Este domingo fue uno de los días más vergonzosos de la historia de la democracia brasileña. Miles de militantes bolsonaristas promovieron un increíble ataque vandálico a los tres palacios más importantes del país: el edificio sede del STF (Supremo Tribunal Federal, máximo organismo del Poder Judicial), el edificio sede del Congreso Nacional y el Palacio del Planalto, sede del Poder Ejecutivo.
Las consecuencias políticas y judiciales de esos ataques empezaron a llegar la noche del mismo domingo. El Presidente Luiz Inácio Lula da Silva tuvo una reunión de emergencia con la presidenta del STF, Rosa Weber, donde anunciaron las primeras medidas, apuntando a uno de los responsables por esos actos: el gobernador del Distrito Federal de Brasil, Ibaneis Rocha, quie fue alejado de su cargo por 90 días.
Según los poderes Ejecutivo y Judicial, el gobernador ha sido cómplice de los actos de vandalismo y destrucción del patrimonio público realizados este domingo.
Los gobernadores son los responsables de las políticas de seguridad en Brasil, y lo que se ha visto este domingo es que la policía de Brasilia no se marginó de participar en los sucesos, sino que actuó para ayudar a los grupos golpistas.
Hay videos mostrando que los bolsonaristas marcharon desde el terminal de buses de la capital brasileña hasta la Plaza de lo Tres Poderes –donde están todos los palacios– con el resguardo de la policía.
No contentos con proteger el acto y a los golpistas, algunos uniformados llegaron a sacarse selfies sonrientes con ellos; algunas de esas fotos están ayudando a identificar a involucrados en los ataques.
La acción cómplice del gobierno del Distrito Federal con los bolsonaristas no sorprende. Ibaneis Rocha es un conocido aliado de Jair Bolsonaro, tanto así que su secretario de Seguridad Pública era Anderson Torres, quien fue ministro de Justicia hasta el último día del gobierno de Jair Bolsonaro.
En su única semana como secretario de Seguridad en Brasilia, y responsable por comandar las policías de la capital brasileña, Torres preparó el aparato para actuar en sintonía con los golpistas bolsonaristas. Probablemente por saber del carácter ilegal de su actuación, Torres viajó a los Estados Unidos el sábado, para refugiarse en la misma ciudad de Orlando donde está Jair Bolsonaro desde hace una semana.
Durante los ataques a los palacios, Ibaneis Rocha trató de alejarse de los hechos: cuando la prensa local apuntaba a la responsabilidad de Torres por la forma como la policía de Brasilia actuaba junto con los golpistas, el gobernador anunció la dimisión del secretario.
Pero la medida de Ibaneis no conmovió al Poder Judicial, que comprende que el gobernador también puede ser cómplice de los actos. Su alejamiento del cargo por 90 días durará mientras la Policía Federal investigue su responsabilidad en los hechos.
Mientras tanto, la vicegobernadora Celina Leão pierde la autonomía sobre la secretaria de Seguridad Pública de Brasilia, que pasa a ser comandada por el interventor federal Ricardo Capelli, nombrado por el Presidente Lula da Silva.
Torres puede complicar a Bolsonaro
Además, Anderson Torres tuvo su prisión preventiva determinada por el STF. Debido a su escape a los Estados Unidos, la diplomacia brasileña ha contactado a las autoridades norteamericanas para lograr la ubicación y detención del político.
La repercusión de los hechos en todo el mundo ha conmovido a diversos jefes de Estado. El chileno Gabriel Boric fue uno de los primeros en reaccionar, declarando que ha sido un “impresentable ataque a los tres poderes del Estado brasilero por parte de bolsonaristas. El gobierno de Brasil cuenta con todo nuestro respaldo frente a este cobarde y vil ataque a la democracia”.
También se ha expresado el Presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, quien dijo que condenaba “el asalto a la democracia y a la transferencia pacífica del poder en Brasil. Las instituciones democráticas de Brasil cuentan con todo nuestro apoyo y la voluntad del pueblo brasileño no debe ser socavada. Espero seguir trabajando con Lula da Silva”.
Un grupo de congresistas del Partido Demócrata liderado por Alexandria Ocasio-Cortez fue más allá e instó a la Casa Blanca a aceptar el pedido de Brasil para detener a Torres e, incluso, actuar en contra del ex Presidente Jair Bolsonaro, sugiriendo su expulsión del país.
“Casi dos años después del día en que el Capitolio de los Estados Unidos fue atacado por fascistas, vemos movimientos fascistas en el extranjero que intentan hacer lo mismo en Brasil. Debemos solidarizarnos con Lula da Silva, el Presidente elegido democráticamente en Brasil. Estados Unidos debe dejar de otorgar refugio a Bolsonaro en Florida”, afirmó la congresista neoyorquina.
Otras reacciones en Brasil
Las autoridades judiciales de Brasil afirman que hay más de 3 mil personas detenidas desde este domingo. Lula realizará una nueva reunión con la presidenta del STF, Rosa Weber, para la cual han sido convocados todos los gobernadores de los estados, aunque se cree que algunos aliados de Bolsonaro no deberían participar.
También estarán en el encuentro los comandantes de las Fuerzas Armadas, lo que puede generar tensión especial en el caso de la Armada, porque entre los participantes de los actos de vandalismo identificados por fotos están al menos dos oficiales activos de esta institución.
La Corte Suprema determinó que los hechos serán incluidos en la Causa de los Actos Antidemocráticos, que investiga amenazas realizadas por bolsonaristas contra las instituciones desde 2020.
El magistrado responsable en esa causa, Alexandre de Moraes, es una de las figuras más odiadas por el bolsonarismo, casi al mismo nivel de Lula. Será él quien investigará los sucesos de ese domingo y sus responsabilidades judiciales.
