Martes, Marzo 19, 2024

Conservadores pierden votos y Partido Laborista asumirá nuevo gobierno en Australia

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Cambia la brújula en la política australiana: las elecciones de este sábado (21/5) terminaron con una sorpresiva derrota de la coalición conservadora entre el Partido Liberal y el Partido Nacional, admitida al día siguiente por el actual primer ministro Scott Morrison.

Pese a que esta alianza obtuvo la primera mayoría, con un 35,8% de los votos, su performance significó una caída de casi un 9% en comparación con los comicios de 2018, y por lo tanto la pérdida de 21 escaños en el parlamento, quedando con 54 representantes.

Hasta el momento, con un 72,2% de los votos contabilizados, el Partido Laborista ha garantizado un 32,8% de los votos, menos que el oficialismo, pero que sumado a los 11,9% del Partido Verde son suficientes para establecer una nueva mayoría, con 76 escaños en el parlamento.

Esta nueva alianza será liderada por el laborista Anthony Albanese, de 59 años, aunque debe tener a Adam Bandt, del Partido Verde, en una posición destacada, sobre todo debido a los compromisos asumidos para se conformar el acuerdo entre las partes.

El programa en conjunto de Laboristas y Verdes debe tener como principal eje el combate al cambio climático, que fue el tema más discutido durante la campaña. Australia es uno de los países más afectados por los desastres naturales en los últimos años, con incendios de grandes proporciones, riesgo de tsunamis y otros problemas.

En los debates, tanto Albanese como Bandt hicieron hincapié en las medidas que el país debe tomar para tratar de evitar los incendios, y también prepararse para reaccionar más rápidamente cuando ellos ocurren.

Albanese prometió reducir las emisiones de gases en el país en un 43%. El oficialista Scott Morrison empezó prometiendo una reducción de un 26%, después pasó a 28%, pero siguió con un porcentual muy bajo para los anhelos del electorado australiano. Además, el programa del Partido Laborista defiende un proceso de transición energética que, en palabras de su líder, transformará al país de Oceanía en “una superpotencia de las energías renovables”.

Según Amanda McKenzie, del Consejo Climático de Australia, “millones de australianos han puesto el clima en primer lugar, lo han priorizado a la hora de elegir en quien votar. Eso significa que es el momento de una redefinición radical de cómo este país debe abordar el desafío climático”.

Igualdad de género y pueblos originarios

Otro tema que también afectó fuertemente al oficialismo conservador en Australia fueron los muchos casos de escándalos sexuales o de agresión intrafamiliar involucrando figuras como ministros y parlamentarios del sector, junto con una débil reacción del primer ministro Scott Morrison ante esos hechos – que llegó a reconocer que hasta su mujer lo recriminó por su postura ante esos casos.

Australia ha registrado diversos actos y marchas feministas en los últimos años, a cada nuevo caso de agresión que surgía en los noticieros. Eso fue aprovechado por los laboristas, debido a que Albanese cuenta con el apoyo de Julia Gillard, quien fue la primera y hasta ahora la única mujer que ocupó el cargo de primera ministra en ese país – entre 2010 y 2013 – y que prometió que su partido vuelve al poder para hacer “un gobierno para las mujeres”.

También los pueblos originarios deben estar entre las prioridades del gobierno de Albanese, al menos según su plataforma electoral. En el acto final de la campaña, el entonces candidato aseguró que “en nombre del Partido Laborista Australiano, me comprometo con la Declaración de Uluru en su totalidad”.

La Declaración de Uluru, o Declaración desde el Corazón de la Tierra (“Uluru Statement from de Heart” es su nombre original), es una petición entregada por los líderes aborígenes australianos a las autoridades del país en mayo de 2017, tras la Convención Nacional de las Primeras Naciones realizada aquel año.

El documento demanda un cambio en la constitución de Australia a fin de aumentar la representación política de esos pueblos originarios y la realización de referendos para que se les consulte formalmente sobre la legislación y las políticas que afectan a sus comunidades.

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