viernes, octubre 11, 2024

Caso Antonia Barra: El machismo es la defensa de Martín Pradenas

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El hashtag #MartinPradenasViolador lleva varios días posicionado en Twitter y las agrupaciones feministas han transformado al “Caso Antonia” en uno de los más emblemáticos del último tiempo en lo que respecta a violencia contra la mujer. La defensa de Pradenas la asumió Gaspar Calderón, el abogado que ganó reconocimiento en el caso de Erica Hagan, también representó a Alex Smith y al cabo segundo Walter Rámirez, quien le disparó al comunero Matías Catrileo. Sus opiniones sobre el caso han sido cuestionadas y ya se estaría preparando discretamente con otros abogados expertos en delitos sexuales, para seguir enfrentando el caso. “Se trató de una acción consentida y con rasgos de ebriedad”, dijo en una entrevista, pero el relato de los testigos del hecho -dentro y fuera de la discotheque ex Murano- son contundentes respecto del estado de vulnerabilidad en el que se encontraba Antonia antes de la agresión.


Las redes sociales se encendieron los últimos días luego de conocerse la sentencia de la Corte de Apelaciones que prohíbe a la familia de Antonia Barra -la joven que se suicidó tras denunciar a Martín Pradenas Dürr de haberla violado- realizar publicaciones sobre el acusado, supuestamente por las reacciones que estas generan.

Detrás de este recurso de protección, obtenido en tiempo récord por la familia de Pradenas, está el abogado Gaspar Calderón, conocido por sus polémicas declaraciones sobre el caso.

En distintas entrevistas ha insistido en que lo sucedido con Antonia fue una  supuesta relación sexual voluntaria. “Se trató de una acción consentida y con rasgos de ebriedad”, declaró el 15 de diciembre del año pasado en el diario “Libertad Digital”. Esta frase la volvió a recalcar durante el reportaje que Chilevisión emitió la semana pasada. También se vio envuelto en una polémica sobre un insulto que había proferido en una de sus redes sociales, en la que decía que pese a las críticas que recibe, ganaría el caso.

Gaspar Calderón ha trabajado desde Temuco en varios juicios de alta connotación pública. Abogado de la Universidad de Chile, con más de cuatro décadas de experiencia, es descrito por sus pares como un “hábil  litigante en materia penal”.

Uno de los logros más importantes de su carrera comenzó cuando el padre de Erica Hagan, la sicóloga estadounidense de 22 años asesinada en septiembre del 2014 al interior del Colegio Bautista de Temuco, lo contrató asesorado por la embajada de Estados Unidos.

Abogado Gaspar Calderón

También asumió la defensa del cabo segundo Walter Ramírez, condenado por violencia innecesaria con resultado de muerte del comunero mapuche Matías Catrileo. Calderón logró rebajar la pena a un mínimo de tres años y un día, con el beneficio de la libertad vigilada, a pesar de que el fiscal militar estaba solicitando 10 años de presidio efectivo.

En otro de sus trabajos, asumió una etapa de la defensa de Alex Smith en el marco de la “Operación Huracán” y las causas que mantenía en San José de La Mariquina y Temuco, por los delitos de obstrucción a la investigación y falsificación de instrumento público.

Ahora, según fuentes cercanas a la investigación en el caso de Martín Pradenas Dürr, Calderón ya estaría trabajando con abogados expertos en delitos sexuales, para despejar el caso  de las  otras  violaciones que se le acusan y que para él serían hechos denunciados de manera tardía.

Por su parte, la Fiscalía de La Araucanía ya resolvió formalizar a Pradenas por abuso y violación contra cinco mujeres, incluida Antonia. Los hechos que se le imputan ocurrieron entre el 2010 y septiembre de 2019. Su imagen ha sido compartida miles de veces, por mujeres indignadas frente al actuar de la justicia, y la aparente normalidad con la que Martín Pradenas seguiría viviendo en Temuco.

