Es preciso que las y los jóvenes participen activamente en la redacción de la nueva Constitución, a través de un proceso vinculante que llegue a todos los territorios. Sus propuestas son esenciales para construir un país más justo y serán también un claro ejercicio de su derecho a expresarse respecto a todo tema que afecte su vida social, económica y cultural.
“Me gustan los estudiantes porque son la levadura; del pan que saldrá del horno con toda su sabrosura; para la boca del pobre, que come con amargura” (Me gustan los estudiantes, Violeta Parra, 1965)
Las y los estudiantes secundarios han empujado cambios históricos que nos han permitido avanzar hacia una sociedad más democrática y con más derechos para todas y todos. Lo fueron en los años ’80, cuando un gran movimiento secundario comenzó a remecer los cimientos de la sangrienta dictadura cívico-militar, y lo han sido en los movimientos de 2006 y de 2011, logrando una educación gratuita.
En octubre de 2019 fueron también los y las estudiantes quienes saltaron los torniquetes e hicieron posible el proceso constituyente que hoy está en marcha. Nada ni nadie borrará de nuestra memoria las imágenes de las secundarias ingresando a Metro Santa Lucía, dando así inicio a este camino hacia un Chile digno.
La visión y las acciones de las y los estudiantes nos han permitido avanzar en derechos. Ellas y ellos han demostrado una gran responsabilidad social, conciencia histórica y solidaridad, por eso es impensable que el proceso constituyente no tome en cuenta su voz, sus ideas y anhelos.
Sabemos que las y los jóvenes tienen interés, lo han demostrado en las calles y así también lo demuestra el Estudio de opinión a niños, niñas y adolescentes 2019, de la Defensoría de la Niñez (link: https://www.defensorianinez.cl/estud_y_estadi/estudio-de-opinion-a-ninos-ninas-y-adolescentes-2019/). Según esta investigación, 54% de los niños, niñas y adolescentes manifestó que le gustaría participar en los plebiscitos contemplados para construir una nueva Constitución, lo que aumenta a un 64% en las y los adolescentes entre 14 a 17 años de edad.
Es preciso que las y los jóvenes participen activamente en la redacción de la nueva Constitución, a través de un proceso vinculante que llegue a todos los territorios. Sus propuestas son esenciales para construir un país más justo y serán también un claro ejercicio de su derecho a expresarse respecto a todo tema que afecte su vida social, económica y cultural.
En la misma línea, es necesario rebajar la edad para que las y los jóvenes participen en el plebiscito de salida, que definirá si aprobamos o no la nueva Constitución emanada de la Convención Constitucional.
La plena participación de las juventudes durante todo el proceso y en el plebiscito final es esencial para que el Estado comience a saldar sus deudas con los y las jóvenes y así hacer de este momento histórico, uno donde verdaderamente podamos participar todas y todos.