Fueron más de cien años, más de doscientos años de soledad en el poder para la derecha colombiana, que se terminaron con el resultado de las elecciones presidenciales de este domingo gracias al triunfo del candidato Gustavo Petro, de la coalición Pacto Histórico, sobre el empresario de extrema derecha, Rodolfo Hernández, de la Liga de Gobernantes contra la Corrupción, nombre que finalmente viene a maquillar los casos de corrupción en los que el candidato está involucrado.

La tarde de este domingo la Registraduría Nacional de Colombia dio a conocer el resultado del conteo rápido con un 97,35% que apunta a Petro como Presidente electo, con un 50,51% (11,1 millones) de los votos válidamente emitidos, mientras que Hernández acumula poco más de un 47,22% (10,4 millones), con los que ya no tendría chances de revertir el resultado.

Con esos datos, los medios de prensa de Colombia han anunciado a Petro como ganador de las elecciones presidenciales, por lo que asumirá el Palacio de Nariño en el próximo mes de agosto, en reemplazo a Iván Duque (también de la extrema derecha).

Junto con Petro, también gana la activista ambiental Francia Márquez, quien asumirá como vicepresidenta y será la primera persona afrodescendiente a llegar al poder en Colombia.

Una vez confirmada su victoria por parte de las autoridades electorales colombianas, Gustavo Petro publicó un mensaje en redes sociales señalando que “hoy es día de fiesta para el pueblo. Que festeje la primera victoria popular. Que tantos sufrimientos se amortigüen en la alegría que hoy inunda el corazón de la Patria. Esta victoria para Dios y para el Pueblo y su historia. Hoy es el día de las calles y las plazas”.

Por su parte, Hernández emitió una declaración en redes sociales en la cual reconoce su derrota. “Acepto el resultado, como debe ser, si deseamos que nuestras instituciones sean firmes. Sinceramente espero que esta decisión que han tomado sea beneficiosa para todos y que Colombia se encamine hacia el cambio”, afirmó el empresario.

Noticia en desarrollo.

Las colombianas y colombianos volverán a las urnas en este domingo (19/6), de esta vez para decidir de una vez quien será el mandatario del país en los próximos cuatro años, en esta segunda vuelta de las elecciones presidenciales.

La disputa será entre dos candidaturas bastante distintas: de un lado, el senador Gustavo Petro, de la coalición de izquierda Pacto Histórico, y del otro el empresario de extrema derecha Rodolfo Hernández, de la llamada Liga de Gobernantes Anticorrupción – pero que, pese a ese nombre, responde en la Justicia por un caso de corrupción.

No es posible determinar un favorito a partir las encuestas. Primero, porque la ley electoral colombiana solo permitió la divulgación oficial de resultados hasta el 11 de junio. Además, incluso entre las encuestas realizadas hasta esa fecha límite no hay un escenario claro, ya que algunas apuntan a Petro como ganador, mientras que otras dan como favorito a Hernández.

Por ejemplo, la encuesta de Atlas Intel presenta un escenario de empate técnico, pero con pequeña ventaja para Hernández que tendría un 50,2% contra un 47,5% de Petro. Aunque esa encuesta tiene un factor favorable al candidato del Pacto Histórico, porque su primer sondeo le daba una ventaja de 8,5 puntos al representante de la extrema derecha. Por lo tanto, la diferencia habría sido acotada para menos de 3% en solamente dos semanas cuando todavía faltaban ocho días para la votación.

El otro escenario es el de la encuestadora Yanhaas, que le da un 45% a Petro contra un 35% a Hernández. En otras consultoras el resultado es un empate todavía más evidente: el último sondeo del tracking realizado por GAD3 mostró a Hernández con un 47,9% y a Petro con un 47,1%. Además, como suele suceder, los comandos de campaña aseguran tener encuestas internas que dan a sus candidatos como seguros ganadores de este domingo.

Lo cierto es que ninguna de esas midió el impacto de lo ocurrido después del 11 de junio, y hubo muchas cosas en esos últimos días que pueden haber impactado en el clima electoral colombiano.

Corrupción y posible fraude

Entre los hechos noticiosos de los últimos días está el intento de blindaje de Rodolfo Hernández por parte de sus asesores para que este no conteste a os cuestionamientos sobre el proceso que responde en la Justicia por hechos de corrupción ocurridos cuando fue alcalde de la ciudad de Bucaramanga.

