Científicos y organizaciones medioambientales se mantienen en alerta frente a la idea que plantea llevar agua desde los ríos del sur de Chile hasta Antofagasta para convertir al país en una potencia “agroindustrial”. Muchos son ríos ancestrales del pueblo mapuche, afluentes del gran rio Biobío donde viven especies endémicas únicas en el mundo. Todas estas cuencas ya están intervenidas por hidroeléctricas y esta zona como la conocemos actualmente podría desaparecer. El argumento de Sutil fue calificado como “ignorante” por expertos en la materia, ya que el presidente de la CPC plantea que “el agua dulce se pierde en el mar”. Por esta razón quiere trasladarla por canales y tuberías hacia el norte, en un proyecto que dicen terminaría beneficiando a la gran minería y no a la agricultura.
El río Biobío, históricamente conocido como la frontera con el pueblo mapuche, hoy se encuentra intervenido por una serie de empresas hidroeléctricas que se han instalado, tanto en el gran Biobío como en sus afluentes, muchos de ellos importantes para las comunidades indígenas.
A las centrales de Ralco (2004), Pangue (1996) y Angostura (2014) se les suman los proyectos de Rucalhue, Quillaileo y Huequecura revelados en otro reportaje de este medio.
Si esto no fuera suficiente, ahora se suma otra amenaza más grave: Dos proyectos de carretera hídrica pretenden instalarse en la zona, el primero es ‘’Reguemos Chile’, una corporación creada por Juan Sutil, y el segundo Aquatacama.
Sutil pretende llevar agua desde los ríos del sur de Chile a Antofagasta para convertir el país en una potencia “agroindustrial”. El empresario ha sido duramente criticado por científicos y organizaciones locales por los grandes impactos ambientales de este proyecto que costaría US$ 30.000 millones, y requiere fuertes aportes del estado. Sin embargo, también ha recibido apoyo de Ricardo Ariztía, presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura y miembro de la mesa técnica por el agua, los expresidentes Ricardo Lagos y Eduardo Frei, y un importante lobby desde los diarios El Mercurio y La Tercera, que incluso publicó una editorial apoyándolo.
Por su parte, Aquatacama plantea construir un túnel que captaría toda el agua de la desembocadura del río Biobío y la llevaría hasta el norte. El proyecto de capitales franceses sería implementado por la empresa Vía Marina con costo de US$ 8.000 millones.
Ambos están en el servicio general de concesiones del MOP esperando su aprobación y los recursos para poder construirse.
Un proyecto Sutil
El 15 de diciembre del 2015 comenzó a promocionarse el proyecto de la corporación Reguemos Chile, en un programa de CNN Chile llamado ‘Agenda Agrícola’, que el mismo Sutil auspició hasta el estallido social.
El nuevo presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio fue entrevistado en el programa donde desglosó los alcances de su proyecto, señalando que está cambiando el ciclo productivo, que la minería se acabó y que el futuro es la agroindustria.
En el 2018 la corporación publicó una memoria en donde Sutil señala que el proyecto “permitiría generar inversiones por millones de dólares, crear más de un millón de empleos y, sobre todo, llevar desarrollo a los más de 270.000 pequeños y medianos agricultores del país que se incorporarían a una agricultura 2.0”.
Posteriormente comenzaría una avalancha de notas periodísticas en El Mercurio y La Tercera, incluida una editorial en este último publicada el 24 de mayo del 2020 llamada “La otra emergencia que enfrenta Chile”.
“Y si bien el año pasado se anunció un plan de US$ 6 mil millones para la construcción de 26 nuevos embalses en el país, y en febrero la Mesa del Agua entregó su primer informe que planteaba la elaboración de una nueva institucionalidad hídrica, así como un plan de inversiones, el tema ha perdido la relevancia que amerita, considerando que, de no estar de por medio la pandemia, la escasez de agua sería sin duda nuestra principal preocupación; más aún cuando los pronósticos anticipan que este año las lluvias nuevamente serán escasas”, señala parte del texto.
Cuando Juan Sutil asumió la presidencia de la CPC en marzo de este año, el Presidente de la Sociedad Agrícola del Biobío (Socabío), José Miguel Stegmeier, señaló que “esperamos que Juan Sutil no utilice el cargo para impulsar la Carretera Hídrica”.
Además, la Mesa del Agua que menciona la editorial de La Tercera, no ha estado exenta de polémicas. El 6 de diciembre del 2019 la senadora Isabel Allende renunció, alegando que algunos participantes tenían conflictos de interés. En ella está Ricardo Ariztía, quién ha respaldado públicamente el proyecto de Sutil que partiría su primer tramo en el río Queuco.
“También hemos sabido de la existencia de lobby físico, por ejemplo con los canalistas, con los pequeños regadores, con agricultores de esta zona, también de la zona centro y norte, ofreciendo el agua, como va a funcionar y cuanto va a costar el agua”, comenta Valeska Figueroa, integrante de la red por la defensa del río Queuco, una de las tantas organizaciones que busca defender los ríos del sur de Chile.
