El “Caso Antonia” se transformó en uno de los más emblemáticos del último tiempo en lo que respecta a violencia contra la mujer y la rabia se dejó sentir con fuerza tras rechazarse la prisión preventiva de Pradenas. Antes de la sentencia, las opiniones de su abogado, Gaspar Calderón, ya habían causado indignación en agrupaciones feministas al insistir en la tesis de un encuentro consensuado y con rasgos de ebriedad. Calderón durante la formalización puso el foco en Antonia, diciendo que al momento de la agresión ella «Estaba prendida, estaba audaz (…) El alcohol desinhibe» y que “Se tomó una botella de champaña entera (…) Acostumbraba hacerlo”, incluso deslizó la posibilidad de que lo sucedido fuese un ‘desquite’ por su ruptura y menospreció la perspectiva de género. Así es Gaspar Calderón, el abogado que antes defendió al policía que mató a Matías Catrileo, a Alex Smith en la “Operación Huracán” y que rechaza abiertamente el feminismo.
Las redes sociales estallaron la mañana del miércoles después del término de la audiencia de formalización a Martín Pradenas, acusado por cuatro delitos sexuales, entre ellos la violación de Antonia Barra, joven que se suicidó en Temuco, en la región de La Araucanía, el año 2019.
El juez Federico Gutiérrez, del Juzgado de Garantía de Temuco, rechazó la medida cautelar de prisión preventiva solicitada por la Fiscalía y los querellantes, y dio a conocer las medidas cautelares para Pradenas: Arresto domiciliario total, arraigo nacional y prohibición de acercarse a las víctimas. Su argumento fue que las pruebas no permitían establecer la existencia de los delitos, además de la “irreprochable” conducta anterior del acusado.
Gutiérrez desestimó la existencia de tres de los cuatro delitos que quedaban tras el sobreseimiento por prescripción de dos causas, dando sólo por acreditada la violación de Antonia. La resolución se ajustó a lo solicitado por Gaspar Calderón, el abogado de Pradenas, quién en distintas entrevistas había sido tajante respecto a lo ocurrido la madrugada del 18 de septiembre de 2019: Para él fue una supuesta relación sexual voluntaria.
“Se trató de una acción consentida y con rasgos de ebriedad”, declaró el 15 de diciembre del año pasado en el diario “Libertad Digital”. La misma frase la volvió a recalcar durante el reportaje que Chilevisión emitió la segunda semana de junio.
En sus redes sociales incluso se dio el tiempo de contestar un insulto, diciendo que pese a las críticas que recibe, ganaría el caso. Con un estilo polémico y soberbio, para muchos cuestionable desde la ética, se transformó en uno de los abogados mejor pagados de Temuco.
Tal como lo explico este medio en un reportaje anterior, Gaspar Calderón ha trabajado en varios juicios de alta connotación pública: Asumió la defensa del cabo segundo Walter Ramírez, condenado por violencia innecesaria con resultado de muerte del comunero mapuche Matías Catrileo (donde logró rebajar la pena a un mínimo de tres años y un día, con el beneficio de la libertad vigilada, a pesar de que el fiscal militar estaba solicitando 10 años de presidio efectivo) y defendió a Alex Smith en el marco de la “Operación Huracán” y las causas que mantenía en San José de La Mariquina y Temuco, por los delitos de obstrucción a la investigación y falsificación de instrumento público.
Calderón es abogado de la Universidad de Chile, con más de cuatro décadas de experiencia, y es descrito por sus cercanos como un “hábil litigante penal”. También es conocido por algunos comentarios antifeministas, en particular con el movimiento “Ni una menos”.
Uno de los logros más importantes de su carrera comenzó cuando el padre de Erica Hagan, la sicóloga estadounidense de 22 años asesinada en septiembre del 2014 al interior del Colegio Bautista de Temuco, lo contrató asesorado por la embajada de Estados Unidos. Según un abogado de la zona, Calderón dijo a un medio local que fue desde la Embajada que lo contactaron para asesorar al padre de la joven cuando vino a Chile, pero ese tipo de procedimiento rompe los protocolos de la embajada.
En la cuenta de Facebook “Justicia para Erica Hagan”, administrada por Regina O’Neal –madre de la joven- el día 18 de julio se desmarcaron de la figura de Calderón:
“Uno de mis abogados es don Roberto Celedón, para aclarar confusiones. El otro abogado, Gaspar Calderón, no representa mis intereses como madre de Erica, pero sí los de su padre. Tenemos vidas diferentes y modos de elegir diferentes. Yo apoyo totalmente a la familia de Antonia Barra pues perdieron a su hija y yo a la mía”, posteó.
Además O’Neal, constantemente, escribe mensajes de apoyo para la familia de Antonia.
Un par de meses antes, el jueves 7 de mayo, se había viralizado en Facebook una portada del Diario Austral con el titular “Caso Antonia: defensa de joven acusado de violación y abuso sexual dice que “fueron relaciones con consentimiento”, en la portada aparecía una foto de Gaspar Calderón.
Producto de este posteo público, varias personas comenzaron a opinar, entre ellas la abogada Pamela Rebolledo -amiga del abogado- y una cuenta que parece ser del propio Calderón desde la cual escribe: “Será muy ventilado el caso porque es sensible, pero las penas de cárcel no se ponen con el corazón, se determinan por el Código, y eso sin contar con las circunstancias y enredos de las costumbres y relaciones que se esconden detrás de las fiestas, el alcohol, los reventones, after hours, previas, amigos con ventaja etc, etc, que sin duda disuelven el caso”.
