miércoles, octubre 9, 2024

Acaso te llamabas solamente Constanza

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Sin perjuicio de los últimos sucesos, entre Ercilla, Dignidad, Marcel y el libreto postmarxista del 5to retiro en clave tecnocrática, irrumpe nuevamente la oceánica espectacularización de la política, con patrones similares a una “comedia bastarda” que debe ser erradicada por las nuevas gramáticas generacionales.

En los últimos días, el fascismo capilar, vino de la mano del “Partido Vitacura”.  Hace una semana Constanza Santa María hizo una comparación singular a la hora de establecer ante el Presidente Boric-Font, una homologación artera entre la “violación a niños” con el desgarbo -no menor- de Esteban Valenzuela. Ahora bien, la peculiar intervención de Cony sobre los traumas oculares y la comparación con la misma situación en Francia donde –señaló- “no son tema”, develando una desidia elitaria, un apartheid cognitivo, de la mayor gravedad sobre violaciones a los derechos humanos que el Reyno de Chile ha enfrentado desde el 18 de octubre (2019). Más grave aún, considerando su caudal fáctico en medios que responden al modelo de comunicación oligarquizante. 

Si el neoliberalismo es una “economía mediática” indolente, hacemos mención a un conjunto de “violencias” que prefiguran un estado de obsolescencia: imágenes del asco, liderazgos mediáticos, violencia ciudadana, la misoginia de machos neuróticos, ludópatas, femicidios, sicarios de la edición, subjetividades plásticas y abundante coaching lingüístico. De suyo, las pasarelas de nuestro paisaje visual con los Fabrizzio de la comunicación, se untan con Carolina Herrera, Dolce & Gabbana, Zara y Pachuli, dando una versión especular y decadente de nuestra capitanía.

En las últimas horas el mecanismo espectáculo nuevamente se ha constituido en un dispositivo de neutralización de las pasiones democráticas y de memorias devenidas en “mercancías meméticas”. Y se produce la paradoja: Cony nos permite representar el horror (tortura) pues termina convirtiendo en una equivalencia general el espectáculo del terror: es decir, en una mercancía más. En suma, Vitacura y los matinales -con sus reyezuelos de la edición- hacen del dolor una liturgia, neutralizando el mismo y recordándonos el “Partido de Portales”.

Cuando salió esta historieta El Director del corto no hizo ningún comentario a Nancy Guzmán. Es suma, todo se juega en “lo inmunitario” centrado en pactos mediáticos y lenguajes corporativos. Y a no olvidar ese rictus del desprecio. Mientras Cony presentaba el corto, “La Bestia”, referido de una de las mujeres cómplices de torturas, Íngrid Olderöck, festinaba. Fue el rictus despreciativo cuando los guionistas hablaban de la barbarie. El disparo a los ojos de Gustavo Gatica fue la demencia de un Estado desquiciado que quiso castrar la mirada de su fracaso. Y así, mutilaron el presente en el iris de quienes ya no podían ver con las reglas de un orden decadente, odorífico, y de mitos desgastados (2019).

A excepción de la inteligencia del mundo feminista -Camila, Izkia, Karol, entre otras- que aún nos aportan un verdor y un horizonte innegable, es un tiempo de desiertos y orfandades. De luces breves y lenguas vulgares…las Cony

Mauro Salazar J.
Mauro Salazar J.
Investigador del centro internacional de Estudios Frontera y Doctorado en Comunicación, UFRO/UACH.

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