El año 2020 está marcado por los efectos de la rebelión social de octubre del 2019, por el mal manejo de la pandemia, el quiebre del Frente Amplio, por el plebiscito constitucional, por el comienzo de la carrera presidencial y por la baja aprobación de Sebastián Piñera.
Antes de hablar de los efectos de la rebelión social, hay que recordar en que consistió.
Como lo he dicho en varios artículos publicados en este medio, fue una crítica radical a este modelo de sociedad con una economía neo liberal y una cultura mercantilizada. Eso significa, una crítica que llego hasta la misma raíz.
Por ello mismo generó una fuerte reacción represiva del gobierno de Piñera, lo cual significó incluso la instauración del toque de queda y además el castigo con prisión de una cantidad importante de personas. Algunas de ellas llevan más de un año en esas deplorables condiciones, mientras están libres numerosos delincuentes, por ejemplo, quienes cursaron dineros para la UDI con boletas falsas.
En la actualidad un conjunto heterogéneo de personas está pidiendo el indulto para esos prisioneros, a lo cual el gobierno de Sebastián Piñera se opone, dejando de lado cualquier gesto compasivo. Pareciera que gozaran castigando
Otro de los episodios que marcaron el año es la pandemia; mejor dicho el uso de este flagelo por parte del gobierno de Piñera.
Como se sabe todos los días el ministro de Salud de turno cuenta los contagios y los muertos. Lo hace rodeado de los subsecretarios y en ocasiones de otros conspicuos personajes.
Incluso, en estos días el ministro de salud se ha dedicado a defender al presidente Piñera, quien se paseó sin mascarilla por Cachagua, reproduciendo otros eventos donde actuo de la misma manera.
En la actualidad el último tema suscitado por la pandemia es él de las vacunas. En Chile se utilizará la vacuna Pfizer, ya aceptada por la entidad nacional que aprueba los medicamentos. Por supuesto que Piñera ha intentado y seguirá intentado aprovecharse de esta circunstancia para buscar subir su popularidad.
Otro tema que ha marcado el año son los quiebres producidos en el Frente Amplio. Primero se supo el retiro de dos parlamentarios, acicateados -según dijeron- por una presunta izquierdización de la coalición. Luego se produjo el retiro del Partido Liberal, seguramente por circunstancias parecidas.
Estos hechos colocaron al Frente Amplio a la defensiva. Cuando éste surgió a la luz pública en la elección presidencial del 2017, apareció como una fuerza deseaba crear una nueva izquierda.
En todo caso, una de los partidos de la coalición, Revolución Democrática realizó recientemente un congreso ideológico de cuyas conclusiones deberá dar cuenta.
Uno de los hechos más importantes del 2020 fue el plebiscito constitucional de octubre, en el cual se tomaron dos decisiones.
Se aprobó redactar una nueva constitución por 78.28% versus 21.00% y también se aprobó que la instancia que realizaría esa tarea seria la Comisión Constituyente; esto último se aprobó por 79.00% versus 21.00%.
Votó en esa ocasión una cantidad significativa de ciudadanos, un poco más de siete millones quinientos mil.
Finalmente, también en este año 2020 comenzó la carrera presidencial para las elecciones del 2022.
En la derecha se perfilan cuatro candidatos: Joaquín Lavín, Evelyn Matthei, Mario Desbordes y Sebastián Sichel.
Dos de ellos ya fueron candidatos con anterioridad. Lavín compitió contra Ricardo Lagos en 1999, luego junto con Piñera se enfrentó a Michele Bachelet. En el 2022 pretende competir de nuevo planteando un programa de unidad nacional, al cual también se ha identificado como social demócrata.
Cuando parecía que Lavín sería sin duda el candidato de la derecha le salió al camino Evelyn Matthei, disgustada por las palabras de éste.
A esos dos postulantes hay que agregar a Sebastián Sichel, el cual claramente se postula como candidato, habiendo renunciado por ello a la presidencia del Banco Estado.
También hay que considerar a Mario Desbordes, quien renuncia al Ministerio de Defensa. Sin embargo, su deseo de ser presidenciable era menos claro que el de Sichel, aunque se ha sabido que Renovación Nacional lo postulará como candidato.
En la centro izquierda se han mencionado los nombres de Heraldo Muñoz, Francisco Vidal y Jorge Tarud. Pero ahora el Partido Socialista surgieron los nombres del senador Álvaro Elizalde y Paula Narvaez.
Se supone que el asunto se deberá resolver en unas primarias.
A su vez en la izquierda suena el nombre de Daniel Jadue, actualmente alcalde de Recoleta y militante comunista.
Su candidatura ha generado la crítica de algunos personeros demócrata cristianos, quienes han afirmado que no votarían en segunda vuelta por Jadue. La idea de fondo es que un comunista no puede ser presidente de la república, lo que significa la reaparición de un viejo sentimiento de exclusión.
Otro hecho que ha marcado el año 2020 ha sido la baja aprobaciónón obtenida por el presidente Sebastián Piñera. Ello ocurre pese al uso que este ha hecho de la pandemia y en la actualidad de la campaña de vacunación.
Quizás una de las razones de este fenómeno es que no se le perdona la política represiva implementada con ocasión de la rebelión social, por la cual hay todavía muchas personas en la cárcel. Además, otras perdieron la vista, como consecuencia de la acción de carabineros.
En todo caso se trata de una desaprobación merecida: puede decirse que esa es la síntesis del año.