Desaciertos mediáticos, declaraciones que cuestionaron la solidez de una aparente unidad, ausencia de rostros estratégicos para capitalizar otros votos y la distancia con un electorado residente en los sectores que supuestamente se debieron haber visto representados por su candidatura, aparecen entre los antecedentes a la hora de analizar el revés frenteamplista.
Diversos son los factores que van apareciendo en las lecturas que desde la noche de este domingo se realizan en torno a la derrota sufrida por la candidata del Frente Amplio y el Partido Comunista (PC) a la gobernación de la Región Metropolitana, Karina Oliva, más allá del rotundo y desequilibrante apoyo que las comunas más vinculadas a la derecha le brindaron al DC Claudio Orrego.
Entre estos antecedentes aparece el desfavorable impacto comunicacional que durante la última semana habrían significado principalmente dos hechos: el apoyo que le brindó a Oliva el derrotado postulante a la gobernación Pablo Maltés, jefe de bancada y pareja de la diputada Pamela Jiles, y la aparición en una transmisión por Instagram de la candidata del Frente Amplio con la “influencer” Naya Fácil, a solo seis días de la elección de este domingo.
Más allá de la legitimidad que Oliva le quiso otorgar al trabajo que como escort decidió para su vida Naya Fácil en un país con un conservadurismo muy presente todavía, lo cierto es que la calificación de “referente” que la candidata le asignó durante el live y la mención al hecho de que su hija de 13 años le aconsejó seguirla en la red social, se habrían traducido finalmente en reparos serios del electorado, sobre todo desde aquel que se mostraba indeciso.
Cuestionamientos que durante la última semana de campaña se sumaron a lo ocurrido con Maltés y también a la criticada comparación que realizó Oliva de la tarjeta Bip! con la de Transbank durante un debate en Mega con Claudio Orrego. “Perdimos la elección en la última semana”, le dijo una fuente del Frente Amplio a The Clinic tras los resultados de este domingo.
Queda claro que Naya Fácil es una gran influencer: influyó en varios para que no votaran por Karina Oliva.
— Juan Carlos Berner (@jcbernerl) June 14, 2021
NAYA FÁCIL RESPONDIÓ A LAS CRITICAS POR APOYAR A KARINA OLIVA: “DEJEN DE CULPARME”. IGUAL NO CREO QUE ELLA HAYA SIDO LA PIEDRA DE TOPA, AHORA ELLA MÁS MALTES…. AHHH BUEEEENO.#PushUp2021
— RUFFINELLI (@bruffinelli) June 14, 2021
Confirmo. En mi familia cambió el voto de la mitad de las personas.
— Pizza Galáctica (@PizzaGalactica) June 14, 2021
Todavía no entiendo cómo se le ocurrió autosabotearse de esa forma a días de las elecciones ????♀️ Naya Fácil po! Pero cómo??? ????
“FUEGO AMIGO”
Por otra parte, el impasse con el diputado Gabriel Boric (Convergencia Social), quien junto a Daniel Jadue (PC) acompañó permanentemente a Oliva en campaña, por el apoyo recibido justamente de parte de Pablo Maltés en las últimas jornadas, puede ser considerado también parte del llamado “fuego amigo” que cuando se da en instancias como éstas puede ser igualmente desequilibrante.
Boric evidenció una diferencia importante con Oliva al señalar que él “no aceptaría su apoyo (de Maltés) ni por un millón de votos”, divergencia a la que se podría sumar lo expresado durante la jornada de este lunes, cuando luego de la derrota el magallánico declaró a Radio ADN que “debimos haber puesto un párele a este espiral de descalificaciones contra el adversario en que entraron todas las campañas”, aludiendo con ello a los tensos debates que protagonizaron Oliva y Orrego, principalmente tras la primera vuelta de las elecciones del pasado 15 y 16 de mayo. “No sirve llenar de adjetivos calificativos a todos los que no piensan igual que nosotros, tenemos que ser capaces de convocar más allá de nuestro mundo y ese es el desafío que yo deseo encarar de aquí a las primarias”, añadió el precandidato presidencial.
Y también desde el mismo sector de Oliva llamó la atención la evidente ausencia de otros rostros del Frente Amplio (FA) durante las apariciones públicas de Oliva, considerando que la militante de Comunes se presentó como candidata de todo el bloque y no solo de su partido. Un respaldo que bien pudo leerse como relativo y ser reducido, al menos mediáticamente, a la figura de Gabriel Boric, lo que llevó a preguntarse a muchos por la no presencia de Beatriz Sánchez, Giorgio Jackson (RD) o el constituyente electo Fernando Atria, quienes eventualmente la podrían haber favorecido en la capitalización de votos de otros bandos al interior del FA.
En ese mismo sentido apunta el análisis que fija la mirada en lo que sucedió con dos comunas como Providencia y Ñuñoa, ambas con una fuerte presencia de votantes profesionales que se identifican con un partido como Revolución Democrática, colectividad que de hecho logró quedarse con la alcaldía ñuñoina en la reciente elección a través de Emilia Ríos, cuando las encuestas apuntaban justamente a un candidato de la DC, Juan Pablo Sáez, como ganador.
EL VOTO “POPULAR“
“Hubo un análisis que no hicimos: no imaginamos que la derecha iba a salir en masa a votar por Claudio Orrego. La derecha se cuadró con la candidatura de la DC”, le señaló a The Clinic tras la derrota de Oliva Jorge Ramírez, presidente de Comunes, dando cuenta de la carencia de una lectura que justamente se destacó en diversas proyecciones en la previa a la elección y que pareciera continuar centrando el foco en quiénes votaron por Orrego y no en quiénes no lo hicieron, como se esperaba, por Oliva.
Algo de lo que sí se hizo cargo la diputada PC Camila Vallejo, quien apuntó a la baja participación de los sectores populares donde Oliva se impuso a Orrego. “Falta activar la votación de las comunas populares, ahí no nos podemos perder. Tenemos una deuda ahí y cada uno tiene que ver qué lugar ocupa en este proyecto de transformaciones: o se hacen parte o se marginan. El llamado es a que todos se hagan parte”, apuntó la parlamentaria.
En ese sentido, otro factor a considerar en el resultado de la elección del domingo podría ser la no atención al cambio de paradigma que ha venido experimentando la sociedad chilena en su conjunto en cuanto a las formas en que los candidatos buscan llegar a sus potenciales votantes.
Esta elección dio cuenta de que -salvo respecto a casos como el de La Lista del Pueblo- se sigue cayendo en una suerte de espectacularización de las campañas a través de medios de comunicación permanentemente cuestionados por ser funcionales al modelo de abuso que se quiere cambiar, y por mostrarse en ocasiones hostiles a las propuestas que no representen sus líneas editoriales. Y lo mismo parece ocurrir con la utilización de recursos como eslóganes o bailes que finalmente parecieran alejar a los votantes, al ser relacionados con prácticas de una clase política que busca suplir a través de estas estrategias la falta de profundidad y solidez política y técnica a la hora de enfrentar una postulación a un cargo de representación popular.