viernes, septiembre 13, 2024

Los obstáculos de la derecha que intentaron impedir la avenida Víctor Jara en Estación Central

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El anhelo de miles de vecinos y organizaciones sociales de Estación Central ya es una realidad. Hoy, las señaléticas del tramo de la ex avenida Ecuador que cubre el perímetro sur de la Universidad de Santiago –lugar donde por última vez el cantautor estuvo con vida como hombre libre–, llevan el nombre de avenida Víctor Jara. Casi una década de lucha que estuvo entrampada por las obstrucciones impuestas por la entonces administración de Rodrigo Delgado, el alcalde UDI que hizo todo lo que estuvo a su alcance por negar este reconocimiento urbano no solo a uno de los compositores nacionales y latinoamericanos más destacados del mundo, sino que un vecino ilustre de la comuna.



Septiembre, 2019. A un mes exacto del comienzo de las primeras protestas de los secundarios que fueron chispa para la revuelta popular de octubre, en el Parque Bernardo Leighton de Estación Central se celebró la Fiesta de la Chilenidad, organizada por la municipalidad de la comuna. Uno de los artistas invitados fue el comediante Jorge Alís, quien, para sorpresa de todos, inició su rutina con una bomba que nada de bien le cayó a la administración comunal.

“Algunos me tratan de argentino culiao’, pero el verdadero culiao’ es el que no quiere darle una avenida a Víctor Jara”, recuerda de memoria la frase Pedro Tapia, concejal de Estación Central y fundador y vocero de la Coordinadora Una Avenida para Víctor Jara. “La gente estalló en aplausos”, continúa, ante el brutal pero certero chiste dicho por Alís, quien también mostró la polera diseñada por la Coordinadora con la petición, todo en presencia del mismo Rodrigo Delgado (UDI), principal opositor a que en Estación Central hubiese una calle con el nombre de Víctor.  

El proyecto iniciado en 2013 y resurgido en 2018, cuenta con el apoyo transversal de más de 30 organizaciones sociales, territoriales, culturales, vecinales, artísticas, educativas y políticas de la comuna, más otros actores mayores como el Museo de la Memoria, la Fundación Víctor Jara y la Universidad de Santiago (tanto Rectoría como la Federación de Estudiantes y funcionarios). “En ese momento se decidió que Ecuador era la calle más simbólica para este homenaje”, sentencia Tapia.

Si bien la iniciativa comenzó más ligada a un tema artístico y cultural, durante el proceso la idea fue madurando. Se profundizaron conceptos como la memoria y la reparación, además de entender a Víctor más allá de su figura como cantautor, sino también como ser humano, militante político, esposo y padre de familia. Y como vecino ilustre de la comuna: vivió en los barrios Los Nogales y Chuchunco, estudió en el Liceo Ruiz Tagle y trabajó como docente en la ex Universidad Técnica del Estado.

“El proyecto se fue fortaleciendo tras la llegada de nuevos actores claves para impulsarlo y que fueron muy importantes, como la Usach, la Fundación y el entonces concejal Felipe Muñoz, que pertenecía a la Comisión de Patrimonio del Concejo Municipal de la comuna”.

Pedro Tapia

El cambio propuesto contemplaba solo el tramo desde la bifurcación de la Alameda hasta General Velásquez, el que corresponde al perímetro sur de la Universidad de Santiago, o sea, desde su entrada principal (Planetario) hasta el estadio.

Así es como los principales obstáculos para que se concretizara antes este cambio en homenaje al autor de ‘El derecho de vivir en paz’, fueron en relación a entorpecer el proceso vía temas administrativos, impulsados por la ideología política de la antigua gestión comunal.

“Hubo mucha resistencia por parte de la derecha y hoy queda de manifiesto que solamente fue voluntad política, algo que tiene que ver con el alcalde anterior, Rodrigo Delgado (hoy ministro del Interior). Él nunca tuvo el interés por el cambio, era algo más simple de lo que esperábamos –de hecho, ha habido otros cambios de nombre de calles y siempre fue muy fácil–, entonces con nosotros fue solo un gallito político de él, al ser organizaciones de izquierda”.

Pedro Tapia

Un plebiscito ignorado

Según el –cuestionado– Censo 2012, la población de Estación Central contabilizó 109.573 habitantes residentes en la comuna. Solo teniendo ese número como referencia, resulta sorprendente la votación obtenida del autogestionado plebiscito llevado adelante por la Coordinadora, realizado el 3 y 4 de agosto de 2013 en 25 puntos de la comuna.

