A los hombres, mujeres y niños
que enaltecieron la Unidad Popular.
Adiós, Compañero Presidente
ahora que los residuos de 1917 comienzan a disiparse
hay que considerar claramente que
en esta hecatombe silenciosa del genocidio nuestro de cada día
sólo hay un “adelante” al cuál dirigirnos
aunque sea en estampida
harto tiempo ha pasado, Salvador,
tanto tiempo que ya no importa el tiempo
tanta muerte ha habido que la vida
continúa en la calle la mente y la habitación
sólo que no nos hemos dado cuenta
De usted aprendimos que un matón
exige obediencia pero sólo un caballero puede
pedir lealtad
y si en esos años la generación no logró la Revolución
usted pensó y actuó como debiésemos debido hacer
gracias, Compañero, gracias
porque por usted tenemos el derecho de vivir en paz
porque ellos aún lo odian como nos
odian a nosotros porque nos temen y mucho
porque los fascistas jamás aceptarán nuestras razones
carentes de humanidad para entenderlas
tal cual la nula inteligencia
en los vacíos cráneos de los columnistas
de el mercurio y la tercera
porque en suma nuestros argumentos
el mal no acepta porque sí los entiende hasta tiritar de frío
porque las fachas pitucas se venden por tres lucas
porque el que no salta es tonto
porque a pesar de 17 años les ganamos
sin odio sin violencia sin Volodia
Gracias, Compañero,
por haber liderado la batalla en la que mi madre y mi padre
fulguraron de heroísmo
por haber sido más hombre que todos los hombres
ante los ojos de la muerte
porque usted no se suicidó según dicen
por tener cáncer o por encarar
los tribunales
porque la materia de que su leyenda se constituye
es real
a diferencia de la grasa fangosa de la que están modelados
quienes se dicen sus herederos y negocian todo
en su nombre
Adiós, Compañero Presidente,
usted hizo lo que correspondía
debo partir hacia el futuro
si me despido es porque el año 1970 ya terminó
y ahora comienza otro siglo de luces por encender
e incubar un cosmos en nuestras personas
porque los que no sucumbimos de desaliento
y confusión aún sabemos de qué se trata todo esto
Sé que una derrota puede durar décadas
un siglo incluso
pero el tiempo y la vida son una sola y misma materia
y, Salvador, en ese futuro se abrirá el espacio donde
venceremos
y usted, Compañero, será el primero en saberlo
y celebrarlo.
Fabio Salas Zúñiga