El conflicto militar en el Este de Ucrania ha avanzado muy rápidamente en las últimas horas, con el ingreso de tropas rusas al territorio de Donbass, dónde se encuentran las provincias de Donetsk y Lugansk – ambas de mayoría étnica rusa.
El pasado lunes (21/2), el presidente de Rusia, Vladimir Putin, reconoció a esas dos provincias como repúblicas independientes, en reunión con los líderes de los respectivos movimientos separatistas. También alegó que esa medida respondería a bombardeos que habrían sido registrados en esas dos zonas desde la semana pasada, y culpó al gobierno de Kiev y a la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) por dicha situación.
En una conferencia de prensa este jueves (24/2), Putin trató de justificar lo que calificó como una “operación militar especial” en el Donbass haciendo alusión a los movimientos nazistas que apoyan al gobierno ucraniano desde 2014.
“Queremos proteger a las personas que han sido objeto de abusos y genocidio por parte del régimen de Kiev durante ocho años. Para ello, nos esforzaremos por desmilitarizar y desnazificar Ucrania. Y también para llevar ante la justicia a quienes han cometido numerosos y sangrientos crímenes contra la población civil, incluidos los ciudadanos de la Federación de Rusia”, aseveró.
Por su parte, Ucrania afirma que las medidas tomadas por Rusia son la concreción de los ataques que su país ha reclamado desde enero que sucederían. El presidente de ese país, Vladimir Zelensky, solicitó la ayuda militar de la OTAN, y también pidió al gobierno de los Estados Unidos y a la Unión Europea para crear lo que llamó de una “Alianza anti Putin”.
En mensaje a los ciudadanos de su país, Zelensky dijo que “es necesario que cada uno de ustedes mantenga la calma. Si es posible, quédense en casa. Estamos trabajando. El Ejército está trabajando. Todo el sector del servicio de defensa de Ucrania está trabajando”.
Aunque no está geográficamente involucrado en el conflicto, los Estados Unidos han sido unos de los principales actores en ello. Desde enero, la Casa Blanca ha sido el principal aliado del relato ucraniano de un posible ataque militar ruso al Este de Ucrania.
Tras los movimientos militares de esta semana, el presidente estadounidense Joe Biden reaccionó diciendo que va a actuar junto a la OTAN para defender a Ucrania y a otras antiguas repúblicas soviéticas, como Lituania, Estonia y Letonia. También aseguró que lanzará, junto a la Unión Europea, un paquete de sanciones económicas contra Rusia y representantes de su gobierno.
“Solo Rusia es responsable de la muerte y destrucción que traerá este ataque, y Estados Unidos y sus aliados y socios responderán de manera unida y decisiva. El mundo exigirá responsabilidades a Rusia”, afirmó Biden.
También ajeno geográficamente al conflicto, el gobierno de China ha reaccionado, aunque solamente con declaraciones, por las cuales se ha mostrado alineado con el relato ruso.
La vocera de la Cancillería china, Hua Chunying, realizó una rueda de prensa este miércoles (23/2), y dijo que su país rechazaba la idea de que hubo una “invasión rusa” en el Donbass. “La pregunta clave ahora es: ¿qué papel ha desempeñado EEUU en la crisis de Ucrania? Cuando EEUU emprendió cinco oleadas de expansión de la OTAN hacia el Este hasta llegar a las puertas de Rusia, ¿pensó alguna vez en las consecuencias de presionar a un gran país contra la pared?”, cuestionó la funcionaria, aunque también aseguró que su país defiende “no cerrar las puertas a la paz y seguir comprometidos con el diálogo y la negociación para solucionar este tema”.