La consulta alcanzó cerca de 12.000 sufragios. Cifra no menor considerando que fue organizada de forma independiente con las organizaciones sociales y territoriales, sin ayuda municipal, y en tiempos donde la baja participación ciudadana en términos electorales ya mostraba signos del hastío de las personas hacia la política.

Sin embargo, esta muestra democrática de compromiso por aportar a la memoria urbana y cultural hacia la figura de Víctor Jara no fue tomada en cuenta por el jefe comunal gremialista. “Hablan mucho de participación ciudadana, pero cuando la hay, no les interesa”, cuestiona Tapia ya que desde entonces, nunca se pudo debatir la iniciativa en el Concejo Municipal.

El dirigente además relata que el hoy ministro del Interior solo los recibió dos veces durante los casi 10 años de la gestión de la iniciativa. La primera vez en 2013 tras el plebiscito y, luego en 2018 cuando tomó nueva fuerza. De esta última reunión, el actual concejal recuerda que sintió un buen recibimiento y disposición por parte de Delgado, pero que sin embargo nunca puso el punto en tabla en los concejos municipales (siendo ésta una función exclusiva del alcalde), y por ende negando la discusión al respecto.  

“De ahí nunca más nos recibió, a pesar que habíamos quedado de conversar nuevamente con él. Tengo muchos Whatsapp solicitándole alguna cita para manifestarle nuestras inquietudes, pero nunca nos contestó ni recibió. No le importaba”.

Pedro Tapia

La encuesta fantasma

Cuando la Coordinadora se reorganizó en 2018, y retomó e instaló la iniciativa en la discusión pública gracias a la campaña viral en redes sociales #UnaAvenidaParaVíctorJara (año en que Netflix estrena el documental Masacre en el Estadio en torno al asesinato de Jara), en la municipalidad se activaron las alarmas y comenzaron a fraguar lo que se podría denominar su “contraataque”.

Una de las primeras cosas que hicieron fue dar a conocer el resultado de una encuesta supuestamente realizada por la Dirección de Desarrollo Comunitario (Dideco) a los vecinos de avenida Ecuador, vía elegida por la Coordinadora y las organizaciones e instituciones que apoyaron el cambio de nombre por su simbolismo: ser la última calle de la comuna donde Víctor transitó con vida como hombre libre previo al golpe de Estado.

Dicha consulta habría demostrado una amplia negativa al cambio de nombre. “Eso fue algo que nos llevó poderosamente la atención. Decían que como el 80% de las personas que vivían en la calle Ecuador no querían que se llamara Víctor Jara. Y fue muy raro porque antes nosotros como Coordinadora habíamos hecho una encuesta también, a esas mismas personas, que arrojó resultados completamente contrarios, al revés. Incluso, muchos vecinos y vecinas accedieron a que colocáramos en sus casas y negocios un cartel que decía «Aquí apoyamos a Víctor Jara»”.

Cuando la Coordinadora pidió conocer en detalle la metodología y los resultados de dicha encuesta, el exdirector de Dideco, Esteban Aguilera, siempre le negó el acceso al instrumento y jamás se hizo público. “Curiosamente, esta encuesta fue citada por Ivo Pavlovic (UDI) en la sesión del Concejo Municipal donde se determinó el cambio de nombre para argumentar su rechazo”, alude Tapia. El concejal de derecha fue el único que votó en contra de la iniciativa en la sesión que se llevó a cabo el pasado 7 de septiembre.

La actual administración, liderada por el alcalde Felipe Muñoz, realizó dos acciones relacionadas a esto. La primera fue que el actual director de Dideco, Marcelo Parra, solicitó conocer esta encuesta. Menuda fue la sorpresa cuando los funcionarios municipales le indicaron que esos documentos no estaban en ningún archivo, que nos los encontraban y que ni en la Secretaría Municipal existen.

Así fue como a cargo de la misma Dideco se realizó una encuesta tangible a los vecinos de la hoy ex avenida Ecuador antes de la histórica votación, cuyos resultados mostraban que un 89% estaba de acuerdo con el cambio y menos del 10% estaba en desacuerdo.

El desesperado cambio de calle

La mañana del 12 de septiembre de 2019, el fanpage de la Fundación Víctor Jara publicó un comunicado en donde ponía en advertencia que, en régimen interno del Concejo Municipal, el alcalde Delgado junto a los concejales oficialistas querían disponer de otra calle para el esperado homenaje urbano: El Belloto, una calle menor –paralela a Ecuador hacia el norte– y que no tiene transcendencia en la biografía del célebre compositor.