Durante una entrevista realizada en Miami con el canal Telemundo, el periodista Rogelio Mora le preguntaba al candidato sobre el favorecimiento ilegal a la empresa Vitalogic en los contratos con EMAB (Empresa Municipal de Aseo de Bucaramanga) entre 2016 y 2019 – además, el hijo de Rodolfo, Luis Carlos Hernández habría recibido coimas de 1,5 millones de dólares, según la investigación – cuando dos asesores irrumpen en el escenario y obligan a terminar la entrevista, que era transmitida en vivo. Minutos después, debido a la repercusión en las redes sociales, la transmisión es retomada para que Hernández respondiera a la pregunta, aunque con un tono claramente molesto.

Tras el bochorno del candidato de la extrema derecha en esa entrevista, algunos medios conservadores colombianos trataron de resucitar antiguas denuncias de corrupción contra Gustavo Petro sobre su periodo como alcalde de Bogotá (entre 2014 y 2015). Con la diferencia de que ninguno de esos casos, al menos por ahora, derivó en una causa judicial en su contra – diferente de Hernández que incluso ya tiene juicio oral marcado para el 21 de julio por el Caso Vitalogic.

Por su parte, Petro insistió en que se realizara un último debate entre los dos candidatos antes de la segunda vuelta. La cita estaba marcada para este jueves (16/6), pero Hernández no apareció en el estudio.

Además, el candidato del Pacto Histórico cuestionó a las autoridades electorales colombianas en diferentes entrevistas dadas esta última semana. “Tenemos esa certeza de que no hay neutralidad en la cúpula de la Registraduría en estas elecciones. Yo estaba hablando con el registrador cuando la reunión se interrumpió abruptamente porque llegó el otro candidato. El registrador suspendió la conversación para irse a reunir con él. Sabemos de las reuniones que ha habido, de los comentarios que se hacen en esas citas de alto nivel”.

De todas formas, Petro aseguró solo denunciará posibles hechos fraudulentos en el caso de que él y sus asesores tengan pruebas consistentes de irregularidades en el proceso.

El gobierno británico confirmó este viernes que el fundador de la plataforma WikiLeaks, Julian Assange, será extraditado a Estados Unidos, donde está acusado de haber divulgado documentos confidenciales.

“La ministra Patel firmará una orden de extradición del Sr. Julian Assange en virtud de la ley de extradición de 2003”, dijo un portavoz del Ministerio del Interior, según la agencia de noticias France Presse, confirmando la decisión de la ministra del Interior del Reino Unido, Priti Patel. La nota también indica que la defensa de tiene 15 días para apelar a esta decisión.

El australiano de 50 años alega ser inocente y que su condena es un atentado contra la libertad de expresión. Justamente los Estados Unidos, país mencionado por conservadores y sectores de derecha como la “tierra de la libertad de expresión”, pretende juzgar a Assange por revelar al mundo a través de WikiLeaks los documentos y videos que comprueban los crímenes de guerra cometidos por ese país en Irak y Afganistán, entre otros escándalos periodísticos, los cuales Washington considera “ataques a la seguridad nacional”.

El traslado de Assange a los Estados Unidos sería el capítulo final de sus doce años en el Reino Unido, de los cuales siete –a partir de junio de 2012– fueron vividos en un mismo escenario: la embajada de Ecuador en Londres, debido al asilo político concedido al activista australiano por el gobierno del entonces Presidente Rafael Correa. Ese beneficio le fue quitado a Assange en abril de 2019 por el sucesor de Correa, Lenín Moreno, lo que permitió a la policía británica invadir la sede diplomática y arrestar al fundador de WikiLeaks.

Desde entonces, Assange permaneció recluso en la prisión de máxima seguridad de Belmarsh, en los alrededores de Londres, lugar donde el activista oficializó su matrimonio con la sudafricana Stella Moris, quien también es su abogada, en ceremonia realizada en marzo de este año.

Días después, en el mismo mes de marzo, la Justicia británica le negó a Assange la posibilidad de apelar a la solicitud de extradición, por lo que su traslado a los Estados Unidos pasó a depender solamente de la firma de la orden de extradición por parte de la ministra Patel, lo que finalmente fue oficializado este viernes.

En Estados Unidos, Julian Assange enfrentará en la Corte Suprema de ese país un juicio que podría entregar una sentencia de hasta 175 años de prisión, por el “crimen” de revelar la verdad sobre las actividades de esa nación en los países del Medio Oriente invadidos por sus fuerzas militares. Lamentablemente, son rarísimos los medios de la prensa empresarial que tienen el coraje de denunciar la hipocresía norteamericana en este caso.