“La cuenca (del Queuco) está otorgada y sobre otorgada en cuanto a cantidad de agua, pero ellos no van a hacer el estudio, no hay una medición de caudal, no sabemos cuánta agua hay. Ellos afirman que ‘caleta’ de agua se pierde, pero en verdad la gente se alimenta con camiones aljibe en verano”, agrega.
Desde estas organizaciones explican que el proyecto de Sutil consta de cinco tramos, pero solo el primero lo están ingresando al MOP. No se ingresó como proyecto completo porque la carretera hídrica pretende llevar agua de todos los ríos, desde el Queuco hacia el norte.
El primer tramo contemplaría alrededor de 10 ríos, donde el primer afectado sería el Queuco, pues desde “Reguemos Chile” consideran que es el mayor dador de agua, según ellos “sobrante”.
“Ellos manejan un concepto de que el agua dulce sobra en el sur y falta en el norte, y que se pierde en el mar. Entonces para que el agua dulce no se pierda y poder utilizarla, ellos van a generar una carretera que es un túnel abierto, un canal de regadío, pero gigante hasta el norte de Chile”, explica Figueroa.
Carolina Rebolledo, miembro de Pu Leubü, una coordinadora por la defensa del Biobío y los ríos del sur, dice que “los ríos se están comenzando a secar, nosotros anteriormente viajábamos a Santiago y empezábamos a ver que en la cuenca del Itata estaba seca, pero por lo menos el Biobío estaba saludable, sin embargo lo han intervenido en todos sus afluentes, el segundo más grande es el río Queuco y de a poco también se ha ido secando”.
Es especialmente crítica con el proyecto de Sutil, pues cree existen intereses ocultos respecto a las personas que realmente se beneficiarán con una mega construcción de estas característica.
“Especialmente el proyecto de Juan Sutil nos trae bastantes dudas porque él vende el proyecto entero para llevar agua al norte, para crear mil hectáreas de riego, pero resulta que el tramo uno llega solamente al lugar donde él tiene sus propias plantaciones y no más allá, en realidad no sabemos si se va a seguir con los otros cuatro tramos, entonces nos queda la duda si es que en realidad esto es para beneficiar a los agricultores del Maule, que ya están secos, o tienen en realidad esta visión de país de llevar agua al norte”, afirma.
Un documento solicitado por transparencia confirma la versión de estas organizaciones respecto a que Sutil solo ingresó el primer tramo de su carretera hídrica, que está en etapa de revisión por el MOP.
De acuerdo con información de “Reguemos Chile”, de concretarse el proyecto tomará agua de los ríos Queuco, Diguillin, Chillán, Niblinto, Cato, Ñuble, Perquilauquén, Longaví, Achibueno y Ancoa y llegará hasta la altura de Pelarco en la región de O´Higgins. El primer tramo beneficiará especialmente a la región del Maule, donde las empresas Sutil funcionan.
El proyecto francés
Vía Marina es una empresa francesa que vio una oportunidad en el país cuando empezaron a presentarse proyectos de carretera hídrica. Su ingreso al MOP fue el 2 de mayo del 2019, al Directorio de Concesiones de obras públicas donde aún está en evaluación.
Hoy día son la “competencia” del proyecto de Reguemos Chile.
“El grupo extranjero ha venido a dar charlas a la zona y a Concepción, mostrando de manera bastante mentirosa que su proyecto es mejor (que Sutil) porque toma el agua en la desembocadura y por eso sería más conveniente” comentó Carolina Rebolledo, de Pu Leubü.
La empresa es dirigida por Felix Borgolio y en su página web www.aquatacama.com señalan que “nuestro Río Submarino busca llevar una fracción del agua vertida al mar por algunos ríos de la zona centro sur de Chile, hacia las regiones con escasez hídrica del norte del país, pudiendo incluso alcanzar Arica, con un sistema de tuberías sobre el lecho marino, muy similar al que hoy se utiliza para el transporte de petróleo, gas o para las telecomunicaciones”.
Una columna de opinión, publicada por ocho académicos de la Universidad de Concepción criticó ambos proyectos (Sutil y Via Marína) pero solo esta última salió a responder.
“Más allá de los detalles técnicos del proyecto -que podríamos discutir en otro momento-, esta carta quiere invitar a los académicos a mirar fuera de la caja para alcanzar las soluciones que Chile, y el planeta, necesitan para hacer frente a los desafíos que vienen y asegurarles a nuestros hijos y nietos un futuro mejor alcanzado de una manera colectiva; sin prejuicios, ni ideologías, ni nacionalismos, ni intereses sectoriales”, indicaron.
“Ignorancia suprema”
Al igual que los académicos de la Universidad de Concepción, en los últimos meses se han sumado científicos y organizaciones locales que han criticado duramente los proyectos de ‘Reguemos Chile’ y Aquatacama por los grandes impactos ambientales que generarán en la zona.
