Roberto Campos, “el profe del torniquete”: ¿Cuándo habías visto a un disidente sexual seropositivo de diputado?

Termina la campaña electoral más agitada e incierta de toda la historia de Chile. Inédito proceso que no solo elegirá a la máxima autoridad pública sino que renovará el Parlamento. Entre los candidatos a la Cámara Baja destaca un ex preso político de la revuelta popular. Es Roberto Campos, conocido como “el profe del torniquete”, maestro de matemáticas, homosexual, disidente y seropositivo. Siempre Viva en Vivo, único programa radial de la diversidad sexual y el VIH/SIDA en Chile, transmitido por Radio Universidad de Chile cada domingo a las 22:00 horas, conversó con el profe Roberto y esta es nuestra cómplice conversación.


¿Hablemos de tus orígenes e historia?

-Nací en el centro de Santiago, de niño me sabía diferente. Soy la oveja negra de la familia, más bien la oveja colorida, delicada y afeminada. A los 5 años sufrí la muerte de mi padre y nos mudamos a casa de mis abuelos en Macul. Siempre fui una flor afeminada que no gustaba del fútbol y que prefería jugar con las niñas a ser profesor. Fui afortunado de tener una profesora que me enseñaba más que al resto de mis compañeros, ella se quedaba conmigo en los recreos y me enseñaba el fantástico universo de las matemáticas. Gracias a ella soy quien soy. Al terminar la secundaria entré a la UC a Química y Farmacia pero sólo duré dos años. Me aburría como el bostezo de hipopótamo así que por admisión especial me matriculé en la licenciatura en matemáticas. Como muchos estudiantes me endeudé en un crédito universitario nefasto  —de esos que quieren encadenarte hasta por 20 años— que no cubría todo el arancel y fue la necesidad de pagarlo lo que me llevó a dar clases a mis compañeros de la misma universidad.

¿Te gustaba dar clase, ser profesor?

-Me gustaba porque sentía que no solo transmitía mis conocimientos sino que empoderaba a las y los estudiantes. Entre medio me echaron de mi casa, por cola, tú sabes, abuela católica, apostólica homofóbica y tuve que congelar varios años, por lo mismo, porque la carrera es demandante, a tiempo completo. El 2015 terminé con un grado académico y un título de estadístico. Preferí dedicarme a la docencia universitaria porque me mueve ser profesor, porque inspiro a estudiantes, porque puedo ser un agente de cambio, porque ayudo a  desarrollar el pensamiento crítico en la formación de científicos y profesionales. Prefiero enseñar matemáticas y estadística en vez de enriquecer al capitalismo.

¿Qué pasó que tu trayectoria de profesor universitario se vio truncada una mañana de 2019 en el Metro de Santiago?

-Fue el 17 de octubre. Recuerdo que me encontraba en el Campus San Joaquín terminando de dar clases a unos estudiantes de ingeniería y me encontré con una protesta en las afueras del metro que invitaba a evadir los torniquetes debido al alza de 30 pesos. Éramos una masa de unas cien personas, o más, ejerciendo una presión tal a las rejas del metro que se azotaban entre sí hasta que cedieron, entramos arrebatadamente gritando y levantando el  puño: ¡Evadir, no pagar, otra forma de luchar! La gente estaba poseída, deliraba dando palmas a ritmos tribales, y de pronto un chico agarró un cortafila y le pegó unos golpes a los validadores hasta dejarlos hechos añicos. La gente se enajenó, gritó eufórica y se entregó a la catarsis colectiva. Luego otras personas se unieron a patear los torniquetes, fue ahí cuando ya estaban destrozados que me involucré. Recogí una lámina de publicidad y a madrazo limpio rematé los validadores con rabia y furia–travesti–radical. 

Emocionante pero muy peligrosa la escena…

-Sí. A los pocos días la PDI me espera en mi casa y me dice que tengo una orden de arresto por el delito de daño calificado en el metro San Joaquín, me enseña su placa y un video en donde me reconozco golpeando los torniquetes. Como me rindo ante la evidencia, me reconozco y responsabilizo por los hechos. Al otro día me formalizaron en el centro de Justicia de Santiago, donde la jueza Alejandra Apablaza consideró que el hecho que yo entregara mis cosas con tanta facilidad me hacía más peligroso aún, porque yo validaba mi actuar. El hecho de ser colaborativo con la investigación lo usó en mi contra y por eso decretó mi prisión preventiva por ser un peligro para la seguridad de la sociedad. 

