martes, noviembre 5, 2024

El silencio cómplice del Feminismo Occidental

Hay silencio absoluto frente a las denuncias de violencia sexual, hostigamiento, tratos vejatorios durante las detenciones y la relativización de la violación como crimen de guerra; ni una recriminación frente a las decenas de videos de entretención de soldados israelíes musicalizando casas en llamas, saqueando hogares, disfrazados con la ropa íntima de mujeres gazatíes y colgando en sus tanques o metralletas las prendas femeninas como trofeos.

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Se podría decir que dar a luz o amamantar son actos esencialmente cotidianos para una mujer en cualquier parte del mundo. Toallas higiénicas, jabón, analgésicos, antibióticos, suero, incubadoras, leche, agua y electricidad son mínimos requeridos u obviedades, sobre todo en hospitales; pero no lo son en Palestina.

Según cifras de la OMS, en promedio, 184 mujeres daban a luz a diario en Gaza, previo al 7 de octubre de 2023[1] .

Hoy, a un año de genocidio, se calcula a más de un tercio de las mujeres entre las +42.000 víctimas fallecidas, +100.000 heridas y centenares de personas desaparecidas.

Sólo 10 hospitales resisten de un total de 35 en operación antes del ataque[2]. Debido a las extremas condiciones de desnutrición, insalubridad y devastación, los partos son siempre prematuros y riesgosos, a tal punto que las ocho capas de piel para una cesárea de urgencia se cortan sin anestesia. Durante todo este tiempo, gran parte de las intervenciones a embarazadas y heridos -las amputaciones de niños mutilados rescatados bajos los escombros-, se realizan estoicamente sin agua ni electricidad, mientras misiles teledirigidos hacen volar lo que queda de infraestructura asistencial, ambulancias …, mezquitas, iglesias, colegios, albergues de alimentos y espacios de refugio, inclusive los identificados como de Naciones Unidas u otros organismos internacionales autorizados para entregar ayuda.

A este brutal escenario hay que sumarle epidemias de piojos, sarna, polio, quemaduras cutáneas, estrés y traumas imposibles de magnificar. El dolor de los llamados “gente animal” normalizado, trivializado y declarado públicamente como merecido, según el ministro de Defensa israelí, Joav Gallant.[3]

Suena inverosímil, pero es la realidad. A doce meses, existe un dramático exceso de documentación y testimonios de los propios gazatíes, de la prensa internacional, de centenas de profesionales de la salud de países árabes y occidentales, así como de representantes acreditados de la Cruz Roja, la Media Luna Roja, ACNUR, MSF, Oxfam, Save the Children, entre múltiples otros.

La abultada evidencia de genocidio se retrata con crímenes de guerra, torturas, vejaciones y sadismos difundidos en vivo y en directo por los propios perpetradores.

Un ejército sionista israelí compuesto por jóvenes adiestrados e intoxicados por la soberbia delirante de la impunidad, sumado a un gobierno compuesto por colonos supremacistas de extrema derecha, convencidos de su rol de víctima justiciera y encantados de sobreexplotar el imaginario del ‘pueblo elegido’.[4] El único con el derecho divino de violar todos los derechos.[5]

Subyugar y castigar en defensa propia, maximizando la crueldad y sin atisbos de culpa, ha llevado a una deshumanización sin precedentes en la historia contemporánea. Occidente tan letrado, civilizado y humanista ha mostrado su verdadera esencia amoral y codiciosa. El castigo colectivo a los palestinos por resistir ha calado y horroriza sólo a la sociedad civil.

Protestas de multitudes en todo el globo, exigen a diario que los políticos terminen con los falsos actos de contrición y los gobiernos tomen acciones concretas para detener el etnocidio. Es sencillo: dejar de financiar armas con los impuestos de la gente, paralizar las relaciones comerciales con Israel, hacer valer el derecho internacional y capturar a los cabecillas de un genocidio confeso.

Pasan los meses y se continua en la senda del caos. Hacer presión social es la única herramienta que se tiene. Desde Seúl a Santiago de Chile, es el ciudadano común el que persiste, el comprometido con no dejar olvidar. Palestina representa para muchas personas -independiente de su origen- el alma de un mundo que no quiere dejarse vejar más.

En este sentimiento colectivo sobre un mundo donde las formas, maquillaje y liviandades se han apropiado del fondo y lo trascendental, las únicas que no han levantado la voz -como debieran- son las feministas occidentales. Inmersas como estamos en una cotidianidad urbana tan llena de diatribas contra el patriarcado, activismos, acciones legales y discursos de sororidad, se esperaba que los millones de empoderadas y sus organismos formales de lucha por la igualdad de género tomaran protagonismo.

Palestina ha sido abandonada porque le estorba un poco a todos. De igual forma, las mujeres palestinas sufren el abandono de sus pares.

