Tanto Chile como Estados Unidos superan el 50% de su población objetivo vacunada, mientras que la estadística continental alcanza sólo un 3%.
Incluso con las cifras de contagiados al alza, el ciclo de vacunación mantiene a la población chilena a la espera de un mejor contexto sanitario que parece estar cada vez más cerca. Con un 50,6% de la población objetivo vacunada con la segunda dosis, la sensación de confianza aumenta cada vez más. Esto a riesgo o no de incumplir con las medidas de seguridad. Pero ampliando la perspectiva más allá de las fronteras nacionales, el contexto que enfrenta Chile se podría considerar privilegiado en contraste al resto de Latinoamérica.
Tanto Chile como Estados Unidos superan el 50% de su población objetivo vacunada, mientras que la estadística continental alcanza sólo un 3%. Una realidad que genera controversia al tener en cuenta que el acceso a los recursos depende del poder adquisitivo de cada país, y no de la gravedad que su población enfrenta.
Esta semana, Argentina alcanzó 35.468 nuevos casos positivos de COVID-19, Brasil 75.855 y Paraguay 3.000. Si bien es menor en comparación, significó un nuevo récord para el país. Además, en el caso de este último, el ciclo de vacunación debió suspenderse por falta de dosis. Un escenario que tampoco alcanza a ser el peor del continente considerando que, por ejemplo, Haití aún no recibe ninguna dosis.
Una de las iniciativas que intenta resolver el problema es el organismo Covax, de la Organización Mundial de la Salud. Para ayudar a la mejor distribución de vacunas, se impusieron como meta el repartir 170 millones de dosis, de las cuales solo han podido cumplir con la entrega de 65 millones. 12 millones de las mismas a Latinoamérica. Lejos de poder abastecer a la población que lo necesita, otra alternativa es la descentralización de la producción de vacunas. Al llevar la producción a cada país, disminuye la dependencia en la exportación y se podría hacer más expedita la llegada de las vacunas a la población. Tarea que hasta el momento lidera Brasil con la vacuna Sputnik V y México con AstraZeneca.
Mientras tanto, Estados Unidos se prepara para continuar otorgando mayores libertades a la población que avanza prósperamente con el proceso de vacunación. Y en Chile el calendario da paso a que a los jóvenes de 20 a 25 años reciban su primera dosis.
