Gonzalo Feito, con rostro simuladamente desencajado, contó en Sin Filtros, ese circo que dice ser programa de política, que lo había llamado el ministro Giorgio Jackson. Lo hizo como si no dijera nada grave, pero esperando que sí lo fuera. Dijo que la conversación con Jackson había sido amena, sin grandes sobresaltos, intentando, claramente, vestirse con un manto de ingenuidad que lo victimizara ante un indebido uso de poder de parte del creador de Revolución Democrática.
Como este “inocente” relato no servía al programa y su exagerada mirada de la realidad chilena, con el curso de los días, Feito comenzó a dejar su actuada inocencia para así comenzar a encarnar otro papel, más parecido al de mártir de la libertad de expresión. Cada vez que podía decía que no lo amedrentarán, que seguiría haciendo su trabajo, su heroica labor de denunciar “la verdad” sobre los hechos, con ese tono tan propio de periodistas de segundo o tercer nivel que buscan ser algo más que simples empleaditos y darle épica a la mediocridad que realizan.
Hoy este ex notero de la falsa rebeldía de Ricardo Claro y su circo- en el que participan artistas tan “destacados” como Gabriel Alemparte y su acto de decirse serio y prudente mostrando una poca seriedad y una irresponsabilidad impactantes, y Francisco Orrego, el hombre más inteligente del mundo sin ningún hecho que lo demuestre- se han servido de de los errores del oficialismo, y de la tontera del mejor amigo político del Presidente Boric, para montar un espectáculo en el que ellos son algo así como los héroes frente al mal del comunismo internacional que viene a vaciar las arcas fiscales, a propósito del llamado “Caso Convenios”, que además de querer destruir “la Patria”, pega telefonazos para presionar cuando hay cosas que no le gustan.
¿Cómo Jackson no vio esto antes de hacer una llamada? ¿Cómo no midió las consecuencias de lo que sucedería? Esas son preguntas que se repiten una y otra vez para analizar no sólo las acciones de este ministro en particular, sino de este gobierno. Como si nada, le dan al adversario político un márgen de acción que cualquier opositor quisiera para destruir al gobernante de turno. Se les prepara la cancha. Se les crea el relato para que puedan servirse de este y seguir atacando.
Y en este caso podemos decir que es más grave, porque el adversario no es sofisticado ni digno de respeto político. Es más bien una caricatura efectista de los antagonismos políticos; es la escenificación de la tontera transformada en militancia ideológica, y de la ordinariez intelectual convertida en intento de raciocinio. Es cuestión de ver los enfrentamientos que se dan en ese programa y ver cómo personajes de dudosa categoría se ufanan de una inteligencia argumentativa que no tienen.
¿En serio no se previó el error político de avivar una mala fiesta de impostura y ataque político vestida de “periodismo”? ¿Realmente no se entendió que hay lugares a los que sólo se los alimenta con acciones de tamaña estupidez? ¿No se dio cuenta de que hoy un telefonazo, con el tono que sea, no trae otra cosa que problemas y malentendidos? Es evidente la respuesta. Como lo es demasiado frecuentemente. ¿El resultado? La construcción gratuita de una falsa víctima.
Así es, efectivamente Jackson les sirve en bandeja para que feito y todo el que quiera saque poco o mucho de provecho….
Cómo tan ingenuos?…es obvio que están esperando que pisen el palito….hace rato que están queriendo hecharse al Jackson o a cualquiera que sea del grupo sercano a boric, les están buscando el odio x todos lados……..van a hablar de ellos x si o x no……tienen que tenerlo muy claro x ser personajes públicos….
Salen de una y entran en otra….
Casi parece teleserie todo lo que pasa, solo falta que desaparezca la guagua….
Giorgio Jackson es realmente incompetente, movido por sus propias visceras incapaz de realizar ningún análisis de consecuencia, y en el acto circense de gobernar termina añadiendo payasos de contraparte para hacer un espectaculo de ingobernancia política colectiva, y lo peor de todo es que su renuncia es tan negativa como su permanencia.