El Partido Comunista de Chile entregó un comunicado este sábado donde acusó que en Venezuela hay “una escalada comunicacional, diplomática y de presión hacia terceros países, articulada desde la administración de EE.UU”.
Luego de revelarse el informe de la Misión Internacional de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre la situación que hoy se vive en Venezuela y que advierte el uso sistemático de la tortura y “crímenes de lesa humanidad” en contra de su presidente Nicolás Maduro y sus ministros, el Partido Comunista (PC) emitió un comunicado criticando la postura que tomó esta institución.
“Sin pretensión de responder por el estado Venezolano, manifestamos que confiamos en los esfuerzos que el gobierno de ese país despliega actualmente y seguirá desarrollando, con el apoyo de la comunidad internacional, para superar la crisis que experimenta”, aseguraron desde el PC donde además destacan el trabajo en conjunto que llevó el gobierno de Venezuela con la Oficina de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos.
“Nos parece alentador la reciente renovación del pacto de cooperación entre el gobierno de Venezuela y la Oficina de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos (ACNUD), tras un año de la primera reunión, en el que se acordó triplicar el número de funcionarios que operan en el país y trabajar por la apertura de una oficina en Venezuela, todo ello fruto de un proceso de cooperación constructiva entre las partes”, agregaron.
Frente a eso, el Partido Comunista mostró su preocupación por la aparición de un informe que coincide con la vista de Mike Pompeo, Secretario de Estado de los EE.UU “a Colombia, Brasil y Guyana, con la manifiesta intención de apoyar a los sectores golpistas en Venezuela, que encabezados por Guaidó insisten en la intervención extranjera, ante su derrota en el país”.
Desde la colectividad además concluyeron que rechazan, alertan y denuncian “la escalada comunicacional, diplomática y de presión hacia terceros países, articulada desde la administración de EE.UU, de la que el gobierno de Chile se hace parte, con el fin de desestabilizar, desacreditar e intervenir en este proceso electoral y crear condiciones para una nueva crisis con propósitos desestabilizadores“.