Santiago Sinclair, el último miembro de la Junta Militar y uno de los hombres más cercanos al Dictador Augusto Pinochet, ha sido condenado por la Corte Suprema a 18 años de prisión por su participación en la ejecución de 12 miembros del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) en Valdivia en 1973. A sus 92 años, Sinclair ya no tiene instancias de apelación y enfrentará las consecuencias por su papel en estos crímenes de lesa humanidad. Este veredicto refuerza la idea de que los responsables de violaciones a los derechos humanos durante la Dictadura Militar no quedarán impunes.
Santiago Sinclair, quien fue jefe del regimiento “Cazadores” de Valdivia y número dos de Pinochet, formó parte de uno de los Consejos de Guerra que decidieron la ejecución de los miristas acusados de asaltar el retén de Neltume, un hecho que ha sido cuestionado por varios carabineros. Aunque Sinclair ocupó cargos destacados en el ejército y en la política, ahora deberá enfrentar la justicia por sus acciones pasadas.
El caso en cuestión, conocido como la Caravana de la Muerte, se refiere a una serie de consejos de guerra organizados tras el golpe de Estado, donde se llevaron a cabo ejecuciones sumarias. El fusilamiento de los Miristas, incluyendo a José Gregorio Liendo Vera, conocido como “El Comandante Pepe”, ocurrió en 1973 en Valdivia. Aunque hubo intentos anteriores de absolver a Sinclair, la Corte Suprema ha ratificado su culpabilidad y ha aumentado la pena a 18 años de prisión.
Este veredicto es un paso importante hacia la justicia y demuestra que los crímenes de lesa humanidad no quedarán impunes, incluso décadas después. La condena de Sinclair es una señal de que el sistema judicial sigue trabajando para responsabilizar a aquellos que cometieron violaciones graves de los Derechos Humanos durante la Dictadura Militar en Chile.