“Tienen toda la maquinaria de la prensa oficialista, hegemónica, empresarial, que ha hecho un trabajo incansable de buena calidad para inflar la candidatura de José Antonio Kast”, apuntó el economista y analista en La voz de los que sobran.

En el último bloque de la extensa transmisión realizada por La voz de los que sobran este 21 de noviembre, el economista y panelista de nuestro matinal, Hassan Akram, analizó lo ocurrido con el triunfo de José Antonio Kast sobre Gabriel Boric en la primera vuelta de las elecciones presidenciales.

Al respecto, Akram señaló que si bien esperaba que el abanderado de Apruebo Dignidad se impusiera, advirtió que “la buena votación de Kast no me sorprende porque es parte de la polarización dentro de la misma derecha, donde la élite se pone más extremista”. “Cuando la élite se siente más amenazada, cuando ven sus privilegios realmente amenazados, optan por visiones mucho más extremistas”, enfatizó.

En ese sentido, el analista planteó que si bien la élite es un grupo reducido, “tienen toda la maquinaria de la prensa oficialista, hegemónica, empresarial, que ha hecho un trabajo incansable de buena calidad para inflar la candidatura de José Antonio Kast”.

Por otro lado, Hassan Akram planteó la necesidad de una autocrítica al interior de las fuerzas que se reconocen de izquierda frente a este resultado. “La derecha en este país siempre hace lo que promete. Ellos dicen que van a gobernar para los ‘super ricos’ y gobiernan para los ‘super ricos’; el problema es lo que ocurre con los ‘otros’, que dicen que van a hacer otra cosa y terminan haciendo cosas bastante similares a las que hace la derecha”, apuntó.

“Por eso la gente no se siente como asociada con los símbolos de la izquierda porque la izquierda al final ha sido la misma estupidez. Por eso hay que entender y tener una profunda autocrítica con eso”, enfatizó.

ESTALLIDO: “RABIA E INTERPELACIÓN AL MODELO”

Relacionado a eso, Akram cuestionó entender estas elecciones bajo la lógica izquierda-derecha, por considerar que lo que ha ocurrido tras el estallido social es “una interpelación hacia el modelo que ha generado altos niveles de endeudamiento, mucha frustración y malestar por la dificultad de llegar a fin de mes, pero no es un pueblo que vibra con la izquierda histórica”.

En ese sentido, añadió que “al final el estallido no es una cosa de izquierda para el sentido de las banderas, de la imagen de (Salvador) Allende y esas cosas; es la bandera negra, la rabia y una interpelación al modelo”.