Trayectoria política y social
Mireya Baltra Moreno fue la suplementera que solo terminó la educación secundaria y se transformó el año 1972 en la primera ministra del Trabajo y Previsión Social en la historia de Latinoamérica y, por supuesto de Chile, en el gobierno de la Unidad Popular (UP) encabezado por el Presidente Salvador Allende.
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Previo a eso, había sido dirigenta del Sindicato de Suplementeros, donde se hizo cargo del Departamento Femenino. Años más tarde ingresó a la Federación Nacional de Suplementeros, espacio en el que también llegó a ser una agitadora y lideresa de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).
Dentro de las filas comunistas desarrolló diversas labores dirigenciales, entre ellas como representante popular: fue regidora (concejala) de la comuna de Santiago, y diputada en dos oportunidades; la primera de ellas entre 1969 y 1972, periodo en el que impulsó la Ley de Previsión Social, la Junta Nacional de Jardines Infantiles (JUNJI) y el Frente de Mujeres de la UP. Su segunda vez como parlamentaria la ejerció solo en 1973, ya que se interrumpió tras el golpe de Estado y la llegada de la dictadura cívico-militar.
Por otra parte, en la interna de la colectividad fue miembro del Comite Central y de la Comisión Política, lugar donde se hizo cargo de la Comisión Femenina y las relaciones partidarias. Debido a su militancia fue exiliada el año 1974 por el régimen liderado por Augusto Pinochet y regresó a Chile clandestinamente en 1987.
A los 60 años dicidió estudiar Sociología en la Universidad de Artes y Ciencias (Arcis). Finalizó la carrera cinco años después.
Guardias de honor en el ex Congreso Nacional
Para rendir una serie de honores, homenajes y cánticos a Mireya Baltra Moreno, se destinó el Salón de Honor del ex Congreso Nacional, lugar donde “mi madre ejerció el derecho a formar leyes”, destacó Romanina Morales en diálogo con La voz de los que sobran la mañana del lunes durante su despedida.
Previamente había sido su amiga Claudia Pascual la que coordinó un espacio en donde hoy funciona la Convención Constitucional para realizar el velorio a la ex diputada. Casi de inmediato, fue el presidente del Senado y del Partido Socialista, Álvaro Elizalde, el que le comunicó a la hija menor que estaría disponible el Salón de Honor para homenajearla.
En la tarde de ese domingo, a la entrada del edificio, como ya se había coordinado de manera previa, se posicionaron las y los militantes comunistas de la Región Metropolitana, una a cada lado con sus banderas rojas en alto. La caminata fue dirigida por Romanina, la hija menor de Baltra, quien portaba una foto de su madre junto a Salvador Allende, mientras empuñaba su mano izquierda en alto. Tras ella venía la familia cargando la urna con su cuerpo.
Pasadas las 19:00 horas se inició la primera de las más de 50 guardias de honor que recibió en reconocimiento. Esta fue encabezada por el Comité Central del PC, entre ellos su presidente, Guillermo Teillier; el secretario general, Lautaro Carmona; la vocera de Gobierno, Camila Vallejo; el convencional Marcos Barraza; el senador Daniel Nuñez; y las parlamentarias Claudia Pascual, Daniela Serrano y Lorena Pizarro, además de la alcaldesa de Santiago, Irací Hassler.
Con el puño izquierdo en alto, entonaron el himno “La internacional”, no solo quienes estaban en la guardia, sino que también todas las personas presentes en el Salón de Honor. Al finalizar la canción, Romanina realizó un simbólico gritó al que la gente respondió. “Compañera Mireya Baltra… ¡Presente! Compañera Mireya Baltra… ¡Presente! Hasta la victoria… ¡Siempre!”, se oyó en el recinto.
Siguieron las Juventudes Comunistas (JJCC), quienes desde la entrada con sus banderas rojas, camisas amaranto y un arreglo de flores con la sigla de la organización, ingresaron hasta el Salón de Honor lideradas por su presidenta, la diputada Daniela Serrano, además de la constituyente Valentina Miranda. Rodearon el cuerpo, empuñaron la mano izquierda y entonaron el himno de la Jota. Para finalizar, conjuntamente realizaron el grito característico de la organización, homenajeando a la ex diputada.
Al día siguiente, llegaron hasta el ex Congreso Nacional la ministra de Defensa, Maya Fernández, nieta de Salvador Allende, el Presidente que nombró a Baltra ministra del Trabajo; junto a la senadora y sobreviviente de las violaciones a los Derechos Humanos, Fabiola Campillai, quienes conjuntamente rindieron una guardia de honor en compañía de funcionarios de la cartera de Defensa.
