viernes, octubre 11, 2024

Pluralismo en Chile: Desafíos, posibilidades y limitaciones

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La pregunta por la medición del pluralismo no es solo una pregunta por la metodología, sino que también es de carácter epistemológico, vale decir, implica interrogar lo que estamos preguntando, al menos en dos sentidos: ¿Qué significa medir el pluralismo? y si esto es posible, ¿cómo se puede hacer exactamente?

He tenido la oportunidad de participar en distintos equipos de trabajo en el marco de los proyectos de Pluralismo de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), y me temo que aunque habitualmente nos planteamos abordar las problemáticas asociadas al pluralismo, terminamos inevitablemente en análisis semiodiscursivos representacionales, centrados fuertemente en las trayectorias parciales de ciertos conflictos.

Ahora bien, si entendemos el pluralismo solo desde la perspectiva de la cobertura y el tratamiento de la información y consideramos como lo hace el CNTV, a saber,  el “respeto a la diversidad social, cultural, étnica, política, religiosa, de género, de orientación sexual e identidad de género, siendo deber de los concesionarios y permisionarios de servicios de televisión, regulados por esta ley, la observancia de estos principios (…).”; entonces, cualquier medición debería considerar indicadores que permitan referirnos al modo cómo se aseguran las diversidades, tales como:

  1. la propiedad de los medios, en tanto la pluralidad de esta propiedad incide en el pluralismo de los contenidos,
  2. la diversidad de las fuentes, no en la generación de información periodística, sino de voces en general, puesto que estas inciden en el cierre o apertura de los contenidos,
  3. la diversidad de las actorías representadas, esto es, no solo quiénes hablan sino de quiénes se habla,
  4. la diversidad de géneros, etnias y culturas, tanto de quienes emiten contenidos como de quienes son referidos en los medios de comunicación.

Una posibilidad de medir es identificar algunos indicadores de pluralismo, a partir de las desigualdades generadas en:

  • temas
  • actorías 
  • fuentes
  • acreditación de las fuentes 
  • atribución de responsabilidades 
  • incidencia en las soluciones 
  • relevancia

Si estamos de acuerdo en que el pluralismo requiere al menos de estos indicadores -entre otros-, surgen algunas preguntas más complejas:

  1. ¿Es posible el pluralismo en condiciones de escasa pluralidad considerando la propiedad y control de los medios? Siendo este el caso,
  2. ¿De qué manera este control de la propiedad incide en la diversidad de los contenidos?
  3. ¿Existe un modelo estándar para la medición del pluralismo o se requieren modelos diferentes para distintos tipos de medios? 
  4. Finalmente, ¿existe un indicador de mayor peso en la medición del pluralismo? ¿Cuál sería este?

El pluralismo podemos entenderlo entonces como la medida del desempeño de los medios en el proceso de producción de la realidad, de modo que es tan complejo como crítico. Complejo por las variables a medir y crítico porque se trata de un modo de producción social. Este desempeño de los medios se puede medir mediante indicadores que se refieren a las condiciones de producción informativa que garantizan la diversidad en los contenidos.

No obstante, el desafío es hermenéutico, porque si bien se puede medir -y es necesario hacerlo-, esto solo es un dato que se refiere a ciertas frecuencias y distribuciones, que requieren también comprender la incidencia estructural de los indicadores, es decir, considerando los volúmenes de las audiencias, así como la participación en el mercado de la publicidad. En este sentido, los marcos hermenéuticos son variados e incluyen el modelo de la intencionalidad editorial, el de los encuadres, el de la economía política crítica y del materialismo mediático, entre otros.

Finalmente, las preguntas por el pluralismo no son ajenas a otras preguntas claves en el debate actual, como lo son la libertad de expresión y el derecho a la información. Lo anterior, más allá de las polarizaciones ideológicas, que reducen el pluralismo a hermenéuticas demonizadoras de la regulación o de la autogestión, según el caso. Estado y mercado juegan roles demasiado gravitantes en el pluralismo como para evitarlos, obviarlos o desecharlos a priori. Los debates sobre un pluralismo ecológico, una libertad de expresión sin censura previa y un derecho a la información de calidad nos exigen diálogos genuinos, abiertos y menos estereotipados.

*Texto escrito a partir de la presentación realizada en el Ciclo de Encuentros Desafíos para el Pluralismo en TV: “¿Cómo se mide el pluralismo?”, organizado por el Consejo Nacional de Televisión.

Carlos del Valle
Carlos del Valle
Director del Doctorado en Comunicación de la Universidad de La Frontera.

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