El partido oficialista boliviano Movimiento al Socialismo (MAS) anunció este domingo (05/05) que el expresidente Evo Morales (2006-2019) fue excluido de la directiva nacional.
La decisión fue anunciada luego de confirmada la elección del nuevo presidente del conglomerado, Grover García, aliado del actual presidente Luis Arce, lo que también ha significado la imposición del sector arcista como hegemónico, superando al sector evista.
Elevado a figura política nacional tras años como líder de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), García dijo, en su discurso inaugural que “ha concluido la dedocracia y la discriminación en el MAS”, y que iniciará este año un proceso de reforma estatutaria, catalogado por él como una “refundación” del partido.
El término “refundación” también fue utilizado por el presidente Arce, quien comentó sobre el resultado de las elecciones internas del partido en una entrevista con medios locales, afirmando que el partido necesitaba ser “refundado”.
“El pueblo sabe que este instrumento político (MAS) no puede quedar en manos de una persona, sino de todo el pueblo boliviano organizado en sus movimientos sociales”, subrayó Arce.
En su primera entrevista como presidente del MAS, García habló sobre cómo será su relación con Evo Morales luego del congreso del partido.
“Yo no puedo estar con Evo Morales, él es un expresidente que seguramente debe estar en el Chapare (donde vive), nosotros vamos a trabajar con las organizaciones sociales y vamos a apoyar de forma contundente la gestión de Lucho (Arce)”, destacó García.
Evo: “seré candidato por las buenas o por las malas”
La elección de Grover García como presidente del MAS significó una derrota para el sector del partido más fiel al expresidente Evo Morales.
La derrocada de Evo en el partido podría consolidar una posición más favorable dentro del partido a la candidatura de Arce a la reelección. Con una imagen positiva del 47% (según una encuesta del CELAG realizada en noviembre de 2023), el actual presidente es considerado el principal nombre de la izquierda de cara a las elecciones previstas para noviembre de 2025.
Sin embargo, a diferencia de lo ocurrido en 2020, cuando superó a candidatos de derecha, su principal oponente podría ser precisamente Evo, el expresidente cuyo apoyo fue decisivo para su victoria en aquel entonces.
Según estudio de la consultora Diagnóstico, publicado en marzo pasado, Arce sería el más votado si las elecciones presidenciales se celebraran hoy, ya que tiene el 17,8% de la intención de voto. El segundo lugar sería de Evo, que aparece con el 12,5% de las preferencias.
Los mejores candidatos de derecha en el sondeo son el moderado Carlos Mesa, con un 10,3%, y el extremista Luis Fernando Camacho, con un 2,6%.
Ante este escenario, y augurando la victoria del arcismo en las elecciones internas del MAS, Evo Morales afirmó este sábado (05/04), en entrevista con el diario boliviano La Jornada, que será candidato a la presidencia del Bolivia en 2025 “por las buenas o por las malas”.
“Hasta este momento estamos habilitados para ser presidente legal y constitucionalmente, eso no está en debate. Lo que están haciendo es ver cómo con los autoprorrogados buscan cómo eliminar, cómo inhabilitarme. Esa es la pelea y no están pudiendo”, afirmó el exmandatario.
En la entrevista, Morales dejó entrever que estaría dispuesto a abandonar el MAS y crear un nuevo partido, si su candidatura en 2025 dependiera de ello.
Arce y Morales están alejados desde 2021. En el mismo congreso nacional del MAS, en mayo de 2023, la ausencia de gran parte de los aliados del actual presidente boliviano permitió una victoria interna del sector evista, que finalizó el evento defendiendo a Evo como el principal líder del conglomerado y su nominación de antemano como “candidato único” para las elecciones de 2025. Esa decisión está ahora a merced de la nueva directiva.