Ya en un reportaje de La Voz De Los Que Sobran, la científica del Centro EULA, Evelyn Habit señaló que hay varias especies endémicas en peligro en la cuenca del Biobío, una de ellas es la Carmelita de Concepción, que podrían extinguirse si es que se sigue interviniendo la cuenca.
El Doctor en Ciencias Ambientales y académico de la Universidad de Concepción, Óscar Parra, también expresó su preocupación. “Tenemos que tener especial atención con la calidad de agua, al sacarle 50 o 70 metros cúbicos a la cuenca se disminuye la capacidad de asimilación, la capacidad de carga del rio y menos capacidad de diluir contaminación”, explica, poniendo énfasis en que el río Biobío también abastece de agua potable a la ciudad de Concepción
“Es una de las cuencas del país más compleja, por sus características naturales, y ha sido indudablemente fuertemente alterada por distintos proyectos productivos”, comenta.
En este punto coincide Carolina Rebolledo, de Pu Leubü. “La cuenca del Biobío está contaminada, intervenida por lo menos con tres grandes centrales hidroeléctricas en el alto Biobío y además muchas centrales de paso que no son sometidas a estudios de impacto ambiental. Están dentro de campos privados y van acaparando el agua”, dice.
Además Parra rebate el principal argumento que usa Juan Sutilpara justificar la necesidad de construir una carretera hídrica en el país.
“La idea de que el agua se pierde en el mar es de una ignorancia suprema. Parte de la productividad del sistema costero marino chileno es aportada por los nutrientes que los ríos le hacen llegar al mar, el agua no se pierde. La productividad pesquera de esta parte del país se debe a los aportes del río Biobío, si yo saco una cantidad del agua la productividad costera marina también se verá afectada”, explica.
Además, la zona hoy día ya enfrenta una fuerte sequía por la intervención de los caudales y sería imposible pensar que en el sur está ‘sobrando’ el agua. A lo largo de toda la cuenca hoy existe distribución con camiones aljibe.
“El nivel de ignorancia que hay en las esferas de gobierno y en las instituciones del estado es tal que la gente no entiende esto. No se explicaría que el MOP y la Corfo le den pelota a esta cuestión, tú te vas fijando que la gente no sabe lo que está haciendo, porque esto es para decir no señores a la primera”, comenta al teléfono Carlos Bofinetti, de Modatima Biobio, quién es enfático en señalar que “no se deben trasvasar las cuencas en ninguna circunstancia”.
Por otro lado, el también Doctor de Ciencias Ambientales y académico de la Universidad de Concepción, Ricardo Figueroa, agrega que tampoco se debe dejar de considerar el enorme impacto que esta construcción tendría en las comunidades indígenas muy apegadas territorialmente a esta zona.
“Si se saca el agua en el Queuco, obviamente estamos hablando de territorio de poblaciones indígenas, son tierras ancestrales y eso implica que las comunidades que viven allí tienen un uso tradicional del agua. En algún momento van a ser intervenidos y nadie les ha preguntado que piensan al respecto”, señala.
Sutil insiste en que para el crecimiento de Chile se debe potenciar la agricultura en el norte, sin embargo para Figueroa este argumento también demuestra falta de sustento científico.
“El clima se está transformando, el mediterráneo que es el clima entre el Aconcagua y el Biobío se está desplazando hacia el sur, llegando incluso a la región de los lagos y más allá, entonces esa región se está transformando en una zona agrícola potencial (…) Hoy tenemos viñas en Valdivia produciendo uvas, entonces ¿Qué significa esto? Significa que la agricultura se puede desplazar hacia el sur, no tiene para que desplazarse hacia el norte, eso es absurdo, entonces el fundamento por el cual te venden este proyecto no es el real porque en realidad el agua se quiere usar para la minería”, concluye el doctor en ciencias.
Para seguir haciendo frente al proyecto de Sutil o su alternativa financiada por capitales franceses, y proteger los ríos del sur de Chile, se están armando varias organizaciones como las expuestas en este reportaje.
“En realidad los ríos aquí, como están tan intervenidos, cada provincia o comuna por decirlo así se van levantando porque tienen ríos o pasa un río importante por ahí. Se van levantando a la razón de defender el río que pasa por su comunidad”, dice Carolina Rebolledo.
“Estamos haciendo todo lo que tenemos en nuestras manos porque expertos no somos ¿Qué harías tú si tienes que defender el territorio? (…) Lo bacán es que mucha más gente lo está haciendo y está entendiendo que este camino es difícil, con un montón de trabas. Ellos tienen mucho más poder que uno, pero también hay cohesión y presión social, funciona aburrirlos, tirarles patadas tantas veces al proyecto hasta que no lo quieran construir”, señaló Valeska Figueroa de la de la red por la defensa del rio Queuco.
Canallas depredadores. Lo único que les interesa es la ganancia, no importa a qué costo sea
[…] 23 de diciembre se publicó en este medio el artículo, La carretera hídrica de Juan Sutil: científicos y comunidades en alerta por megaproyectos, que mencionó el proyecto Río Submarino Sur-Norte Chile -Aquatacama-, de la compañía francesa […]