La defensa patriarcal
Durante la audiencia de formalización, en donde se expusieron antecedentes y pruebas sobre el caso de Antonia Barra, Gaspar Calderón se mostró confiado y seguro. Es más, mientras el fiscal de la investigación, Miguel Ángel Rojas explicaba los resultados obtenidos en el proceso, Calderón escuchó atento apoyado en el respaldo de su silla, con los dedos entrelazados, y rostro apacible.
Al momento de iniciar su defensa en favor de Pradenas, Calderón pidió un receso debido a la extensión de la audiencia, la que en ese momento ya era de cuatro horas. En un principio el descanso sería de 15 minutos, pero se extendió a una hora.
Durante la formalización sus argumentos se apoyaron en el historial sexo afectivo de la víctima, y también habló de una «conducta recurrente» a estar bajo los efectos del alcohol.
Frente a la situación que vivió Antonia Barra en la discotheque, hizo aseveraciones como “Ella se tomó una botella de champaña entera (…) acostumbraba hacerlo” y que “estaba prendida, estaba audaz. Hay un grado de desinhibición, el alcohol produce desinhibición”.
La mayoría de sus frases pusieron el foco en Antonia, justificando el actuar de Pradenas. Incluso, al abordar el hecho de que la joven habría sido sacada del lugar en una camioneta blanca por muchas personas, en un evidente tono sarcástico mencionó a “La Manada”, enviándole saludos.
-“Me sentí sucia”, ¿sabe lo que significa eso señoría? “No debí hacer eso”. Antonia tuvo un golpe de realidad, se dio cuenta de lo que había hecho-, dijo Calderón al juez al analizar una de las principales pruebas del caso, el audio que envió Antonia a su ex pololo, y que luego llegó a manos de Pradenas.
– “¿Debería considerarse la perspectiva de género por sobre la justicia? No lo creo”, refutó Gaspar Calderón, ante los cuestionamientos sociales de que el proceso sea tratado con perspectiva de género, debido a la violencia sexual, que hubo hacia las cinco víctimas, incluyendo una menor de edad. Además, cuestionó el suicidio femicida de Antonia.
Este medio tuvo acceso a la transcripción completa del audio mencionado por Calderón, una conversación de Antonia con su ex pareja Rodrigo Canario donde en al menos tres ocasiones repite que fue violada. Y que se siente “sucia” producto de la agresión sexual.
“¿Por qué ‘creí’ que, que llegué al punto de querer matarme esa semana, porque toda esa mierda que sentía, toda esa sucieda’ (llanto desesperado) Me sentía tan mal. Quizás ni siquiera, ni siquiera sé qué ‘estai’ pensando, quizás ni me ‘vai’ a creer, pero lo único que te digo es que yo si hubiera hecho, fue inconsciente y pico me lo ‘banco’, pero por algo me sentía tan mierda, tan sucia, y, y, y lo único que quería era matarme, desaparecer, porque ni siquiera me ‘veia’ capaz de poder seguir sintiéndome así, sintiéndome violada, sintiéndome”.
Una de las críticas de las agrupaciones feministas tras ver formalización de Pradenas fue que las víctimas, lejos de ser acogidas en el sistema judicial, este más bien se transforma en una fuente de mayor ansiedad. Sienten que es un lugar que las re victimiza y las perjudica.
Para Francisca Millán, abogada de AML, estudio jurídico en Defensa de Mujeres, lo que hizo Calderón fue usar y abusar del sesgo y estereotipos de género que se reproducen cotidianamente en nuestra sociedad y que al verbalizarlas en una instancia judicial, hay resonancia en ese sentido común que ya está instalado en una estructura machista como la nuestra.
– En delitos de este tipo lo que se hace es siempre poner a las mujeres en el banquillo de los acusados, del cómo ellas se exponen a hacer blanco de delitos como este, disminuyendo la responsabilidad de quienes son sus agresores. La expresión que utilizó el abogado en torno a señalar que deberíamos dejar de hablar de perspectiva de género y comenzar a hablar de justicia, y el equilibrio, hace un eco clarísimo de su desconocimiento en esta materia, y es un desconocimiento súper generalizado y por tanto abusa de ese desconocimiento para reproducirlo. La perspectiva de género, en realidad es justamente la aplicación absoluta de la idea de justicia y equilibrio, porque en el enfoque de género y de derechos humanos, es materializar la igualdad, a la que todas y todos tenemos derecho según la constitución y que en la práctica solo se materializa en mayor intensidad con respecto a los hombres, dejando a las mujeres fuera de las lógicas institucionales-, explica.
Lorena Astudillo, abogada feminista y vocera de Red Contra la violencia, también se refirió – entre otras cosas- al comentario sobre Perspectiva de género de Gaspar Calderón.
“Decir que usar la perspectiva de género es un error muestra un total y absoluto desconocimiento de los tratados internacionales que ha ratificado Chile respecto de los Derechos Humanos de las mujeres. Cuando miras este tipo de situaciones, nos interpela a revisar el sistema judicial. En un lugar donde se pretende impartir justicia no se puede maltratar a quienes denuncian, por eso se hace necesario mirar las leyes para nosotras las mujeres niñas y niños, un violador siempre es un peligro para la sociedad y la legislación debiera recoger esta realidad. Un sistema que se pretenda justo como tal, debiera garantizar un ambiente acorde con lo que se está denunciando y no mostrarse como un sistema que en vez de incentivar la denuncia, hace que las mujeres lleguen a sentir miedo de hacerla”, concluyó.