¿No les bastó con llamar a levantarse más temprano para pagar menos en el metro, no les bastó con decir que la gente va temprano al Cesfam porque les gusta hacer vida social? Cada palabra dicha por Lucas Palacios en el matinal, defendiendo el nulo aumento del sueldo mínimo en plena pandemia, es el más artero y despiadado acto de violencia.
Es escalofriante escuchar al ministro de Economía, Lucas Palacios, decir con toda la soltura de su cuerpo que en Chile una persona con 320 mil pesos, que vive sola, puede vivir sin problemas. Lo primero que se viene a la cabeza, como reacción humana, es preguntarse con qué sueldo viene este egresado del colegio Sagrados Corazones de Manquehue e Ingeniero Comercial de la PUC a afirmar con total tranquilidad, desde su sitial de confort y poder, que un chileno con el sueldo mínimo puede vivir tranquilamente. Pero en qué cabeza cabe lanzar tal dardo al corazón de una sociedad fracturada por la injusticia y la desigualdad. Por esto estalló el país en octubre y casi un año después el gobierno de la élite no ha entendido nada y se sigue burlando de las personas más necesitadas entre las necesitadas, personas que pese a trabajar, ganando el sueldo mínimo siguen condenadas a la pobreza.
¿En qué planeta vive el jefe de la Economía de Chile para no calcular, con la sabiduría que le dan sus estudios, que 320 miserables lucas alcanzan sólo para un kilo de pan diario, ir y volver al trabajo, arriendo de habitación y pago de leyes sociales -como dijo la Fundación Sol-? ¿No sabe cuánto cuesta un kilo de pan, su mente se habrá quedado anclada en 1990, conoce el concepto de inflación? Lo más irritante de su exposición -porque lo que dice es realmente un agravio a la inteligencia y dignidad de las personas- es que sí conoce todo lo que debe conocer, los grandes conceptos de la economía, pero su posición de poder está tan lejana a la vida cotidiana de una persona que debe elegir si compra o no ese pollo para el almuerzo de mañana, que llega y golpea con su versión de la vida desde las alturas sin detenerse a pensar, porque no está en su planeta, en la guerrilla por sobrevivir con 320 mil en los bolsillos en este país. No lo logra imaginar, con su sueldo de casi siete millones líquidos asegurados.
Y luego se preguntan por qué la protesta es con violencia ¿No imaginan lo que provocan palabras de ese calibre? ¿No les bastó con llamar a levantarse más temprano para pagar menos en el metro, no les bastó con decir que la gente va temprano al Cesfam porque les gusta hacer vida social? Cada palabra dicha por Lucas Palacios en el matinal, defendiendo el nulo aumento del sueldo mínimo en plena pandemia, es el más artero y despiadado acto de violencia. No es una molotov que quema con su fuego; son palabras que queman por el volumen del insulto que llega a la cocina de Rocío, que desde su población explicaba hace semanas a un matinal que la comida para su hijo no tiene proteínas, porque su sueldo familiar alcanza sólo para sopas que mantengan en pie. Con siete millones al mes, Lucas Palacios no puede ver a Rocío, a María, a Martín, a los más de 600 mil chilenos que viven con el sueldo mínimo en la patria que le vende el cobre al mundo.
Y el insulto de Lucas Palacios y el gobierno de Chile es para una nación casi completa, pues la mitad de los chilenos no gana más de 400 lucas al mes, según el INE, y más de la mitad de los chilenos es esclavo de la deuda para poder echarle para adelante -Deuda de hogares chilenos alcanza el 74,9% de sus ingresos en 2019-, con vidas hipotecadas en avances y créditos de consumo, con el temor eterno de no pagar una cuota e imaginar un embargo, con la costumbre infame de pagar los siete productos del supermercado con una tarjeta de crédito. Eso, Lucas Palacios y su sueldo de siete millones, no lo ve. Ahí, en su frase desconectada e insidiosa están todas las respuestas a la famosa desafección política, a la desconfianza en un gobierno, al desprestigio de “los políticos”.