El mundo de la cultura, a través del reconocido cantautor Pancho Villa, amigo de la familia, se hizo presente para cantar y homenajearla. También lo hizo Juan Ayala, quien la conoció en la CUT; mientras le rendía un homenaje, el ex vocalista de Juana Fe contó que a “la Chica” le gustaba el tema “Callejero”, y que por eso la interpretaría para despedirla. Mientras cantaba, el artista improvisó: Las palmas para despedirla. Mireya suplementera, la más bella, que le sobraba calle.
De igual forma, se refirió a ella en conversación con La voz de los que sobran, enfatizando que Baltra “representa un tipo de persona, de hacer política, una forma de ver la vida muy ligada a lo popular que hace mucha falta hoy en día; una persona que decía las cosas sin pelos en la lengua y su partida nos recuerda que tenemos que aprender mucho de esas personas para construir ese país que soñamos (…) Ojalá podamos recuperar ese espíritu y esa forma de ser: lo que pensamos, lo que decimos y lo que hacemos, tiene que ser una pura cosa”.
Los últimos dos homenajes que recibió en el edificio, fueron de parte de la familia, sus hijos e hijas, nietos y nietas, en conjunto a sus bisnietos, quienes realizaron las guardias de honor tradicionales para militantes de izquierda que fallecen.
Condolencias y honores
La muerte de Mireya Baltra recibió en el ex Congreso Nacional a diversas personalidades y militantes del Partido Comunista, del Partido Socialista, el Partido Radical y otras organizaciones. En broma, Romanina dijo a nuestro medio que “volvimos a armar la Unidad Popular en la despedida de mi mamá, volvimos a la UP”.
El Presidente de la República, Gabriel Boric, si bien no asistió al funeral, escribió en su cuenta de Twitter que respeta y reconoce “a la primera mujer ministra del Trabajo en Latinoamérica, diputada y dirigenta social”. “Agradezco su valiente ejemplo, fuerza y lucha que seguirán siempre presentes. Mis condolencias y cariño para su familia, amigas y amigos”, señaló el mandatario.
Mi respeto y reconocimiento a Mireya Baltra, primera mujer Ministra del Trabajo en Latinoamérica, diputada y dirigenta social. Agradezco su valiente ejemplo, fuerza y lucha que seguirán siempre presentes.
— Gabriel Boric Font (@gabrielboric) April 17, 2022
Mis condolencias y cariño para su familia, amigas y amigos. pic.twitter.com/dXmcVs8kzg
Desde el Gobierno se hicieron parte las ya mencionadas secretarias de Estado, la vocera Camila Vallejo, quien tenía una relación más cercana con Mireya, y Maya Fernández; también la jefa de la cartera de Justicia y Derechos Humanos, Marcela Ríos; el ministro de Vivienda y Urbanismo, Carlos Montes; y quien hoy lleva la misma responsabilidad que alguna vez tuvo Baltra y es la segunda mujer comunista en ser ministra del Trabajo y Previsión Social, Jeanette Jara.
Al respecto, en una conferencia de prensa tras hacer la guardia de honor, Jara dijo que fue “a rendir homenaje a una mujer pionera que cumplió con toda una vida de lucha política y social como militante, dirigenta sindical, ex ministra de Estado y ex diputada”. “Su legado nos inspira para las transformaciones que en Chile siguen pendientes”, añadió.
El presidente del Senado, Álvaro Elizalde (PS), calificó a Mireya Baltra en La voz de los que sobran como “una persona luchadora de toda la vida, una mujer consecuente, de izquierda y comprometida con los cambios profundos, por lo tanto, estamos presentes aquí para rendir homenaje a su trayectoria y su vocación de servicio público. Además, yo soy muy amigo de la familia”, comentó.
Una de las cercanas a la ex ministra, la senadora Claudia Pascual (PC), emocionada, comentó a La voz de los que sobran que le generó “un profundo dolor” la partida de Baltra. “Es una pérdida para el PC y para el país, porque refleja una forma del ejercicio de la política con ética, esfuerzo, trabajo, con mucho sentido de vocación pública y del sacrificio por las grandes mayorías. Es una pena tremenda”, enfatizó.
De igual manera, el senador Daniel Nuñez (PC) señaló al medio que “fue una gran dirigenta que nos acompañó hasta que pudo por el propio desgaste de la edad (…) Su figura política representa a una líder obrera que muestra que cuando los trabajadores se organizan y tienen conciencia, pueden aspirar a las más altas responsabilidades en una conducción política clave para hacer de Chile un país con más democracia y para construir el socialismo. Su ejemplo es la consecuencia de la clase obrera chilena”.
