miércoles, septiembre 18, 2024

Los conflictivos registros detrás de las armas robadas y extraviadas de la PDI

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La Voz de los que Sobran decidió poner bajo la lupa a la institución policial que, dentro de los últimos tres años, figura como el organismo con mayor cantidad de reportes de armas perdidas, robadas o extraviadas. El medio vía ley de transparencia tuvo acceso a los informes y las historias declaradas por los policías. Es llamativo el número de armas extraviadas en centros comerciales y supermercados donde los funcionarios han dejado sus armas descuidadas al interior de estos recintos. La insólita circunstancia como causa de pérdida incluso supera los extravíos de armas en procedimientos policiales.



El día 7 de junio del 2018, Cristián Garabito Toro figuraba deambulando por las calles de la Población La Victoria. Pudo pasar desapercibido como cualquier otro extraño que se pierde en la noche. Sin embargo, un sonido seco que quiebra la tranquilidad alertó a los vecinos de la comuna de Pedro Aguirre Cerda sobre su posición.

Sin justificación demasiado clara, Cristián Garabito apuntó su arma hacia arriba, una flamante pistola Smith & Wesson 915, que se alzaba como una extensión de su brazo. Jaló del gatillo sin pensarlo dos veces. Los vecinos no tuvieron reparos en llamar a carabineros.

Cuando la policía lo encontró, no solo estaba en compañía de su letal “compañera”. Según documentos recabados por La Voz de los que Sobran, Garabito fue aprehendido con 64 gramos de cocaína distribuida en 165 bolsitas de nylon y 18 cartuchos balísticos de 9 milímetros. Esa noche parece no haber sido demasiado buena en términos de “ventas”, y terminó de la peor forma para el narcotraficante cuando funcionarios de carabineros, cerca de las 4 de la mañana, lo encontraron en posesión de los elementos antes mencionados más $30.000 en efectivo.

Al poco tiempo de su detención, el tiro efectuado por Garabito continuaba haciendo eco, no solo en los pasillos del Décimo Juzgado de Garantía de Santiago donde fue procesado, sino también en la sección de Armamento y Munición de la Policía de Investigaciones (PDI) que ahora tenía que explicar porqué un delincuente reincidente tenía en su poder una de las pistolas pertenecientes a la institución.

El arsenal de armas de la Policía de Investigaciones es lo más parecido a una fortaleza impenetrable. Con un circuito de vigilancia cerrado, muros de sólido concreto y un laberinto de pasillos en el que se interponen estrictos controles y puertas de seguridad, el recinto policial se erige como uno de los lugares más seguros del país. Nada entra, nada sale sin que quede registro. Aún así, Cristián Garabito, un vulgar delincuente común, había logrado tener entre sus manos una de las 16 armas que se extraviaron del corazón armamentístico de la institución.

En estricto rigor, no fue el narcotraficante quien ingresó a la bodega de armas de la institución y se robó una bandeja completa de pistolas 9mm. Conforme indicaron expertos en seguridad a Chilevisión al momento de dar a conocer la noticia, la hipótesis más plausible que se baraja es también la más evidente: Que funcionarios de la PDI habrían extraído el armamento para ponerlo en las calles, a disposición de cualquiera que, en el mercado negro, pudiera pagar por ellas.

La Voz de los que Sobran decidió poner bajo la lupa a la institución policial que, dentro de los últimos tres años, figura como el organismo con mayor cantidad de reportes de armas perdidas, robadas o extraviadas.

En total, conforme se indica en una planilla solicitada por La Voz de los que Sobran, vía transparencia, se trata de 56 reportes de armas catalogadas como extraviadas o robadas desde la institución entre principios del 2019 e inicios del 2021, una cifra que, conforme documentos anexos a los entregados por la PDI a este medio, podría ascender a 79 informes de armas de cargo fiscal que, en su momento, dejaron de contabilizarse en los arsenales de la Policía de Investigaciones. En contraste con la alta incidencia de pérdidas, la PDI solo ha informado de 4 recuperaciones, es decir, apenas el 7,1% de las armas oficialmente reportadas como extraviadas o robadas ante LVDQS.

Con mayor detalle, la información analizada comprende 30 sumarios abiertos en 2019 por la pérdida de elementos fiscales, 24 causas abiertas en 2020 por dicho concepto y dos reportes en 2021.

