Hubo una América Latina presidida por Mauricio Macri y Jair Bolsonaro; el primero mejor que el segundo, pero por poco.
Bolsonaro es un ex militar, simpatizante de los generales Autoritarios de 1964 a 1985, además un torturador. Presidió Brasil desde enero del 2019. Brasil, el cual, junto con Estados Unidos y China, se cuentan entre los países más extensos del mundo.
Mauricio Macri es un político, ingeniero civil y presidente del club deportivo Boca Juniors. Además, fue primer mandatario de Argentina entre 2015 y 2019.
Pero ahora esa América ha girado a la izquierda.
Ganó Gustavo Petro en Colombia, acompañado de una afrodescendiente, en Argentina gobierna nuevamente un peronista, en Chile (como sabemos) se impone Gabriel Boric. Hay que agregar que en México también hay un mandatario corrido hacía la izquierda.
El presidente peruano fue despojado del poder y llevado a prisión, donde seguramente se encontrará con otro expresidente, Alberto Fujimori. Se dice que esa situación solamente ocurre en el Perú, pues hay otros dos mandatarios depuestos, radicados en Estados Unidos.
En ese país habían gobernado entre 1968 y 1980 los militares. Estos realizaron importantes reformas. Entre 1968 y 1975 estuvieron encabezados por el general Juan Velasco Alvarado y luego por el general Francisco Morales Bermúdez. Este último convoca a elecciones donde nuevamente triunfa Fernando Belaunde Terry.
El triunfo de Petro ocurre en una Colombia diezmada por la violencia. En ella había ocurrido el asesinato de Eliécer Gaitán, el que dio comienzo a la violencia. Más tarde había llegado al poder el general Gustavo Rojas Pinilla. Este último gobierna junto con los caudillos Manuel Odría en el Perú, Marcos Pérez Jiménez en Venezuela y Fulgencio Batista en Cuba. El primer episodio fue narrado por Mario Vargas Llosa en su novela “Conversación en la Catedral” y el segundo por Alejo Carpentier en “Consagración de la primavera”, la cual comparte título con la sinfonía de Igor Stravinski.
Cabe preguntarse ¿quién es Lula? Es un dirigente sindical, afiliado al Partido de los Trabajadores, quien había gobernado con anterioridad el gigante brasilero, siendo sucedido por su correligionaria Dilma Roussef.
Otra interrogante ¿de dónde sale Gabriel Boric? Irrumpe desde Magallanes, el ultimo confín del mundo. También de la Federación de Estudiantes de Chile. Se hace célebre compitiendo con el postulante comunista Daniel Jadue y luego con el ultraderechista José Antonio Kast. Su gran mérito es que desplaza a la derecha del poder.
Hay que referirse además a Uruguay. En ese país había tenido lugar uno de los primeros gobiernos progresistas de la región, el de José Batlle y Ordoñez. Este está a cargo del país entre 1903 y 1907 y luego entre 1911 y 1915. Mucho más tarde se funda el Frente Amplio y entre el 2020 y 2015 gobierna José Mujica, quien había estado preso muchos años y también Tabaré Vázquez.
Hasta 1973 estaban al mando gobiernos democráticos. Después, se hacen cargo dictadores, los civiles Juan María Bordaberry y Aparicio Méndez y el militar Gregorio Álvarez. La dictadura termina en 1985, un poco antes que la chilena. Vuelven a gobernar los partidos, el Colorado y el Nacional.
En Argentina hay un peronista en la presidencia, coludido con la viuda de Néstor Kirchner, el gran dirigente del extremo sur. No es sorpresivo, pues ese hecho se repite. El peronismo no muere con Perón ni con el termino del gobierno de su viuda Isabel Martínez.
Respecto al peronista de derecha Carlos Menem y a Mauricio Macri, quienes gobernaron Argentina, el actual presidente, Alberto Fernández, se sitúa a la izquierda.
Para terminar, hay que referirse a una dictadura, la de Venezuela. Después del fallecimiento de Hugo Chávez se apodera de la presidencia Nicolás Maduro, el cual no suelta el poder. Algunos de sus acólitos embisten contra Gabriel Boric, llamándolo despectivamente el “bobo”.
Esta dictadura, que se presume de izquierda, ha dado lugar a un éxodo. Miles de venezolanos han abandonado el país, muchos de ellos llegando a Chile. Se trata del punto negro entre los gobiernos progresistas. Pero con Boric, Petro y Lula hay bastante material para hablar de un giro a la izquierda