El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, está en el centro de una investigación que podría llevarlo a la cárcel, en caso que sean acatadas por la Justicia las pruebas presentadas por la Policía Federal del país vecino que apuntan al líder de extrema derecha como beneficiario de un plan para vender en los Estados Unidos un conjunto de joyas pertenecientes al patrimonio nacional brasileño y que fueron sustraídas durante su gobierno.
El caso involucra un conjunto de joyas y relojes que Bolsonaro recibió durante sus visitas a países del Medio Oriente, evaluado en cerca de 1,2 millones de dólares – aunque los investigadores creen que ese valor puede ser mayor, debido a que no todos los bienes involucrados han sido identificados.
Según la legislación brasileña, los regalos que un mandatario recibe durante su periodo presidencial no pertenecen a él, sino al Instituto del Património Histórico y Artístico Nacional (IPHAN), pero los asesores de Bolsonaro no abrían tramitado la inclusión de esos artículos en el acervo nacional y lo llevaron a los Estados Unidos, donde fueron presentados en subastas online durante el año de 2023 – cuando el líder de extrema derecha ya había dejado la Presidencia de Brasil.
Las informaciones sobre los artículos sustraídos, los valores involucrados y el desarrollo del plan para la apropiación de las joyas fueron reunidas a partir de la colaboración entre la Policía Federal de Brasil y el Buró Federal de Investigaciones (FBI) de lo Estados Unidos, que entregó las pruebas de las operaciones de venta y subasta de las preseas en territorio norte-americano.
Además, la investigación contó con dos testimonios claves de dos asesores de Bolsonaro: el teniente del Ejército Mauro Barbosa Cid, albacea del expresidente, y el general Mauro Lourena Cid, padre del primer testigo y excolega de Bolsonaro cuando este era capitán del Ejército brasileño, en los Años 80. Los dos fueron los responsables por evadir el registro de los artículos por parte del IPHAN de Brasil, y también por venderlos en joyerías de Miami.
Tanto los testimonios como los comprobantes de las operaciones de venta en los Estados Unidos indican que los dineros recaudados tenían como destino las cuentas bancarias de Bolsonaro en bancos de Norteamérica.
Otro punto que indica esa hipótesis como la más probable es que, cuando se inició esa investigación, en marzo de 2023, el abogado de Bolsonaro, Frederico Wassef, trató de comprar algunos de los artículos vendidos y devolverlos al IPHAN, con la excusa de que “de esa forma no hay como afirmar que se efectuó un robo” – de hecho, logró hacerlo con parte de los artículos involucrados, pero no con todos.
El informe de la Policía Federal ha sido entregado a la Fiscalía General de la República, que tendrá hasta fines de este mes para decidir si pide nuevas investigaciones o si deriva el documento al Supremo Tribunal Federal, máxima corte de Justicia de Brasil.
La defensa de Bolsonaro trata de evitar que el caso llegue a los Tribunales, no solo porque eso significaría convertir al expresidente en reo sino que por la alta probabilidad de que sea decretada su prisión preventiva, debido a las actividades de su abogado para ocultar o destruir pruebas.