Llevemos al ministro a una calle de Estación Central, pensemos en que el ministro con su sueldo de 320 mil quiera vivir solo, no como allegado en una pieza. Vamos a Portal Inmobiliario: Las Rejas, departamento un dormitorio, 200 mil pesos mensuales, sin gastos comunes. Hagamos comer al ministro: de acuerdo a un estudio de Picodi.com, en Chile una canasta básica de pan, leche, huevos, arroz, queso, carne, frutas y verduras vale unos $70.386. Hagámoslo andar en micro para poder trabajar: 32 mil más. Quedan veinte mil: se lo damos al agua y la luz. Se acabó la plata ministro ¿Con qué gas se va a cocinar? deuda ¿Con qué se va a comprar zapatillas? deuda ¿Con qué llamará por teléfono a su familia? deuda ¿Quiere ir al cine, al teatro? no puede ¿Quiere salir con una pareja? imposible ¿Quiere tener un hijo? se acabó su vida. Jamás se irá de vacaciones, olvide comerse una empanada, hacer vida social en un bar alguna noche.
Eso es lo que ocurre con una persona que gana el sueldo mínimo y que se enfrenta a una realidad que usted no ve desde los lujos de una vida millonaria pagada por todos los chilenos. Esa es la realidad que cuando se desconoce, con frases como “si hay una persona que vive sola y que gana $320 mil, le puede alcanzar sin problemas”, llega a quemar más que una barricada. Es violencia que genera daños, perjuicios que de pronto se acumulan y estallan en los rostros del poder, que otra vez deberán hacerse los lesos con lo que han hecho y dicho, para luego responder que nuevamente no lo vieron venir.
En Iquique 350.000 depto una pizza ,, ya valimos b con ese sueldo
Es ceguera?? O es simplemente desentenderse de un pueblo cansado de tanta injusticia y desigualdad, no hay ni un rastro de humanidad en los políticos hacia el pueblo que les paga su sueldo y todos sus beneficios, sueldo, beneficios, salud, estilo de vida, vacaciones, comida, vivienda,etc,etc,etc…. que el pueblo ni soñar puede y ellos todos muy tranquilos son capaces de discutir subir $ 1.500, el sueldo mínimo, de verdad que MISERIA humana tenemos los chilenos de políticos, de verdad me dan ganas de llorar al ver tanta injusticia hacia mi pueblo, al que ellos mismos tratan de flojos y si no fuera por nosotros el pueblo, no tendrían el sueldo y los grandes beneficios que tienen, malditos políticos, hasta cuando van a pisotear al pueblo. No tenemos porque recibir migajas nos merecemos tener sueldos dignos, una vida digna, que nuestros hijos puedan tener y visualizar un mejor futuro, merecemos mejor educación, mejores viviendas, mejor salud, mejores pensiones, somos el pueblo, no personas de segunda clase, si el pueblo no trabaja el país no tendría una buena economía, merecemos ser respetados y no insultados con estos dichos, merecemos trabajar para vivir, no vivir para trabajar.
Este hombre es tonto o se hace. Con $320.000 alcanza justo sin darse gustos a una persona sola, sin hijos, sin enfermedades y sin vida social y seguramente se tiene que ir a pie a trabajar, porque para la micro no alcanza, ni hablar de comprarse un super8 por el camino, porque sus bolsillos estan vacios y muchas veces debe vestirse gracias a la caridad de otras personas que le dan la ropa que ya no usa…
Este sí que se voló la barda y se callo de cabeza….
Realmente este tipo no sé cómo consiguió los títulos que tiene,quizás se los compraron. porque con ese comentario estupido del sueldo mínimo, deja claro que cerebro no tiene.
Gracias por esto Richard Sandoval
Si el dice que con 320.000 pesos pueden vivir perfectamente entonces no habría ningún impedimento en pagarle esos sueldos a ellos,si en el fondo ellos trabajan para nosotros.
Extraordinario reportaje..Acertadusimo ..y muy Real me parece..Felicitaciones…
La sociedad en si no tolera esta clase de comentarios desatinados de funcionarios publicos con alto grado de estudios donde solo velan por engrandecimiento y enrequisimiento de los suyos no son capaces de mirar la realidad este tipo de politicos, tienen a la sociedad empobrecida y endeudada con este tipo de comentarios es inevitable el estallido 2.0
Cómo me gustaría que estos weones vivieran con esa plata,es una burla más de estos parásitos
Un sueldo mínimo tendría que ser de $500000( mínimo)