jueves, septiembre 12, 2024

Feria de Frankfurt: un gobierno que toma decisiones y después, según Twitter, las piensa

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Una vez conocida la noticia de que el gobierno de Chile había rechazado la invitación a la Feria del Libro de Frankfurt, como invitado de honor, las críticas no se hicieron esperar y, como sucede hoy en día, todos tenían una opinión al respecto; unos expresaban su descontento, mientras otros callaban o le bajaban el perfil al hecho noticioso, que también es una forma de opinar.

Pero esto no es todo, porque las notas de los medios de comunicación parecían columnas reclamando por esta decisión y ciertos líderes de opinión se preguntaban si la afición del Presidente Boric  por la poesía era real o no. Además, personalidades del mundo cultural concertacionista renegaban de Jaime de Aguirre, a quien habían defendido hace unos meses  atrás, a propósito de su nombramiento como ministro de Cultura. Todo lo que hace semanas era una virtud, hoy era un defecto, una atrocidad. Una falta de respeto imperdonable.

Como pasa últimamente, nadie sabía muy bien la razón de la decisión. Algunos teorizaban al respecto, mientras había quienes recurrían, como siempre, al argumento de la poca capacidad de La Moneda para sopesar qué es lo que se hace. No era una semana fácil para la administración Boric-como no lo ha sido ninguna- por la crisis en salud, debido a la muerte de guaguas por el virus sincicial y la renuncia del subsecretario de Redes Asistenciales, por lo que no había una respuesta que lograra satisfacer la sed de los repentinos amantes de la cultura.

¿Qué se hizo entonces? Lo de siempre: se improvisó. En un punto de prensa en La Araucanía el Presidente le quitó el piso a la decisión de De Aguirre, diciendo que no había pasado por él. Era muy extraño porque parecía que Boric fuera un opositor a las políticas de su propio gobierno. Como si estuviera hablando desde una vereda distinta a la que comandaba. Y es que, al parecer, como suele sucederle al mandatario, las críticas de las redes sociales calaron hondo en él y trató de deshacer algo que ya estaba materializado.

¿Es esta una buena forma de gobernar? ¿Es serio tomar decisiones y luego pensarlas? La verdad es que no. Por más que a veces sea necesario siempre aplicar el pragmatismo para poder administrar un país de acuerdo a los vientos epocales que sacuden a la política contingente, también lo es darse cuenta de que hay decisiones que deben ser bien fundamentadas antes de ser tomadas y, sobre todo, tener la capacidad suficiente para mantener esa fundamentación en el tiempo.

En este caso no hubo nada de eso. No hubo ninguna convicción al momento de tomar una decisión como la de rechazar participar en la feria de Frankfurt. No hubo tampoco una determinación política seria detrás que pudiera combatir las críticas mediales a lo hecho. Y eso es complejo no sólo en materia cultural, sino en toda área en la que un gobierno debe determinar formas de actuar.

El Presidente, con todo su conocimiento de la historia de Chile y su respeto a la figura que habita, debería tener claro que no se ve bien que un jefe de Estado parezca no tener conocimiento de lo que se hace bajo su mando. Y menos que se aparte de lo que dice su gobierno para así quedar bien con quienes lo critican.

El respeto por la figura presidencial debe partir por la persona que la encarna.

Francisco Méndez
Francisco Méndez
Analista Político.

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