El día 7 de mayo de este año, una persona publicó en su cuenta de Facebook una fotografía del Diario Austral con el titular “Caso Antonia: defensa de joven acusado de violación y abuso sexual dice que “fueron relaciones con consentimiento”, en la portada aparecía una foto del abogado Gaspar Calderón. Producto de ese posteo público, varias personas comenzaron a expresar sus opiniones, entre ellas la abogada Pamela Rebolledo y una cuenta que parece ser del propio Calderón.

Ambos comentan que “no hay pruebas ni evidencias” en el caso de Antonia, después la discusión va subiendo de tono, Calderón postea algunos ofensas y Rebolledo las emprende contra las feministas “Cuidado con lo que publica señora, haga un esfuerzo de controlar sus impulsos (…) bueno usted debe ser de las que salen a cantar y bailar esa coreografía de las feministas violador eres tú”. También insulta a otra mujer a quien trata de “negra”.

La madre de Antonia Barra sufrió hostigamiento días después. Una persona, usó el nombre de “Paola Rivera” en Facebook  y la amenazó con mensajes e insultos donde profería las palabras “puta” y “negra”.

La mala víctima

La literatura de investigación científica fundamenta ampliamente que las mujeres que son agredidas sexualmente son castigadas socialmente y deben “probar” que sus acusaciones son “reales” y que ellas son “víctimas verosímiles”.

Las mujeres que se desvían de las conductas esperadas son tratadas por la policía y el tribunal con sospecha y desconfianza, sobre si realmente fueron agredidas sexualmente o no, o si tenían o no la culpa de lo que les ocurrió. Ahí aparece la violencia de género como una marca que se estampa en sus cuerpos: la violencia simbólica, que también se reproduce a través de los medios de comunicación.

Según los diferentes audios que se han rescatado con los mensajes de Antonia,  existen, en definitiva, dos momentos con registros de su voz. El primero ocurrió tras presunto ataque de Pradenas, es decir, durante la mañana del día 18 de septiembre de 2019, cerca de la 09:00 am, cuando  Antonia envió tres audios a su amiga.

De estos audios se podría inferir, con cierto nivel de coherencia –según los sicólogos que lo han oído y expresado su opinión en los medios- que Antonia no se encontraba en un estado normal, exhibe dificultad para hablar y en el último, donde el relato es más amplio y ella describe los hechos de los cuales ella fue víctima, se percibe desesperación y la angustia.

Antonia Barra Parra tenía 20 años, era estudiante de Ingeniería Comercial de la Universidad Mayor, y tenía uno de los rendimientos más altos de su carrera y era reconocida por su buen desempeño académico. Todo cambió en la madrugada del miércoles 18 de septiembre del 2019. Antonia viajó a Pucón junto a su mejor amiga que se trasladaron en su auto. Una vez en allí, Antonia estuvo el resto de la tarde en la casa de su amiga y ya en horas de la noche, ambas llegaron en taxi a la discoteque Ex Murano. Horas después fue presuntamente violada -bajo los efectos del alcohol- por Martín Pradenas, en una cabaña ubicada en el sector de la calle Arauco.

Uno de los antecedentes además da cuenta de cómo Martín Pradenas llevaba sostenida del brazo a Antonia, por la discoteque, lo que confirma que desde ese momento, la estudiante tenía poco nivel de conciencia e incluso un testigo describe que estaba “con los ojos desorbitados”, lo que habla de estado de vulnerabilidad.  Sumado a eso, otro testigo de la cabaña habría dado cuenta de la salida intempestiva de la joven desde el lugar y de la incomodidad posterior de Pradenas al consultarle la situación.

“Desde el momento en que su amiga acude en su auxilio, Antonia no para de llorar producto del trauma de lo vivido”, aclara una fuente cercana al caso. Antonia había sido encontrada muy afectada, estado que se extiende hasta que llegan a la casa de su amiga. Es alentada a hacer la denuncia y desiste por el daño que le puede hacer este hecho a su familia, apenas duerme y luego vuelve a relatar los hechos.

