La campaña “Preparándose para el reasentamiento de Gaza” celebró este lunes (21/10) un acto en la región de Be’eri, situada a unos tres kilómetros de la frontera con la Franja de Gaza, en la que participaron los líderes del proyecto, los ministros israelíes Bezalel Smotrich e Itamar Ben-Gvir. Ambos defendieron su proyecto de enviar a toda la población palestina residente en Gaza a otros países.
Según Ben-Gvir, ministro de Seguridad Nacional del gobierno sionista liderado por el primer ministro Benjamín Netanyahu, la campaña consiste en “fomentar el traslado voluntario de todos los ciudadanos de Gaza”.
“Les ofreceremos la oportunidad de trasladarse a otros países porque esta tierra nos pertenece”, afirmó el ministro, según reportaje del diario The Jerusalem Post.
Por su parte, Bezalel Smotrich, ministro de Finanzas de Israel, insinuó que su carpeta estaría estudiando algún tipo de beneficio financiero para intentar convencer a los palestinos de que abandonen la región.
Vale la pena señalar que ninguno de los ministros utiliza el término “palestinos” para referirse a los residentes de la Franja de Gaza. Los llaman “árabes”. Desde que asumió como ministro en 2019, Smotrich ha sido conocido por sus discursos en los que dice que “no existe un pueblo palestino”.
La retórica de clasificar a los palestinos como árabes para negar su pertenencia a la región suele ser utilizada tanto por el Tkuma, partido de Smotrich, como por Otzma Yehudit, el partido de Ben-Gvir. Ambos defienden un discurso fundamentalista religioso (en este caso, la fe judía) y ultranacionalista.
Esta estrategia discursiva también la reivindican otros políticos de estos y otros partidos que estuvieron presentes en el mitin de este lunes, como los miembros del Parlamento israelí Ariel Kallner, Avichai Boaron, Osher Shkalim, Tally Gotliv y Sasson Gueta, del partido Likud; Tzvi Sukkot, del Partido Religioso Sionista; y Limor Son Harmelech, del Otzma Yehudit.
El proyecto de reasentamiento de Gaza propuesto por la extrema derecha israelí pretende reocupar la región que tuvo presencia sionista hasta 2005, cuando Tel Aviv retiró a sus militares y colonos de la región, tras una ocupación que duró alrededor de 38 años.
En los discursos pronunciados desde el inicio de la masacre en la Franja de Gaza, Netanyahu afirma que su país no tiene intención de mantener una presencia permanente en la región, aunque sí reconoce que pretende imponer un “control de seguridad” por tiempo indefinido.