Mapeo de la pérdida policial

A pesar que los datos fueron entregados en bruto por parte de la institución, este medio añadió otros criterios y filtros para facilitar la comprensión de cómo se producen las pérdidas de armas y pertrechos en la PDI.

Según se identificó, la mayor parte del armamento es robado. Se trata de armas arrebatadas de las manos de los funcionarios policiales en violentos asaltos en la vía pública, portonazos o abordazos. Los reportes por este concepto ascienden a un total de 13 sumarios con el fin de determinar si al detective le concierne responsabilidad en la situación.

Luego, existen 10 reportes donde se admite el robo o sustracción del armamento sin la entrega de mayores detalles por parte de la institución sobre las circunstancias en las que se produjo.

A esta cifra le siguen los sumarios abiertos por robo en lugar habitado, los cuales totalizan 9 registros de situaciones en las que agentes de la Policía de Investigaciones fueron víctimas de robo del armamento por parte de delincuentes que ingresaron a casas de los funcionarios o a lugares destinados a la habitación, sustrayendo los pertrechos de servicio.

En tanto, en circunstancias que vuelven a adjudicar la pérdida de armas de cargo fiscal a la acción de delincuentes se encuentra el hurto del armamento desde vehículos particulares pertenecientes a los efectivos policiales, que, en diversas situaciones, han dejado el armamento al interior de automóviles, instancia en la que desconocidos aprovechan para ingresar y sustraer las especies en su interior. Este apartado contabiliza 8 causas abiertas.

Además, existen 6 reportes de pérdidas que la PDI no ha detallado, de forma clara, respecto a cómo se extravió el armamento.

En un análisis detallado, considerando solo los sumarios abiertos por asaltos, robo en lugar habitado y robo desde vehículos, existen 30 reportes de armas sustraídas sobre las cuales se puede afirmar que han estado en manos de delincuentes. Es decir, de lo que se pudo corroborar con los antecedentes entregados, el 53% de las armas perdidas por la Policía de Investigaciones tiene como claro destinatario a sujetos que se dedican a la comisión de delitos.

Extrañas circunstancias

Además de las causales descritas previamente en lo relativo a la pérdida de armas, existen otros tres conceptos que cierran la lista de reportes. Estos corresponden al robo o extravío de armamento desde centros policiales y pérdidas en malls o en la vía pública.

En retrospectiva, una circunstancia similar a la secuencia de hechos que llevaron a Garabito a obtener un arma de la PDI se repitió el 7 de agosto de 2019, cuando, desde una bodega de la Sección de Armamento y Munición desaparecieron misteriosamente tres pistolas marca Jericho, modelo 941 RPSL, calibre 9 milímetros. Ninguna de las 3 armas de fuego figura como recuperadas a la fecha.

La descripción del incidente se suma a otros 4 informes donde el robo o el extravío de armas se remite a circunstancias que tienen lugar en recintos policiales de diversa índole.

Por último, llaman la atención los reportes de armas extraviadas en centros comerciales y supermercados, existiendo registro de al menos 5 situaciones donde los funcionarios han dejado sus armas descuidadas al interior de estos recintos. La insólita circunstancia como causa de pérdida incluso supera los extravíos de armas en procedimientos policiales, que, debido a su naturaleza, se pensaría que presentan una situación de riesgo que elevaría la posibilidad de perder un elemento policial, sin embargo, de este último ítem solo hay dos reportes.

Las escenas son así: Un detective entra caminando al Mall Plaza Los Dominicos, necesita el baño con relativa urgencia. Al salir de los servicios higiénicos, se percata que su pistola, una Jericho 914 RPSL se le ha quedado olvidada, como si fuera una llave o una billetera, en uno de los cubículos de los baños del centro comercial. Regresa por ella con la esperanza que aún esté sobre alguna loza, pero es inútil, el arma ha desaparecido, alguien más se la llevó y hasta el día de hoy no ha sido devuelta.

Otro funcionario decide guardar su arma de cargo fiscal en una mochila corriente. En circunstancias que no se detallan, el agente la deja olvidada en la calle. A diferencia del caso anterior, la recuperación del arma se logró luego que un particular se encontrara con la mochila, y al observar el contenido decidiera devolverla. A fin de cuentas, todos estos incidentes remiten la recuperación del arma letal a la moralidad de la persona que la encuentre.