Todas las organizaciones rechazaron tajantemente este intento por minimizar el proyecto, incluyendo la misma familia del cantautor. Pero es más, esta maniobra se daba luego de que la Coordinadora ya había entregado la solicitud formal en la municipalidad y que el mismo edil se reuniera con todos los impulsores que apoyaban la iniciativa: Pedro Tapia y Marcelo Parra, voceros de la Coordinadora; Juan Manuel Zolezzi, rector de la Universidad de Santiago; Cristián Galaz, presidente de la Fundación Víctor Jara; Juan Pablo Latorre, presidente de la Feusach; Felipe Muñoz, Felipe Zavala y Robinson Valdebenito, concejales de Estación Central; Angélica Cid, consejera regional; y Doris González, vocera del movimiento de pobladores Ukamau.

“Nuestro deseo es que el cambio de nombre sea en la actual avenida Ecuador, y no otra calle, pues representa un acto de justicia y reparación con el lugar donde Víctor fue un hombre libre por última vez, para luego ser detenido, torturado y asesinado brutalmente. (…) Queremos señalar enfáticamente que rechazamos tal decisión y solicitamos vuelva a ser considerada la avenida Ecuador que realmente tiene la relevancia histórica, simbólica y moral en la vida de Víctor Jara”.

Fundación Víctor Jara

El desliz diplomático

Ya decidida la calle a la cual nombrar Víctor Jara y a la par de las reuniones que tuvieron con diferentes instituciones que podrían ayudar a fortalecer el proyecto, la Coordinadora se pone en contacto con Homero Arellano Lascano, el embajador de Ecuador en Chile. Este encuentro resultaba clave para lograr un acuerdo mutuo y evitar que la propuesta del cambio de nombre justo a la avenida con el nombre de su país se percibiera como una indiferencia, falta u ofensa.

Así fue como solicitaron una reunión formal con el Embajador, la que fijó tres semanas después. Lo que la Coordinadora desconocía hasta ese momento es que Rodrigo Delgado se había anticipado y también había solicitado reunirse con la autoridad diplomática, pero con una intención totalmente opuesta: advertirle del cambio e implantar la cizaña.

“Cuando conversamos con el Embajador, que nos atendió muy bien y fue sumamente amable, nos menciona que admira a Víctor Jara y que conoce su obra. Ya cuando cuando entramos en detalle, nos indica que una de las avenidas principales de Quito se llama Chile (de hecho, bordea al Palacio de Carondelet, la casa de gobierno), entre otras calles que hacen referencia a nuestro país en lugares importantes, y que acá solo está la avenida Ecuador en Estación Central, por lo que no estaba muy de acuerdo con el cambio de nombre”.

Pedro Tapia

Pero Arellano fue más allá. Tapia cuenta que ellos se enteraron que la autoridad ecuatoriana materializó su oposición a la iniciativa enviando una carta oficial a la municipalidad, en su calidad de Embajador, manifestando el rechazo al proyecto. Sin embargo, nadie de la Coordinadora conoció esa carta y, como nunca el tema estuvo en alguna comisión o en el Concejo Municipal, este antecedente quedó como un anecdótico y desafortunado desliz diplomático.

La campaña del terror

Sumado a los intentos ya mencionados para frenar el cambio a través de mecanismos administrativos, también hubo otro donde se involucró directamente a los vecinos. “Hubo una campaña del terror llevada a cabo por algunos funcionarios de la municipalidad para simplemente pisotear la iniciativa y que perdiera su arraigo popular”, expone Tapia frente a las diferentes afirmaciones y mentiras que comenzaron a circular al respecto.

Según pudimos averiguar, distintos mitos e información errónea se divulgó en torno a lo que el cambio de nombre pudiese significar, por ejemplo, para los locatarios de ese tramo de la avenida. Una de ellas es en relación al supuesto alto costo que significaría cambiar la dirección en el Servicio de Impuestos internos y en los trámites que tienen que ver en la impresión de boletas y facturas, o incluso para pagar las patentes comerciales.

El concejal finalmente menciona que “incluso algunos vecinos nos comentaron que gente de la municipalidad les empezó a meter el miedo de que si se aprobaba el cambio de nombre de la avenida, de Ecuador a Víctor Jara, iba a ser una calle de protestas y manifestaciones, que sería epicentro de violencia”.  

César Tudela
César Tudelahttps://lavozdelosquesobran.cl/author/cesar-tudela/
Periodista especializado en cultura y música popular.

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