La fría noche que se vivió este sábado (9/9) en la comuna de Las Condes, fue especial por el encuentro fraternal de brasileños y brasileñas que participaron en la Caravana Viva Chile, una iniciativa que reúne a personas que estuvieron exiliadas en el país en los Años 60 y 70, y que regresan ahora para presenciar los eventos relacionados con los 50 años del golpe de Estado con el que las Fuerzas Armadas derrocaron al gobierno socialista de Salvador Allende.
El restaurante Vacas Gordas fue el escenario de una cena que reunió a gran parte de la delegación de 143 personas que viajó a Santiago. Muchos de los participantes hacen du primera viaje a Chile desde los trágicos sucesos del año 1973, cuando tuvieron que escapar del régimen de Augusto Pinochet (1973-1990).
La convocatoria de la Caravana fue una sorpresa para el comité organizador, que esperaba reunir entre 30 y 40 personas cuando comenzaron las conversaciones, en el primer semestre de este año.
Según la productora cultural Mónica Rabelo, quien forma parte del comité organizador, el resultado superó ampliamente las expectativas. “Movilizar a más de 140 personas con financiamiento propio, cada uno viajando con sus propios recursos, sin recibir dinero de ninguna entidad, creo que es una hazaña”, afirmó.
“Cada persona tiene sus razones personales para estar aquí reviviendo ese momento, y creo que ese fue uno de los factores por los que pudimos reunir a tanta gente. Además, por supuesto, de la posibilidad de volver a ver amigos, recuperando un poco de la unidad que había en la comunidad brasileña en Chile en los años de Allende”, añade Rabelo, que tenía apenas 16 años cuando los aviones de la FACH bombardearon el Palacio de La Moneda.
El sociólogo Ricardo de Azevedo, otro miembro del comité organizador, agregó que el manifiesto Viva Chile, que forma parte de la iniciativa, contó con 460 firmas, lo que podría haber dado lugar a una caravana aún mayor.
“Muchas personas que hoy querían estar aquí en Santiago no pudieron venir, por cuestiones de salud, de dinero u otros motivos. Tenemos la responsabilidad de representarlos aquí también”, destacó Azevedo.
Durante la cena se recordó a los aproximadamente 230 brasileños que murieron en los campos de concentración de la dictadura chilena. Uno de los actos de este domingo (10/9) será, precisamente, una visita al Cementerio General, para dejar flores a los túmulos de los brasileños que fueron víctimas de la dictadura chilena.
Otros actos importantes de la caravana serán la visita al Estadio Nacional, transformado en campo de concentración en los primeros días tras el golpe – y donde estuvieron también estuvieron detenidos muchos brasileños.
Este martes (12/9) habrá otro importante evento, en el que se hará la inauguración, en la Plaza Brasil, de una placa en homenaje a los brasileños que vivieron el golpe de Estado en Chile, acto al que deberán asistir dos ministros del gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva: Flávio Dino (Justicia) y Sílvio Almeida (Derechos Humanos), además de la alcaldesa de Santiago, Irací Hassler, y del embajador de Brasil en Chile, Paulo Roberto Soares Pacheco.
Ricardo de Azevedo también destacó la disposición de las autoridades diplomáticas brasileñas en apoyar a Caravana Viva Chile. “La Embajada ha brindado un apoyo importante, creo que es importante resaltarlo porque entendieron la dimensión de nuestra propuesta y han atendido nuestras necesidades de la mejor manera”, comentó.