Desde la Convención Constitucional, Marcos Barraza (PC) sostuvo que Mireya fue “una lideresa del mundo popular, defensora de la clase trabajadora”. “La compañera nunca claudicó respecto al cambio de la Constitución que dejará atrás la de la dictadura cívico-militar. Se entregó con todas sus fuerzas y energías para derrocarla, para que Chile recuperara la democracia y perseveró todo lo que pudo”, destacó.
Asimismo, la convencional Valentina Miranda (JJCC) fue clara en sostener que “la Jota nunca se pierde cuando se tiene que rendir honores a los viejos y a las viejas que parten. Dejar atrás a una compañera que es la primera ministra del Trabajo, una mujer que resistió a los ataques de la derecha en la Unidad Popular y que nos deja en un contexto donde también somos Gobierno, nos toca a nosotros como Juventudes llevar adelante el proyecto popular”.
“Para el mundo feminista marca un antes y un después. Una mujer tan fuerte y que representa un papel histórico. A nosotras como mujeres, más que cualquier otra cosa, nos motiva y nos permite seguir avanzando en la lucha y en los espacios de representatividad política que hoy día no están garantizados, pero personas como Mireya nos motivan a seguir conquistando esos espacios”, complementó Miranda.
El Partido Comunista, a través de su presidente, Guillermo Teillier, calificó la partida de Mireya Baltra a La voz de los que sobran como “una gran pérdida, pero al mismo tiempo es una persona cuya vida nos reconforta y nos sigue dando el ejemplo”. “Estaba enferma de hace tiempo, pero no perdía su condición de una revolucionaria muy firme. Una compañera muy admirada por nosotros, que estuvo en las buenas y las malas del PC”, sumó Teillier.
La diputada Lorena Pizarro (PC) dijo a nuestro medio que “para el Partido, para el país y las nuevas generaciones, la compañera Mireya representa ese Chile distinto, donde la convicción, la inteligencia y el trabajo colectivo permitía que una suplementera llegase a ser ministra. Un ejemplo de vida y de coherencia (…), una mujer muy feminista, una revolucionaria, que no tuvo una militancia cómoda, porque fue una mujer que luchó toda la vida”.
El alcalde de Recoleta y ex candidato presidencial comunista, Daniel Jadue, señaló igualmente a La voz de los que sobran que Mireya “es un ejemplo de vida, lucha, consecuencia, fortaleza y de una entrega completa al pueblo de Chile; una constructora de Partido, de intelectual colectivo. Una pérdida irreparable en estos tiempos”.
Irací Hassler, la jefa comunal de Santiago e integrante del Comité Central del Partido Comunista, se refirió a Baltra como “una mujer pionera, luchadora y muy querida en la comuna, ya que creció en la población Arauco (…) Ella demostró que las mujeres podemos estar en todos los espacios y que las distintas experiencias de vida y de trabajo son válidas también en la sociedad”.
Funeral en Puente Alto
Con aplausos y ovaciones desde el ex Congreso Nacional salió el cuerpo de Mireya Baltra rumbo al cementerio Cordillera de la comuna de Puente Alto, el pasado lunes 18 de abril. La carroza fue seguida en una caravana por toda la familia y algunos militantes del Partido Comunista.
María Odette y Rodrigo fueron los responsables de dar unas palabras a nombre de los hijos de Mireya Baltra; también lo hizo Florencia, su bisnieta, y Ariel, uno de sus nietos.
Este último le dedicó una sentidas palabras a su abuela, relatando que es “una de las mujeres más maravillosas y fuertes que he conocido en mi vida. Creo que nunca la vi como el personaje político que todos conocen, porque la conocí desde otro punto de vista, desde el amor y la dedicación de una mujer que me entregó todo su cariño, que se dedicó a enseñarme y ocupar sus conocimientos para mostrar lo mágico, lo bello e inocente de la vida de un niño”.
“Y pucha que dedicó tiempo a lo mismo en su vida política. Siempre se preocupó del pueblo, de las trabajadoras y trabajadores, de la relación que mantenian con el mundo político, que siempre los deja de lado, y cómo esto afecta a las niñas y niños. Siempre apostó por la educación y las nuevas generaciones para el cambio popular. La dedicación y tiempo que le dio a las trabajadoras es única”, expuso ante las y los presentes.
Posteriormente, familiares y asistentes se despidieron simbólicamente de Mireya. Fue entonces que sonó la canción “El viejo comunista” de Manuel García, y el cuerpo de la “Chica” comenzó a descender con una bandera del PC encima, el casco de un obrero, dos pañuelos asociados al feminismo y al aborto, y con rosas y claveles que acompañaban las lágrimas y la tristeza de su familia, amigas, amigos, compañeras y compañeros.