El Consejo de Seguridad de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) se pronunció dos veces este viernes (13/5) sobre la muerte de la periodista palestino-estadounidense Shireen Abu Akleh, ocurrida el pasado miércoles, cuando fue alcanzada por un disparo presuntamente realizado por militares israelíes, mientras estos atacaban a un campo de refugiados de Yenín, en Cisjordania – evento que ella cubría para el canal catarí Al Jazeera.
La más importante tiene que ver con la necesidad de aclaración de los hechos. Ante la controversia sobre quienes fueron los autores del disparo que terminó con la vida de la reportera, el Consejo de Seguridad afirmó en un comunicado que espera una investigación rigurosa de lo ocurrido.
Eso porque las autoridades de Israel afirman que sus fuerzas militares no dispararon hacia el local donde estaban los periodistas, y que la bala que acertó el rostro de Abu Akleh vino de donde estaban los palestinos – también aseguran que el campo de refugiados de Yenín sería escondite de supuestos terroristas palestinos.
Por su parte, el canal Al Jazeera y sus periodistas aseguran que el disparo letal fue realizado por los militares de Israel. Esa versión es corroborada por otros camarógrafos y fotógrafos que estaban en el local, quienes agregan además que los palestinos no estaban armados y que trataban de reaccionar al ataque israelí solamente con piedras y palos.
Según el Consejo de Seguridad de la ONU, el caso requiere “una investigación inmediata, completa, transparente, justa e imparcial”. El comunicado fue aprobado por todos los miembros y incluyen un mensaje de pesar a la familia de Shireen Abu Akleh, además de un llamado a que “los periodistas deben gozar de protección como civiles”.
El documento también trae cuestionamientos realizados por expertos en derechos humanos, quienes sospechan que “el asesinato de Abu Akleh, quien claramente cumplía con sus obligaciones como periodista, podría constituir un crimen de guerra”.
La otra nota presentada por el Consejo de Seguridad tiene que ver con lo ocurrido durante el funeral de Abu Akleh, este mismo viernes en Jerusalén. La despedida contó con la presencia de periodistas, familiares y activistas en favor de la causa palestina, pero sufrió una durísima represión por parte de las fuerzas de seguridad israelíes, que llegaron a golpear fuertemente incluso a las personas que transportaban el ataúd de la periodista, el que casi terminó cayendo en el suelo.
“Hemos visto el video y es muy impactante para nosotros. Intentaremos recopilar más información sobre lo que ha ocurrido. Claramente, como en todos los casos, queremos asegurarnos de que el derecho de reunión y de manifestación se respeten”, expresa este segundo comunicado.
Quien también se manifestó por este hecho fue el secretario general de la ONU, el diplomático portugués António Guterres, quien dijo estar “profundamente afectado por los enfrentamientos entre fuerzas de seguridad israelíes” durante el funeral, al mismo tiempo exigió “respeto a la libertad de expresión y de reunión”.