Tras varias semanas con el efecto post traumático-tenía bajo ánimo y se ausentó a pruebas de la Universidad- confesó a sus cercanos lo ocurrido a través de mensajes.

Dos meses después, Martín Pradenas conversó en exclusiva con un medio digital de Temuco donde comentó que tuvo -con Antonia- una conversación vía mensaje, aclarándole que llegaron juntos a la cabaña

Pero una fuente cercana a la investigación, confirmó a este medio que ese llamado habría sido un amenaza a la joven. Incluso una persona, parte del círculo cercano de Antonia, había grabado una conversación con ella, donde le confesaba lo ocurrido en la cabaña, grabación que posteriormente fue enviada a Pradenas. Es más, en una denuncia de otra víctima, una de las testigos reveló que el joven habría usado fotos de desnudos en grupo de WhatsApp para silenciarla. Algo que la persona califica como “modus operandi” de Pradenas.

Antonia se suicida la mañana del 13 de octubre.

Hay que recordar las  cuatro acusaciones más en contra Pradenas, por los delitos de abuso sexual y violación, ocurridos en los años 2010, 2012, 2013, 2014, 2018 y 2019, donde es considerado autor ejecutor en los presuntos hechos.  

La formalización en contra de Martín Pradenas será el 21 de julio en el Tribunal de Garantía de Temuco, por los delitos de violación propia y abuso sexual propio, en la investigación por la muerte de Antonia Barra.

En una de las últimas preguntas  de Libertad Digital, le consultan a Pradenas si se había  puesto en el escenario de ir a la cárcel.

-La verdad es que no, confío en el proceso legal y como le digo me considero inocente-, contestó.

Nota complementaria: El foco en las víctimas

Lorena Astudillo abogada y vocera de la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres se refiere al caso  de Antonia Barra. Comenta cómo en este tipo de caso el foco siempre está en las víctimas a quienes se le cuestiona cuando se habla de una agresión sexual.

Para la profesional existe una especie de caricatura sobre lo que es y cómo debe ser una  violación.

-Si no hay consentimiento, es violación, por lo tanto lo que tendrían que empezar ahora a cuestionarse, no es si estas mujeres están hablando con la verdad o si a lo que dijo Antonia que le había pasado es real o no, lo que deberían estar cuestionándose es si Martín Pradenas actuó con el consentimiento de Antonia, y no poner nuevamente el cuestionamiento a las mujeres. El cuestionamiento debería apuntar a los hombres, en quienes violan, y quienes acceden a tener relaciones sexuales con mujeres sin su consentimiento, aprovechándose de las circunstancias en la que ellas se encuentran-, explica.

Respecto de los dichos de Gaspar Calderón, la abogada es tajante y dice que no conoce ninguna relación consentida “con rasgos de ningún tipo”.

-Las relaciones sexuales se consienten o no se consienten, y la única manera de consentir una relación sexual es diciendo sí. Por lo tanto cualquier persona que vea alterada su voluntad, por cualquier tipo de sustancia o situación, no podemos asumir que ese consentimiento es pleno-, dice.

Apunta particularmente a la estrategia de Calderón, la que describe como machista cuando se refiere a un posible consentimiento de Antonia.

-Habría que ver cuáles son el tipos de relaciones consentidas “con rasgos de ebriedad” a las que él se refiere, porque me parece que es algo que acaba de inventar y sería bueno que lo defina para ver qué tan machistas son sus dichos y a que se está refiriendo realmente. Una violación es una violación y significa o implica que no hay consentimiento para tener relaciones sexuales, por lo tanto no comprendemos a que se refiere con ese argumento y si lo está utilizando para justificar violadores, es pésimo-, concluye.

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