El general gabonés Brice Oligui Nguema, líder de la junta militar de Gabón, encabezó este lunes (4/9) la ceremonia con la cual se oficializó su nombramiento como presidente del país africano, concretando el golpe de Estado iniciado cinco días antes.
El Oligui fue comandante de Guardia Republicana de Gabó hasta el pasado miércoles (30/8), cuando lideró el levante militar que derrocó al presidente Ali Bongo Ondimba, que ocupaba el cargo desde 2009 y que había sido reelecto para su tercer mandato pocos días antes del golpe, el 26 de agosto.
Según el grupo de militares insurgentes, Bongo era un presidente “sumiso a la influencia francesa”. Además, afirman que su reciente victoria electoral fue resultado de un fraude.
En su discurso durante la ceremonia de asunción, Oligui aseguró que su mandato sería corto y que realizará una “transición al poder civil, mediante elecciones libres y transparentes”, aunque sin indicar una fecha.
Mención a héroe antiapartheid
El nuevo mandatario gabonés justificó el golpe en el país citando al religioso sudafricano Desmond Tutu y su famosa frase: “si eres neutral en situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor”.
Tutu es considerado uno de los mayores héroes de la lucha contra el apartheid en Sudáfrica. Fue arzobispo de la Iglesia Anglicana en su país, pero también un activista por los derechos humanos, por lo que ganó el Premio Nobel de la Paz en el año 1984.
UA y UE
Debido al golpe militar, la Unión Africana anunció la suspensión de Gabón “de todas sus actividades, órganos e instituciones hasta el restablecimiento del orden constitucional”.
La Unión Europea, por su parte, expresó su preocupación por la situación en el país, en una nota que califica el golpe como “un gran problema para Europa, que necesita mejorar sus relaciones con los países africanos”.
Otros golpes en excolonias francesas
El levante militar en Gabón no fue un movimiento aislado. Desde 2020 otras cuatro naciones africanas han sido escenario de acciones similares.
El primer golpe ocurrió en Malí, primero en agosto de 2020, con el derrocamiento del entonces presidente Ibrahim Boubacar Keita (2013-2020), luego en mayo de 2021, cuando el Bah Ndaw, quien fue el primer presidente de la transición fue acusado de “mantenerse aliado a los intereses franceses” y también derrocado, para que asumiera Assimi Goita.
En septiembre de 2021 fue la vez de Guinea, tras la caída del entonces presidente Alpha Condé (2010-2021) y la instalación de la junta liderada por el general Mamady Doumbouya.
El tercer caso fue el de Burkina Faso. En enero de 2022, el ejército del país puso fin al gobierno de Roch Marc Kaboré (2015-2022) y suspendió la Asamblea Nacional. Inicialmente, quien asumió el poder en el país fue Sidsore Kader Ouedraogo, líder del MPSR (Movimiento Patriótico para la Salvaguardia y la Restauración). Sin embargo, este fue reemplazado en septiembre del año pasado por Ibrahim Traoré, designado presidente de transición hasta julio de 2024.
El último golpe antes del caso gabonés ocurrió el pasado mes de julio, en Níger, donde los militares sacaron del poder al expresidente Mohamed Bazoum (2021-2023). En su lugar asumió el general Abdourahamane Tchiani.
Los cinco casos guardan una característica en común que no parece ser una coincidencia: todos se dieron en países que fueron excolonias de Francia hasta mediados de siglo pasado.
De hecho, todos esos movimientos fueron liderados por militares que evocan un discurso nacionalista y de rechazo a la influencia que Francia mantuvo en sus países pese al fin del colonialismo.
Por ejemplo, una de las características que se repitieron en todos los casos fue el cierre de las embajadas francesas en esos países y la expulsión de diplomáticos y militares del país europeo de su territorio.
Algunos analistas políticos especializados en la historia africana consideran que ese elemento explica por qué esos golpes han contado con un muy significativo apoyo popular.
