Mientras se llevaba a cabo la acusación constitucional en la Cámara Baja en contra del ministro del Interior y Seguridad Pública, Víctor Pérez, al momento de su defensa en el hemiciclo, mintió abiertamente sobre los hechos de violencia que marcaron la noche del 1 de agosto en Curacautín, región de La Araucanía. Pérez incluso llegó a insinuar que gracias a su gestión “se pudo manejar con prudencia, con diálogo, y se evitó hechos de violencia que pudieron haber sido irreparables”, ignorando por completo la veracidad de lo ocurrido.
La noche negra de Curacautín
“El asunto de Curacautín, que pudo haber tenido hechos dramáticos, brutales, se pudo manejar con prudencia, con diálogo, y se evitó hechos de violencia que pudieron haber sido irreparables. Y lo voy a decir de manera a lo mejor vulgar: a pesar de las críticas, no tienen ni una foto, ni una, con un comunero herido o golpeado”.
Víctor Pérez
Pese a lo expresado por el ministro, la noche del 1 de agosto pasado en Curacautín estuvo lejos de la “prudencia” y el “diálogo”. Según varios reportes ciudadanos y de medios independientes, los civiles que llegaron a la municipalidad de dicha localidad para expulsar a los manifestantes mapuches que se habían tomado las dependencias, lo hicieron en completa complicidad de Carabineros, propiciando tanto actos violentos contra la cultura del pueblo mapuche –como la quema de la escultura chemamull en la plaza–, como contra los mismos comuneros, demostrando un nivel de racismo espeluznante.
“Había 40 personas que se habían tomado la municipalidad de Curacautín y a raíz de diversos hechos se había provocado una reacción en la ciudadanía para ir a desalojarlos a la fuerza y eso no se hizo. Y 15 carabineros lograron evitar un hecho de sangre que hoy día nos tendría en una situación extraordinariamente compleja. Salvaron vidas esa noche. Y, fuera de la crítica política, que todos podemos tener opiniones sobre los hechos, esa noche en Curacautín estuvimos a segundos de provocar una tragedia, y la acción de diálogo y la acción de convencimiento y la acción de 15 carabineros, impidió que se agrediera a cualquier persona”
Tal como lo publicó este medio, los civiles que llegaron para enfrentarse contra los comuneros, a vista y paciencia de la fuerza policial –dirigida por Pérez–, gritó barbaridades del tipo “El que no salta es mapuche”, ¡Indios culiaos!”, “¡Querían terrorismo, acá tienen terrorismo!”.
“Fue una cacería de mapuche”, declararon en su minuto algunos dirigentes del pueblo mapuche, quienes responsabilizaron a movimientos de ultraderecha del ataque.
Tal fue el impacto de la violencia vivida aquella noche, que diversas autoridades, organizaciones y personas reaccionaron y salieron a repudiar el hecho, repitiendo el movimiento que se hizo con George Floyd y el Black Lives Matter en Estados Unidos a través de las redes sociales. Una imagen con la guñelve (estrella mapuche) y el mensaje “En Chile hay racismo contra el pueblo mapuche” se viralizó rápidamente en las redes sociales.
¿Los carabineros que impidieron la violencia?
“Quiero recordarles que los que se tomaron la municipalidad eran 40 personas y la principal preocupación cuando se comenzó a desarrollar este hecho a partir de las 7-8 de la noche, fue que a ninguna de esas personas les podía pasar absolutamente nada, a pesar que había una masa vociferante afuera de alrededor de 100-250 personas, y había un ambiente extraordinariamente violento porque los comuneros anteriormente habían tirado bombas molotovs y piedras tanto a las fuerzas policiales como a la comunidad. Esa era el escenario. Por lo tanto eso fue lo que pasó en Curacautín. Podrán criticar, pero no tienen a nadie herido, no tienen a ningún muerto“
Pese a que efectivamente la jornada no dejó a ningún muerto, si se produjeron varios actos de violencia. El observatorio de DD.HH y violencia policial presentó una querella por inacción y complicidad de los Carabineros de Curacautín con la turba racista armada que atacó la toma mapuche del municipio. La demanda fue declarada admisible.