A lo largo de la historia, las mujeres árabes y/o musulmanas han sido la excusa perfecta, instrumentalizadas para sensibilizar a la opinión pública, particularmente, justificar la intromisión de Occidente. Cómo olvidar a las afganas con burka que fue imperativo ir a salvar a Afganistán, en 2001, y que ahí quedaron a su suerte con los talibanes reestablecidos en el poder, en 2021. El conveniente olvido de la situación de las afganas fue abordado por la célebre Meryl Streep, en la pasada asamblea de la ONU[6]. Sin embargo, ni una sola palabra sobre esa misma falta de derechos y ‘supresión de la ley natural’ que viven las palestinas bajo el yugo de la ocupación israelí, desde 1948.

Hay silencio absoluto frente a las denuncias de violencia sexual, hostigamiento, tratos vejatorios durante las detenciones y la relativización de la violación como crimen de guerra[7]; ni una recriminación frente a las decenas de videos de entretención de soldados israelíes musicalizando casas en llamas, saqueando hogares, disfrazados con la ropa íntima de mujeres gazatíes y colgando en sus tanques o metralletas las prendas femeninas como trofeos [8]

Las mujeres palestinas han sido y son un objetivo de guerra en los protocolos del ejército israelí. Su alta natalidad contrarresta el aniquilamiento sistemático de la población. [9] El don de dar vida y su condición de madres las convierte en depositarias de la tradición de la comunidad (Umma) y la identidad de grupo; por ello, violentarlas, arrebatarles su intimidad y dignidad, busca minar el espíritu y la cohesión para seguir resistiendo.

A un año, la masacre sólo se multiplica. A Gaza y Cisjordania se sumaron Líbano, Siria y Yemen, en simultáneo. Esto ocurrió apenas Netanyahu salió de la asamblea de Naciones Unidas, lo que acredita el férreo respaldo de Occidente.

Asesinar contrapartes y amedrentar a la prensa no será jamás la forma de habilitar un diálogo. Hacer explotar celulares entre civiles tampoco. Todo ha sido permitido. Estados Unidos y Europa necesitan el Levante despejado y los suministros estratégicos asegurados para ser un contrapeso efectivo en el emergente nuevo orden mundial.[10] Israel, verdugo y capataz, necesita esas tierras ajenas para asegurar la posición dominante de exportador de gas y petróleo que sus aliados occidentales necesitan.[11]

Mientras tanto, nosotros, los libres -resguardados por el azar de un destino calmo-, no sólo estamos obligados a ser testigos sino a honrar que ese sacrificio de vidas no quede en el olvido.


[1] Médicos Sin Fronteras (MSF). Abril, 2024: https://www.msf.es/noticia/seis-meses-guerra-gaza-radiografia-destruccion-deliberada-sistema-sanitario-guerra-sin-reglas

[2] Organización Mundial de la Salud (OMS). Noviembre, 2023: https://www.who.int/es/news/item/03-11-2023-women-and-newborns-bearing-the-brunt-of-the-conflict-in-gaza-un-agencies-warn

[3] Ministro de Defensa de Israel, Joav Gallant. Octubre 09, 2023 en conferencia de prensa. Ver video de la cita completa: https://www.aljazeera.com/program/newsfeed/2023/10/9/israeli-defence-minister-orders-complete-siege-on-gaza

[4] Normal Finkelstein, ‘Industria del Holocausto’ (2000)

[5] Las Raíces del Apartheid en Palestina: la judaización del territorio durante el mandato británico, Revista Universidad de Barcelona. Junio, 2007: https://www.ub.edu/geocrit/sn/sn-246.htm

[6] Discurso Asamblea de Naciones Unidas, Meryl Streep. Septiembre 25, 2024. Ver video:https://www.youtube.com/watch?v=kKf-3JUtIfw

[7] Informe OHCHR- Organización de DDHH de la ONU. Febrero 19, 2024. Ver: https://www.ohchr.org/en/press-releases/2024/02/israelopt-un-experts-appalled-reported-human-rights-violations-against

[8] AJ+ videos de Tik Tok de los soldados del ejército israelí analizados por expertos en DDHH: Ver en : https://www.youtube.com/watch?v=UgbR186O72k

[9] Ver Normal Finkelstein y el concepto de ‘Mowing the lawn/ Cortar el cesped’ método israelí para mantener el exterminio sistemático y subyugación de palestino. Libros: Gaza, una Investigación sobre su Martirio (2019); Método y Locura: la historia oculta de los ataques de Israel a Gaza (2015)

[10] Informe UNCTAD. Agosto 22, 2019,  ‘The Economic Cost of Occupation for the Palestinian People: The Unrealized Oil and Natural Gas Potential

[11] Middle East Eye. Febrero 20, 2024:The war on Gaza is also an Israeli drive to seize Palestinian gas reserves’

Fabiola Samhan
Fabiola Samhan
Periodista; autora de libro Las Hijas del Islam y profesora del Centro de Estudios Árabes, U. de Chile.

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