Este viernes 15 de septiembre, cuando Chile se había volcado a las celebraciones de Fiestas Patrias, el Consejo Constitucional comenzó a debatir las enmiendas de las Comisiones en el PLENO.
Una vez más, toman decisiones importantes entre gallos y medianoche.
Para ser exactos, estas últimas semanas, Republicanos y Chile Vamos mostraron sus modificaciones al texto presentado por los expertos, entre las 6 y las 8 de la mañana, sin dar espacio al progresismo a siquiera leer antes lo que debían votar.
Esta vez, lo hicieron entre empandas y vino tinto, como diría el Chicho. Es decir, comenzaron las discusiones más definitivas de este proceso sin la atención de la opinión pública. Tal como lo han hecho desde un comienzo.
Las más de mil enmiendas presentadas por Republicanos y Chile Vamos buscan un retroceso tan enorme, que el “En Contra” empezó a ganar terreno rápidamente.
Incluso antes de la propuesta definitiva.
Incluso aunque esas propuestas sean más reaccionarias, que la Constitución de Jaime Guzmán y Lucía Hiriart.
Incluso aunque los medios de comunicación empresariales no están mirando con lupa la vida personal de cada consejero, como lo hicieron en el primer proceso. Porque aquí no hay Pelados Vades, no hubo disfraces, ni votaron mientras estaban en la ducha.
Pero casi llega una PDG, que estuvo presa por narcotráfico (Karla Añes); está votando la consejera RN, Ivonne Mangelsdorff, imputada por el caso Cuentas Corrientes (recibía coimas para aprobar licitaciones); y el actual consejero constitucional UDI, Edmundo Eluchans, quien participa a pesar de ser uno de los nombres importantes en la trama de narcotráfico de la familia Pinochet, publicada esta semana por Ciper Chile, a través de su bufete de abogados.
Sin embargo, esas cosas no importan ahora. Los titulares insisten en que esta vez sí tendremos una que nos una, una escrita con amor por esos políticos, que podrán tener casi nula legitimidad, pero obviamente tienen más derecho a estar debatiendo sobre el futuro de todas y todos.
Y bueno, ¿cuál será la estrategia si saben que van a perder con sus enmiendas del siglo XIX? Ese sector no da puntada sin hilo.
Esta semana, Hassan Akram lanzó una hipótesis: “Los republicanos, en este momento, le están dando un gustito a sus bases para que esa gente sienta que esta Constitución sí es suya. Pero cuando llegue el pleno seguramente van a pactar con Chile Vamos y van bajar una buena parte de las enmiendas más extremistas”, dijo. Para agregar que, de esa forma, muchos nos harán creer que el texto es bueno porque ya no es tan extremista como las enmiendas que presentaron.
Y sí, está pasando. ¿Cómo así? Hoy bajaron la enmienda que declaraba el rodeo como deporte nacional. ¿Quién podría creer que eso es malo?
Pero la pregunta de fondo es: ¿Significa esto que, en las cuestiones sustanciales, la propuesta será un avance? ¿Tendremos una Constitución mejor que la del 80? Claramente no. Por favor, no te dejes engañar.