Al tiempo, un subcomisario de la Brigada de Derechos Humanos alega ante sus superiores que mientras se encontraba realizando compras en el Jumbo del Mall Costanera Center, alguien le robó desde su carro un banano que contenía su pistola fiscal, entre otras especies propias de su labor. Horas más tarde, muy lejos de donde el detective denunció la pérdida de su armamento, una ciudadana de nacionalidad colombiana hace entrega del bolso perdido por el funcionario en la 9º Comisaría de Independencia, con todas las especies fiscales reportadas como sustraídas en su interior.

El caso anteriormente descrito se repite de forma similar, pero en un Easy de Chillán. Un comisario de la Brigada Antinarcóticos y contra el Crimen Organizado olvida su arma, al interior de un bolso de mano, en un carro de supermercado. Una vez más, el armamento es encontrado por un particular, que acaba devolviéndolo a su respectiva unidad. Al detective se le castiga con un día de permanencia en el cuartel por la negligencia.

El último hecho en la lista es muy parecido al primero. Un detective, en la comuna de San Bernardo, ingresa a los baños de un Sodimac Home Center ubicado al interior del Mall Plaza Vespucio. Al salir, notifica que ya no tiene en su poder su pistola marca Beretta, de la institución. Una vez más, desde un baño, el arma desapareció sin dejar rastro.

Los casos descritos representan cerca de un 9% de los reportes de pérdida de armas en la institución, resultando en una situación llamativa, sobre todo si se aprecia que la recuperación de dichos pertrechos se encuentra supeditada a la voluntad de civiles para su devolución, sin que en ninguna de las recuperaciones informadas haya habido intervención de parte de la Policía de Investigaciones para dar con el paradero del arma con efectividad en términos de resultados.

¿Y mi placa?

A pesar que uno de los principales elementos perdidos por la PDI son las armas de cargo fiscal, existen otro tipo de pertrechos reportados como extraviados en los sumarios internos de la institución, y que podrían apoyar la comisión de delitos si llegasen a caer en manos de delincuentes. Cabe destacar que, al igual que el armamento, estas especies fiscales presentan bajísimas cifras de recuperación.

En detalle, en esta investigación, La Voz de los que Sobran realizó una minuciosa revisión de los reportes de armas perdidas, añadiendo, como filtro extra si el detalle de las circunstancias implica la pérdida de otros elementos policiales.

De dicha criba de datos se extrajo que en los informes de armas perdidas se adjunta la sustracción o extravío 19 placas policiales y 8 tarjetas de identificación policial.

Además, se dio cuenta de dos reportes de robo de ropa institucional, una tarjeta de la Interpol, un notebook institucional e incluso un timbre de la PDI, derivando en una situación donde el detective tuvo que explicar porqué se encontraba en posesión de dicho elemento facilitado por otro funcionario de mayor rango para una atención sin cita previa.

Reportes Conflictivos

A pesar que los datos oficialmente entregados por la PDI a este medio guardan relación con 57 sumarios internos cursados, La Voz de los que Sobran buscó contrastar la versión oficial de la institución con otro tipo de reportes, que, si se incorporan a la muestra dispuesta, elevaría el número de armas reportadas como perdidas a 79.

En detalle, según se dio a conocer en una nota elaborada a mediados del 2020 por el medio Verdad Ahora, desde el cuartel central de General Mackenna se declaró la pérdida de 20 pistolas marca IWI, 2 Jericho y una Smith & Wesson.

Este medio indagó en la desaparición de las armas descritas, teniendo acceso a la circular del 15 de abril del 2020 emitida por la sección de Armamento y Munición, donde se declaró la pérdida oficial.

A pesar que el reporte se encuentra dentro de la muestra solicitada por LVDQS y, según el citado medio, se instruyó la realización de un sumario administrativo, la Policía de Investigaciones no incorporó este incidente a los antecedentes pedidos por este medio vía ley de transparencia, poniendo en entredicho la fidelidad de la información entregada por la institución y dejando en la incógnita cuántas armas realmente se pierden, pudiendo establecerse apenas un piso sobre la base de los hechos conocidos. En efecto, ninguno de los números de serie de las armas reportadas como perdidas en la circular del 15 de abril del 2020 figura en los registros del reporte de sumarios internos cedidos para este análisis.

*Nota: Si bien se trata de 57 sumarios internos informados a este medio por la PDI, la totalización de pertrechos perdidos hace referencia a 56 armas. La diferencia en el conteo está delimitada por cargadores y otro tipo de especies.

Ignacio Kokaly
Ignacio Kokaly
Practicante de la vida (y de La Voz también)

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