Los mismos que promovieron y ocultaron engaños del tamaño de la Operación Huracán, del Plan Antorcha, del Caso Penta, hoy se suben al caballo de la moral pública. Y claro, es claro que no les duele (como a nosotros) la mentira. Nunca les ha dolido. En este caso, les alegra, y se dan un festín, un obsceno banquete de alta ética servido en bandeja de plata.
Entonces la plaza se llenó de personajes. Sonaba extraño, pero por otra parte, a este país lo habían alimentado con mentiras durante décadas y décadas, así que una poca de fantasía nos venía a caer bien. Gente vestida de novia, de Guasón, de gata. Personas con disfraces comprados recién por AliExpress. Pikachu, dinosaurios, Spiderman, Capitán América. También disfraces autogestionados: la mujer gato, el parlante revolucionario, personas con traje de novia, con bikini, con overoles rojos, maneras de ser parte de eso que explotó. Hasta gente desnuda se aparecía por ahí, lista para hacer su representación.
Era el sagrado derecho a ser un personaje. Un derecho que cada quien ejerce día a día, en la Plaza de la Dignidad o fuera de ella. (Y sí: admito que estoy divagando; son solo balbuceos de una reflexión. Hay que darse un tiempo. Por hoy, lo que siento es una pena extraña en mi corazón. Pueblo, querido pueblo… ¿para dónde va todo esto? ¿Pelao Vade, Pelao, qué pasó?).
Pero otra cosa es la mentira. Y lo tenemos claro. Tan claro como esta tristeza, esta desilusión que nos embarga. (Y me repito las palabras, sigo en la confusión: Este país ha sido construido a punta de mentiras, década tras década). Tratemos de entender entonces: el Pelao Vade tal vez hizo lo que pudo con su enfermedad y con su vida. Una supuesta enfermedad con nombre le sirve para ocultar la enfermedad verdadera, y de momento misteriosa. Podemos aceptar incluso las colectas y las rifas; la vida está tan cara, la vida es tan difícil.
Además, está la enfermedad (la misteriosa, la no revelada) que suponemos también ocasionaba gastos enormes. Podemos comprender incluso la campaña electoral para ser constituyente. La grandeza de la causa levantada como soporte de esa candidatura (el pésimo sistema de salud en Chile) aguanta a lo mejor el tonelaje de este invento. Podemos, podemos, siempre podemos soportar una mentira tras otra. (Y me vuelvo a repetir: este país ha elegido mentirosos en elecciones populares década tras década. Y sigo divagando). Podemos.
Pero tal vez ya no podemos más. Primero, porque en alguna parte de esta cadena de imposturas, hay que cortar el eslabón de la credulidad. Tal vez esto de hoy es el eslabón que se debe cortar. La misma grandeza del movimiento que levantó todo esto, ni siquiera la elección del Pelao Vade, sino que todo el proceso constituyente entero, depende hoy de ese eslabón. Y para que se mantenga, para que la esperanza sea realidad sin necesidad de más mentiras, es necesario que ese eslabón se corte. Ese y no otro, y en este momento.
Porque viene y pasa lo obvio, pasa que los padres de la mentira están escandalizados. Trepan por las murallas, desde sus medios de comunicación condenan el hecho y ven que tiembla todo. Los mismos que promovieron y ocultaron engaños del tamaño de la Operación Huracán, del Plan Antorcha, del Caso Penta, hoy se suben al caballo de la moral pública. Y claro, es claro que no les duele (como a nosotros) la mentira. Nunca les ha dolido. En este caso, les alegra, y se dan un festín, un obsceno banquete de alta ética servido en bandeja de plata. El punto es que eso lo aprovechan para dar un golpe. Y no digo un golpe periodístico, sino que un golpe bajo al enemigo del momento, que no es el Pelao Vade, sino que es la Convención Constitucional. Eso es parte del dolor que a uno lo embarga, la pena que nos acosa.
(Y pienso y pienso y trato de entender. Se trata del Pelao Vade, pero se trata también de todo lo que la Revuelta trajo a este país dormido. Esperamos gestos, ya no pequeños gestos: un gesto a la altura de la desilusión, un gesto a la altura de la pena. Pueblo, querido pueblo… ¿para dónde va todo esto? ¿Pelao Vade, Pelao, es hora de que renuncies? ¿Es hora de que intentes darle a lo mejor la única lección posible a los padres de la gran mentira chilena? Sigo tratando de entender).
La mentira nace por allá lejos cuando te decían que la prima se había ido unos días al cuidar a la tía enferma del campo , pero en realidad iba a partir al Huacho sin padre y que no querian la sociedad se entere ….la sociedad chilena , con su alta alcurnia , con sus palacetes, con sus escuelas para señoritas formó un país basado en mentiras , nos siguieron mintiendo por años, décadas y nadie se ruborizó , muchos congresistas formalizados por robos al estado y a todos y nadie renunció ….”no se puede” dijeron… chile un país de hipócritas ….. Hoy nos toca a todos arrancarnos tantas caretas impuestas (y autoimpuestas para sobrevivir) y liberar a este nuevo Chile que si despertó
Del otro lado pueden haber mentido todo lo que quieran pero se suponía que los convencionales eran todo lo contrario del antiguo mundo y bueno resulto ser más de lo mismo. De ninguna parte la mentira se justifica, personalmente tenia una fe tremenda en este proceso pero cada día que pasa me decepciono un poco más
chiste repetido sale podrido. pelao vade, mala copia de rafael garay. dijo aquèl: la verdad os harà libres
Complejo paradojal..pero si sí
Concuerdo contigo el golpe no puede ser estéril es hora de enfrentar de asumir ..la verdad siempre nos alcanza aunque lo soterremos de mentiras..esta grandiosa siempre siempre se impone ese es el Chile a recuperar dignidad verdad justicia ..no más..aunque duela la mentira de donde venga .No más
Siento lo mismo, desilusión, y me quedo callada ante las criticas moralistas que hace el sector del lado oscuro de la fuerza, pelao vade el primero en discriminar la enfermedad que tiene, parece mentira adolescente o de teleserie, pienso que debe renunciar porque ni siquiera surgió de él mismo decir la verdad sino que se vio acorralado… no le quedó de otra… un mentiroso no debería estar entre varios que están ahí, duele porque le mintió al pueblo… ganó con una mentira, esa candidatura tiene una energía mala que no debe enlodar nuestra nueva constitución… ahora difícil perdonar, la traición al pueblo… les dió el festin a todos y eso es una gran derrota, alguien mas que tenga que confesar verdades en este proceso constituyente? Las firmas? Algo?