Se trata de una exposición gratuita y virtual realizada por la Fundación Nicanor Parra que exhibirá 39 de los trabajos prácticos ideados por el autor y artista Nicanor Parra entre 1976 y 2006.
Como la poesía de Parra, los trabajos prácticos del artista reflejan su espíritu rupturista y desafiante, manteniendo un humor indestructible. La exposición comienza en el portón de entrada de la casa Santiaguina del artista, revelando una intimidad nunca antes vista entre el público, la obra y el artista.
Pero, mientras una flecha apunta el camino indicado, un cártel nos dice: no siga la flecha. Con detalles como este, la exhibición sigue, cuidadosamente, el ingenioso y mordaz lenguaje de Parra.
Pbras como “las botellas vacías del autor”, posicionadas en el estacionamiento vacío del autor, indican una cercanía posible solamente en esta antiexposición. Mientras la actual pandemia nos encierra, esta experiencia nos lleva al aire libre virtual, a un espacio entre la realidad y la ficción, un espacio conceptual evocado por las mismas obras.
Las obras son “ready-made,” juegan con la realidad material de los objetos que se utilizan y la idea que podrían sugerir: mientras las sillas son objetos para sentarnos, Parra monta una sobre la otra, evocando una sexualidad oral y mutua, con su obra “69.” Estos trabajos nos obligan a recordar la poesía, o anti-poesía, controversial de Parra.

El antipoeta caminaba tranquilo por su pequeño bosque en los cerros, escuchando el agua en las acequias y el canto de las hojas moviéndose con el viento. No es difícil entonces imaginarse al artista cómodamente ideando desde su casa, deambulando por sus jardines. Desde hoy, el público puede navegar libremente por esta exposición íntima de manera solitaria, desde la comodidad de sus hogares y pantallas, imitando como una alguna vez el artista paseaba por el mismo bosque.
Esta exposición nació tras la idea del administrador por indiviso José Alfredo Rojas y cuenta con el patrocino del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.