Te transformaste en un símbolo de persecución para el Estado de Chile pero también ejemplo de lucha para el pueblo…

-La narrativa criminalizadora de Fiscalía daba a entender que yo era el autor intelectual de la devastación de toda la red de metro y el Ejecutivo, en complicidad con el Judicial, me utilizó como chivo expiatorio y se ensañaron conmigo para mostrar una señal  a la ciudadanía de lo que podía ocurrirle si se atrevían a manifestarse. Esto sucedió un día antes del 18 de octubre en contexto de revuelta social.

¿Cómo fue el tiempo en la cárcel de alta seguridad?

-La Cárcel de Alta Seguridad no es cualquier cárcel, es una cárcel de castigo supremo, con un régimen muy estricto. La cárcel es un espacio muy patriarcal, estuve rodeado de gente que cometió delitos infames. Estuve encerrado 21 horas al día y las 3 horas restantes compartí pasillo con esas personas. Los presos me respetaron por lo que hice y, sobre todo, por el hecho de ser profesor. En total estuve 56 días privado de libertad, los Tribunales de Injusticia me negaron el cambio de medidas cautelares en siete oportunidades, porque era un peligro para la sociedad. El abuso de prisión preventiva es un mecanismo que utilizan para dar un castigo anticipado porque muchos presos salen en libertad en el juicio oral, cuando se dan cuenta que no existen pruebas concluyentes, que las únicas evidencias son testimonios de los pacos, ahí se caen los montajes y otorgan la libertad.

Ya felizmente en libertad, ¿por qué decides ser candidato al Parlamento?

-Porque urge una renovación en el poder. El despertar de Chile originó un buen momento para empoderar a la gente en estos espacios de toma de decisión, urge una nueva mirada para hacer políticas en Chile. Urgen manos y mentes nuevas que quieran aportar a las grandes transformaciones. ¿Cuándo habías visto a un disidente sexual seropositivo y abiertamente en el cargo de Diputado? ¡Nunca! Nosotres hemos sido históricamente invisibilizades, postergades no formamos parte de la historia oficial y este es el momento de tomarnos el poder.

¿Por qué el distrito 10?

-Postulo a diputado por el distrito 10 que es el distrito más difícil de Chile, porque aglomera comunas muy populosas: el Centro de Santiago, Ñuñoa, Providencia, Macul, San Joaquín y la Granja. Voy por un cupo independiente por el Partido Igualdad en la lista Dignidad Ahora AN109, escogí este partido porque ellos se restaron de firmar el “Acuerdo por la Paz” en noviembre de 2019 y, en mi visión, ellos no le dieron la espalda al pueblo. Yo nací en el distrito 10, crecí en el D10, estudié en el D10, me gritaron maricón en el D10, golpee un torniquete del D10, estuve en una cárcel del D10. ¡El Distrito 10 es mi identidad territorial, no podría ir por otro!

¿Qué propone tu proyecto político?

-Mi proyecto político tiene 3 ejes fundamentales: el primero, como profesor mi bandera de lucha es la educación integral, educación para el buen vivir, educación sexual integral. Otro eje son los derechos de la naturaleza, reconocer el agua como bien nacional de uso público para enfrentar la crisis hídrica y regular su explotación por parte de privados. Como vegano antiespecista quisiera cambiar el estatus jurídico de los animales como sujetos de derechos para abolir su explotación, fin al rodeo, a las carreras de galgos, que la policía no utilice caballos, promover una alimentación antiespecista, etc.

Respecto de la comunidad de la diversidad sexual y el VIH, ¿qué propuestas movilizan tu candidatura?

-Como disidente sexual y seropositivo defenderé los derechos de la comunidad LGBTIQ+ reconociendo el no binarismo como identidad de género, el carnet no binario, respeto, dignidad y oportunidades para disidencias sexuales como: cupo laboral trans, salud integral trans. Reformar la Ley Zamudio y la Ley de Identidad de Género y si alcanza el tiempo vamos por Matrimonio igualitario y la Adopción homoparental. Las maricas queremos educarnos, tener salud digna, trabajar y que no nos asesinen, el matrimonio y la adopción no son prioridades. También debemos reformar la Ley VIH/Sida porque esta sólo se enfoca en prevención y eso se traduce únicamente en campaña y en la entrega de preservativos. La prevención está ligada a la educación y como esta no existe urge la Educación Sexual Integral. Chile no es un país gris ni con un solo color. Chile es diverso y colorido. Por todo eso y mucho más, quiero ser diputado.

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