jueves, octubre 10, 2024

La realidad narco y la impostura

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Carlos Marx aseguró que el crimen produce, entre una multiplicidad de elementos, leyes, policía, literatura y cita a Edipo, Macbeth, en otras obras. El delito ha ocupado un lugar considerable en los espacios sociales y, más aún, ha generado estilos como la antigua e impactante crónica roja y su particularidad visual y discursiva, pero claro, siempre fue considerada como un subgénero periodístico o un periodismo “de segunda”.

A lo largo de este tiempo, de manera intensa, los noticieros se han transformado en programas al “rojo vivo”. Diversos delitos copan las pantallas, algunos verdaderamente trágicos como asesinatos que coexisten, en tiempo y énfasis, con noticias como robos frustrados de  automóviles.

Se podría pensar, desde este incesante escenario, que los delitos producen noticiarios y, desde allí, los espacios mediáticos “producen” una violencia simbólica constante, permanente, hasta multiplicar no solo los delitos sino especialmente diseminar los riesgos de la delincuencia hasta inscribirla en los imaginarios sociales. La espectacularización del delito se ha transformado en una especie de reality mediático, una sombra que nos acecha fuera y dentro de la casa. El fantasma que nos asalta y nos sigue por todas partes.

El narcotráfico ingresa a Chile hoy con un definido léxico, formas que ya eran lo suficientemente conocidas yy reconocidas como ficciones: películas narcos, series narco, novelas narco, canciones narco (los narcocorridos) porque como bien lo dijo Marx en 1860, el crimen produce. Hoy mismo en Chile podemos ver la realidad de las bandas que disputan poderes. Así es porque ahora el poder narco lucha por el control de los territorios y ese control se funda en una crueldad que circula bajo el nombre de “ajuste de cuentas”.

Ya sabemos que el narco opera generando corrupción, que se sostiene mediante sobornos a altas autoridades políticas, policías, funcionarios, generando una alarmante fisura democrática.

En junio el año 2019 se produjo en el puerto de Filadelfia lo que se considera como el más grande decomiso de droga pues se encontraron veinte toneladas de cocaína avaluada en mil millones de dólares. Ese impactante envío había salido de un puerto chileno. En otra geografía uno de los capos de la droga en Europa era Richard Eduardo Riquelme Vega, chileno-holandés, detenido en Holanda que hoy colabora como testigo en el juicio por drogas. 

Entonces junto con perseguir el tráfico poblacional local, habría que entender que existe una red internacional de gran envergadura, que sin duda alguna tiene altos exponentes que penetran en el ámbito chileno.  Frente a esta realidad, lo importante es seguir la ruta del dinero y sus destinatarios. Y es este punto el fundamental para desbaratar su organización.

No se trata como lo hace el farandulero alcalde Carter de derribar una casa, sino de abrir las cuentas bancarias, pesquisar esos bienes, examinar bajo qué estructura se produce el lavado de dinero. Pero la derecha se opone a abrir las cuentas, porque el dinero es “sagrado” para ellos, un rito religioso secreto, personal o familiar. Sus cuentas, al parecer, constituyen el caudal de sus vidas.

Es curioso que el Partido de la Gente -por la razón y la gente- lleve como candidata a Constituyente, a una mujer que fue traficante de drogas, una persona que más allá de su rehabilitación, no podría asumir su mandato precisamente por su condena como narcotraficante. Pero está en la papeleta y su candidatura será vigente. Desde otra perspectiva, hay que pensar que este partido es convocado y fundado por gente “sin razón” como Parisi, que se arrancó del país para no pagar por la mantención de sus hijos durante un largo tiempo. Que esa deuda es una forma indesmentible de violencia familiar. Entonces no es de extrañar esta candidata inviable por un historial tan complejo.

Este “líder” Parisi es una de las más relevantes caricaturas de la política de derecha (no el único), una especie de ilusionista que esconde su falso tinglado para ser lo que no es: un correcto ciudadano. Es esta figura la que me hace preguntarme por sus electoras, las mujeres que integran sus filas, sus representantes en el Congreso y su reconocimiento a este personaje que representa lo peor para las mujeres y la crianza de los hijos. Cómo y por qué ellas lo apoyan si en definitiva él porta una conducta adversa hacia las mujeres. Esto sucede, en parte, por la colonización tóxica de sus imaginarios y por la debacle de la política.

Pero, en fin, ya sabemos que en parte importante del mundo atraviesa una crisis política de proporciones. Pero sin duda alguna, este personajillo Parisi, representa en Chile uno de sus síntomas decadentes más agudos.   

Diamela Eltit
Diamela Eltit
Escritora, Premio Nacional de Literatura 2018.

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